Un menor, el primer asesinato ocurrido en el año
Víctor Alejandro Bianchi, de 16 años de edad, recibió un impacto de bala en la cabeza por lo que fue trasladado al Hospital Municipal en estado crítico. Falleció en las primeras horas de la mañana siguiente. Hay un detenido identificado como Carlos Alberto Lezcano. El hecho ocurrió en el Barrio Hermano Indio y el conflicto no ha terminado porque “los comandas” han recibido órdenes de continuar.
El crimen tuvo lugar el jueves 12 de enero a las 14.00 en el Barrio Hermano Indio. Un sujeto mayor de edad, de 19 años precisamente, fue en moto y acompañado de otra persona al domicilio de Víctor Alejandro Bianchi y “sin mediar palabra”, según el relato de la Fiscal, le disparó a quemarropas con un arma de fuego.
Tascendió que ambas personas se conocían previamente y acarreaban algún problema personal que desató la furia de este joven identificado como Pablo Alberto Lezcano.
“Esta discusión empezó de palabra, seguro de rencores anteriores, que tampoco fueron tan fuertes como para justificar un homicidio. No pudimos determinar en concreto con las testimoniales qué era lo que pasaba, pero a lo mejor no se querían, o simplemente de pasar y no tener amistad entre ellos, algún tipo de bronca por mirarse, habitualmente ese tipo de cosas que tienen los adolescentes”, relató a La Opinión la doctora Gabriela Ates, titular de la Unidad Fiscal de Investigación N° 7 apenas conocida la noticia de su muerte.
“A través de un arma de fuego le produce un disparo en la cabeza en el barrio Hermano Indio sobre calle Balcarce, una persona de 19 años efectuó el disparo hacia el menor de 16”, detalló.
Rápidamente la víctima fue trasladada a la guardia del Hospital Subzonal Dr. Emilio Ruffa, ya que el proyectil había ingresado en su cabeza.
El titular del la Guardia, Mariano Leguizamón, informó a este medio que al llegar al nosocomio fue derivado directamente a la terapia intensiva del Hospital, donde quedó alojado. Instantes después de ingresar, el joven fue asistido por un respirador mecánico y su estado de salud fue calificado como crítico.
Al tomar conocimiento del hecho la policía comenzó con el operativo para dar con el paradero del agresor.
“Hablamos con los vecinos, con los familiares, se tomaron las declaraciones de forma inmediata y se arrestó a la persona a las pocas horas de haber ocurrido el primer incidente, que fue caratulado como lesiones gravísimas”, afirmó la titular de la UFI N° 7.
Y agregó: “También se efectuó el operativo de rastrillaje en un callejón, en inmediaciones en donde fue aprehendido, sobre Ruta 1001 donde fue encontrada el arma”.
La Dra. Gabriela Ates confirmó a este medio, el día viernes 13 de enero, el fallecimiento de Víctor Alejandro Bianchi poco despés de las 8 de la mañana, por lo que la causa cambió de carátula de “lesiones gravísimas” a “homicidio y portación de armas de fuego sin la correspondiente autorización legal”.
Lezcano está siendo asistido por la defensa oficial y cuando intentaron tomarle declaración se abstuvo de decir palabra. Por el momento está detenido en la Comisaría de la ciudad de San Pedro.
Ates explicó que está privado de la libertad en carácter de “aprehendido” y que una vez que el Juzgado de Garantías N° 3 de San Nicolás a cargo de la letrada María Eugenia Maiztegui lo apruebe pasará a revestir como “detenido e imputado”. Además la Fiscal solicitó que el presunto homicida sea trasladado a la brevedad a una Unidad Penal.
Resta todavía realizar algunas pericias respecto al arma homicida, que fue encontrada cerca de Lezcano, y tomar testimonios a algunos vecinos y familiares más, aunque la titular de la UFI N° 7 asegura tener la mayor parte del trabajo realizado.
Al cierre de esta edición todavía se desconocen los motivos por los cuales el aprehendido disparó hacia el menor. Habrá novedades sobre este caso al finalizar esta semana, cuando se vencen los plazos para dictar una determinación sobre el pedido de Ates.
Las otras versiones
No todos coinciden en el mismo argumento al señalar lo sucedido en la fatídica tarde del 12 de Enero. El temor de los vecinos a prestar declaración u ofrecer testimonio es contundente. Pese a los mensajes recibidos en este medio nadie desea que se lo identifique y en su gran mayoría se trata de jóvenes que ya son jefes de familia y no superan los 25 años de edad. Los mayores que habitan el barrio también prefieren guardar el anonimato pero coinciden en señalar que este no es el final sino un nuevo principio para una nueva escalada de violencia. En la familia, “Víctor, no es el primer muerto”, indican haciendo referencia a otro episodio que mantiene a uno de sus parientes presos por haber estado involucrado en la muerte de otra persona.
Durante las exequias la balacera no cesó en las calles. Múltiples testimonios dan cuenta de que regía el “toque de queda” por la pérdida de uno de los integrantes de una de las gavillas que comandan el barrio. “Se llaman “comandas” y están para hacer lo que les manden”, explicó un joven que pertenece al barrio señalando que hay líderes que ordenan al resto realizar determinados desmanes en forma permanente sin que haya posibilidad de discutir la orden. “Está el líder y los “comandas” que la van a seguir porque esto no terminó”, sentenció con amplio conocimiento sobre las conductas a las que las nuevas generaciones de jóvenes jefes de familia han sometido a sus propios mayores e hijos.