Un conflicto gremial que pone al puerto en riesgo
El viernes el Supa realizó la asamblea suspendida cuando los disidentes tomaron la sede. Allí resolvieron la expulsión de cuatro afiliados. El sábado comenzó un bloqueo en el puerto que dificulta la tarea en un buque y en las empresas areneras. Cuál es el conflicto y cómo funciona la bolsa de trabajo. Por qué los que protestan denuncian irregularidades y arbitrariedades. El Consorcio denunció.
El conflicto en el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa) lleva ya un mes y desde el sábado pasado sufrió una nueva escalada que impide la tarea en un buque de bandera liberiana que espera por la carga de arroz proveniente de Uruguay. El Supa no había podido sesionar semanas atrás, ya que los trabajadores eventuales y algunos afiliados que los apoyaban tomaron la sede para reclamar una lista de trabajo rotativa, que permita una mejor distribución de las labores disponibles, que es ni más ni menos que del dinero que produce la actividad.
Asamblea y expulsiones
El viernes, finalmente, la asamblea tuvo lugar en la sede del Fempinra, ubicada en Belgrano al 600. Allí, el gremio que a nivel local conduce el joven Diego García (un militante del Ari que es en la actualidad concejal suplente del Frente de Todos) decidió la expulsión de cuatro afiliados.
Se trata de aquellos que apoyaron el reclamo de los eventuales y que mantienen activa relación con el Supa Bajo Paraná, con sede en Zárate, que llegó desde esa ciudad para acompañar la protesta local.
El viernes hubo quórum, con unas 30 personas que participaron de la asamblea y votaron la expulsión. Carlos Martín, del Supa local, explicó que los expulsados “venían afiliando gente, presentando fichas de afiliación de otro sindicato” y que en la asamblea “los compañeros decidieron la expulsión” por esos motivos.
Otra vez el bloqueo
Como hace un mes, los eventuales volvieron el sábado desde las 6.00 de la mañana al acceso al Puerto local, que mantienen bloqueado desde entonces. Ello genera dificultades en la tarea habitual.
“A las 6.00 de la mañana no dejaban entrar a la gente, pudimos pasar por otros portones, pero el barco no pudo trabajar, no dejaban entrar a a los recibidores de granos, a los encargados de aduana, que tuvieron que entrar con los marineros”, se quejó Carlos Martín el sábado.
Lunes y martes la situación era igual y aún peor: ni siquiera las areneras pudieron desarrollar su actividad, ya que el ingreso y egreso de camiones fue totalmente bloqueado. “No se puede prohibir entrar a trabajar, la gente lo que quiere es laburar”, se quejaron.
El Consorcio denunció
Las autoridades del puerto público sampedrino, encabezadas por Mariano Veiga, hicieron la denuncia correspondiente ante Prefectura, que a pesar de ello no tomó intervención alguna, teniendo en cuenta que bien podrían considerar un delito en flagrancia el bloqueo.
La abogada del Consorcio de Gestión, la Dra. Vitale, dialogó el lunes con el Fiscal Federal encargado del área de puertos y Veiga mantuvo reuniones con las autoridades del Supa. “Esto para nosotros es terrible”, dijo el funcionario y aseguró: “Genera un puerto sucio”, en relación a las evaluaciones empresariales. Las empresas cargadoras no habilitaron el Puerto y aunque los portones permanecían abiertos con personal adicional de Prefectura, no hubo actividad.
El problema es de plata y poder
El Supa, como sindicato, maneja la bolsa de trabajo, producto del convenio vigente. Esto significa que cuando arriba un buque, los trabajadores van a la tarea de acuerdo a su ubicación en esa bolsa, donde tienen prioridad los afiliados. Después están los eventuales.
Unos dicen que hay trabajo para todos. Los otros se quejan de que los afiliados siempre son los beneficiados. Desde el gremio explicaron que los turnos duran 6 horas y que hay rotación. Los eventuales aseguran que esto no es así y que los afiliados pasan hasta más de dos días dentro de los buques.
“Al puerto lo utilizan 70 personas con sueldos superiores a los 15 mil pesos mensuales, que no abren el juego, están muchas horas adentro, en algún momento se iba a pudrir”, evaluó un conocedor del funcionamiento de la actividad, quien recordó que no se puede estar más de 12 horas trabajando en el Puerto y que el Ministerio de Trabajo no suele hacer inspecciones.