A través del vidrio (cuento)
Una de mis hermanas recién casada se mudó a Bs. As. a vivir con su marido en un departamento de dos habitaciones en el piso más alto de una torre. Los edificios eran igual de altos y las ventanas tenían que estar siempre cerradas.
Desde la ventana, mi hermana podía ver cómo su vecina del edificio de al lado lavaba la ropa y la ponía a secar todas las mañanas.
Para la recién casada, la ropa que lavaba su vecina se veía sucia y comentaba a su marido la falta de voluntad que ponía aquella mujer al lavar. Cada mañana, mi hermana se ponía a mirar por la ventana no bien se levantaba e inevitablemente hacía comentarios sobre la ropa “sucia” de su vecina. Esta situación continuó durante varios días y el marido se cansó de la intromisión de su esposa en la vida de la mujer de al lado.
Una mañana, mi hermana se levantó y espió nuevamente a su vecina, se sorprendió al ver que la ropa colgada estaba impecablemente limpia, le hizo el comentario rápidamente a su marido y agregó: “Tal vez mis críticas le llegaron y comenzó a usar un jabón el polvo de mejor calidad”. Su marido, con calma le respondió: “Estaba tan cansado de tu hábito de criticar a la vecina que hoy me levanté más temprano y limpié el vidrio de nuestra ventana”.
Este cuento se lo dedico a mis hermanos: Vero, Lelo, Luci, Sole y Toto, que aunque no se nota los quiero mucho y me gustaría que estén juntos como hermanos nuevamente y quiero decirles que no es mañana, que no miren el pasado, que no tiene futuro y esperen el futuro porque no saben si llegará, seamos hermanos todos hoy, ahora.
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