Un cinematográfico crimen pasional
Alguien dijo por allí que todo pasaba por San Pedro, y así parece ser. El domingo, la policía sampedrina capturó a un hombre acusado de participar en el asesinato del esposo de su amante en Rosario.
Lo que en un principio parecía ser un crimen a quemarropas o un típico crimen mafioso, pasó a ser un crimen pasional. Algo les falló a los asesinos y la Justicia trabajó con precisión.
Un hombre de 65 años, identificado como Basilio Vargas, domiciliado junto a su familia en la localidad de Temperley, fue asesinado de un disparo en la frente mientras se encontraba sentado al volante de su camioneta doble cabina alrededor de la 01:00 horas del domingo. El conductor había llegado allí acompañado por su pareja, una mujer de 34 años, identificada con el nombre de Elizabeth, quien en ese instante buscaba a tres de sus hijos en la casa de su hermana.
Los agresores le dispararon a quemarropa en plena vía pública, en Acevedo 1200 bis en la zona más empobrecida de Fisherton y huyeron a bordo de una moto Gilera 110 azul.
Para mala suerte de los asesinos, testigos ocasionales los identificaron y aportaron datos determinantes para orientar la investigación. Gracias a estos testimonios la policía estableció rápidamente que uno de los atacantes es un sobrino político de la víctima. El otro es un remisero que tiempo atrás residió en Lanús y que desde hace un tiempo estaba viviendo en Rosario.
Con los datos reunidos el juez de Instrucción Javier Beltramone extendió dos órdenes de allanamientos que se tramitaron por la mañana del domingo. Una, ubicada a metros de la escena del crimen. La otra, en una casa de pasillo de Barra y Génova, en Empalme Graneros. Ambas dieron resultados negativos pero en la vivienda de Empalme se toparon con un dato más que llamativo que destrabaría la pesquisa: ese domicilio, habitado por el remisero de Lanús al que buscaban por el homicidio ocurrido horas antes, estaba alquilado a nombre de Elizabeth, la mujer del hombre asesinado. Allí la causa dio un giro inesperado, se trataba de un crimen pasional.
Durante las primeras horas, el asesinato a sangre fría de Basilio Vargas, un empleado de una firma de recubrimientos industriales y marinos con asiento en la localidad bonaerense de Dock Sud, reunía alternativas típicas de un crimen mafioso.
Vargas tenía un solo impacto sobre el costado izquierdo de la cabeza, sin orificio de salida. Los agresores huyeron en una moto azul ante muchos testigos que asistían a dos cumpleaños que se festejaban en la cuadra. Los dos implicados fueron inmediatamente identificados. Uno es un sobrino de Elizabeth, de 20 años, cuyo apodo es Gaby. El otro, es el remisero, de 31 años, que en los últimos meses se mudó a Rosario.
Dato
determinante
¿Quién iba a sospechar o pensar que el hecho originado en Rosario iba a ser esclarecido en nuestra ciudad?. En realidad los investigadores ya tenían muchos datos como para dar con los asesinos pero la Policía sampedrina cumplió un rol fundamental al tomar parte en el caso. En uno de los allanamientos una de las personas del entorno de los sospechosos aseguró que el amante escaparía. Que en la misma moto huiría para su ciudad natal, Lanús. Fue por eso que tras una rápida combinación entre el Juez santafesino Javier Beltramone y la nicoleña Laura Vázquez se dispuso intervenir ante este supuesto paso por San Pedro. Habían logrado establecer que la madre del sujeto lo aguardaría en la estación de servicios Shell ubicada sobre el kilómetro 153 de la Ruta Nacional Nº 9, carril Rosario- Buenos Aires, a la altura de la localidad de Río Tala.
Hacia allí se dirigió una comisión policial y a los pocos minutos se pudo establecer que los datos eran certeros, porque una moto de las características descriptas ingresó al lugar ya sin combustible. Para sorpresa de los ocasionales visitantes, al menos seis policías se abalanzaron sobre el hombre, lo rodearon y apuntaron, y sin oponer resistencia se entregó a las fuerzas policiales. Efectivamente, el sospechoso fue detenido cuando viajaba en una Gilera 110 azul, similar a la descripta por los testigos.
El apresado, quien no es el autor material del asesinato, fue identificado como Fernando Gabriel Lazentone de 31 años, quien al igual que su cómplice, pertenecerían a la comunidad gitana. Los investigadores del caso indicaron que el apresado mantenía una relación sentimental con la esposa de Vargas y eso quedó corroborado en los testimonios. Todo indica que los autores fueron derecho a matar a la víctima por una motivación pasional. Aunque resta hallar al autor material del hecho y saber que rol cumplió la mujer en lo acontecido en la madrugada del domingo.
En la tarde del lunes, Fernando Gabriel Lazentone fue remitido a la penitenciaría de la ciudad de Rosario.