Un menor de 17 años murió atropellado en Arrecifes
Ayer se confirmó el deceso de un joven de 17 años que sufrió heridas gravísimas al ser embestido en confusas circunstancias por un automóvil, sobre la ruta 191. Le decían “El Polaco” y amaba las motos. El sábado se dirigía con amigos a un encuentro de Motos en Pergamino. La persona que lo chocó, primero huyó y después dijo que había equivocado su camino. Su familia dispuso la donación de sus órganos que los profesionales del CUCAIBA evaluaban ayer porque el desenlace había sido repentino.
Amigos y familiares despiden en la jornada de hoy los restos de un joven que perdió la vida en un accidente de tránsito sobre el que la justicia está comenzando una profunda investigación.
Guillermo Gentile tenía apenas 17 años, y falleció a días de cumplir su mayoría de edad tras ser embestido por un automovilista en la ruta 191, a poca distancia del acceso a la ciudad de Arrecifes.
Le decían “El Polaco” y el sábado pasado, cuando ocurrió la tragedia, se dirigía con un amigo a un encuentro de motos de la ciudad de Pergamino. Los que lo conocen, dicen que amaba las motos. Había terminado el año pasado la secundaria en la Escuela Comercial, y son muchos los que en ese establecimiento lo recuerdan porque era uno de los pocos jóvenes que además de estudiar, trabajaba para ganar su dinero cortando césped, y con esos ahorros se había podido dar el gusto de comprarse su propia moto. Por su seriedad, y por como cumplía con su responsabilidad, hasta había sido contratado por quien era director de esa escuela para cortar el pasto en un terreno de su propiedad.
“Era muy independiente, muy inquieto, y por eso trabajaba desde chico”, dicen.
Ese cariño que le dispensaban amigos y adultos, hizo que el pasado fin de semana, su familia recibiera un aluvión de llamados y visitas en la ciudad de Arrecifes y en la Clínica Privada Pergamino adonde fue derivado más tarde. Todos rezaban por la recuperación de Guillermo pero los médicos habían ofrecido pocas esperanzas y en la madrugada del martes, se produjo el deceso.
El terrible impacto sufrido le había provocado un traumatismo por el que al ingresar al Hospital de Arrecifes, se le diagnosticó muerte cerebral. Su mamá Zulma decidió entonces buscar una segunda opinión en la ciudad de Pergamino y hacia allí se lo derivó, pero como el diagnóstico era similar, comenzó las gestiones para donar los órganos del adolescente, en medio de un profundo dolor.
El desenlace repentino tras un paro cardíaco, impidió que el operativo organizado por los profesionales del CUCAIBA se pudiera llevar a cabo como estaba planeado pero de todas formas se realizó la ablación de sus órganos para cumplir con la voluntad del propio Guillermo, que en variadas oportunidades había manifestado a su madre su deseo de ser donante.
En investigación
El accidente ocurrió el sábado a las seis de la tarde sobre la ruta 191, a unos 13 kilómetros de Arrecifes. Guillermo Gentile viajaba en su motocicleta Honda junto a un amigo, y estaba adelantado en su trayectoria pero se enteraron que otro chico que también viajaba hacia el encuentro de motos había sufrido un desperfecto y decidieron volver.
Así fue como descendió en la banquina del carril San Pedro Arrecifes. En ese momento, un Peugeot 206 que circulaba en el mismo sentido se despistó y lo atropelló, provocándole traumatismo de cráneo y politraumatismos que derivaron en su muerte.
El conductor del vehículo, Carlos Ariel Volk de 26 años, oriundo de la localidad de Banfield, en un primer momento no se detuvo para tratar de saber como se encontraba el joven o para ayudar a trasladarlo, y siguió su camino pero fue interceptado minutos más tarde por el personal policial.
El Inspector Hugo Prado, Jefe Distrital de esa localidad, dijo que la investigación sigue su curso y que si bien Volk se encuentra en libertad se presentó en la dependencia y explicó que esa tarde había equivocado la ruta, por lo que no conocía ese tramo de la 191. El joven había estado en San Pedro por razones de índole personal y cuando decidió retornar a su ciudad, se equivocó y en vez de tomar la ruta 9 siguió por la 191. Luego, su intención era llegar hasta la Ruta 8 en Arrecifes para volver en dirección a Buenos Aires. Según habría explicado el propio padre del conductor posteriormente, su hijo se fue rápido del lugar en busca de una ambulancia.
“Fue el destino que Guillermo decidió volver a un lugar que ya había pasado, para ayudar al otro chico y lo chocó una persona que había equivocado su camino”, sintetizó un familiar.
La fiscalía Nº 3 de San Nicolás lleva adelante la instrucción de la causa, y será su responsabilidad establecer qué es realmente lo que ocurrió en la trágica tarde del pasado sábado. Por parte de la familia, el caso está en manos de un conocido estudio de abogados que a su tiempo, tomarán las medidas necesarias para que la investigación llegue a su fin.
Fuera de Correo
[b]La carta de la madre[/b]
Queridos amigos, conocidos, todos, todos los que estuvieron, los que nos ayudaron en este momento tan difícil, gracias, miles de gracias.
Guille o “el Polaco” para muchos, fue un guerrero luchador, un grande de tan solo 17 años que sabía todo lo que quería, siempre alegre y servicial, no hay palabras para decir lo que fue, pero va a ser un grande porque todos nos llevamos algo de él y sus anécdotas.
Corredor compulsivo e inquieto, todo tenía que ser ahora, ya, pero el destino le jugó una mala pasada y la espera en una banquina sentado jugando con su casco a la orilla de la ruta, y un hombre con auto moderno y con 26 años que no tuvo las agallas de parar a ayudarlo, lo chocó y disparó porque dicen que se “asustó”.
Desde ese momento él entró en un sueño profundo del que nunca despertó, no sufrió y nuestro consuelo es saber que una parte de él está viva porque sus órganos fueron donados a otras personas que tienen la posibilidad de salir adelante y así transmitir toda la energía y vida que él tenía.
Nadie lo va a olvidar, sus amigos, los mejores del mundo, los defendía y los quería mucho a todos ellos, a todos, no podría nombrarlos y quiero agradecerles todo lo que hicieron, los que viajaron, los que rezaron por él, a todos. Nunca voy a terminar de agradecerles lo que me contuvieron, los que me llamaron, a todos, mil gracias.
En nombre del “Polaco” o Guille, gracias.
[i]La mamá y todos sus familiares. [/i]