Un choque con suerte
La colisión entre un auto y una camioneta que huyó podría haber dejado peores consecuencias. En esa esquina funciona un centro al que concurren personas discapacitadas.
A veces los accidentes suceden sin que nadie tome conciencia de la magnitud que podrían haber tenido si hubieran ocurrido en tiempo y momentos diferentes.
Cualquiera que pasa y ve, diría… “No pasó nada”, o “Está todo bien”. Pero este no es el caso; para quienes habitualmente transitan por el lugar, el impacto visual fue otro.
La esquina en cuestión es la ubicada en Belgrano y Ayacucho, sobre la misma mano donde funciona SADIV, un centro que se especializa en la atención de personas con capacidades diferentes.
Allí alrededor de las 9 de la mañana del pasado jueves, colisionaron una camioneta Ford F100 blanca y un Renault Clio rojo. Como consecuencia del impacto, el rodado menor llevó la peor parte ya que presentaba muestras visibles del choque y además terminó su carrera arriba de la vereda del centro ya mencionado. Mientras tanto, el imprudente chofer del rodado de mayor magnitud aprovechó la situación y se dio a la fuga sin dejar rastros.
La pregunta de quienes estaban en el lugar era… ¿Qué hubiera pasado si era en otra hora, donde los internos de SADIV salen a la vereda? Lo cierto es que nadie toma conciencia de lo peligrosa que es esa esquina y que ponen en riesgo la vida de las personas que utilizan la vereda, principalmente a mitad de mañana o en horas de la tarde.
En la Ruta
Un camión que ingresaba a la ciudad sobre la Ruta 1001 volcó sobre uno de sus laterales y derramó gran parte de su carga sobre una de las zanjas que allí existen. Fue el viernes de la semana pasada en horas de la mañana, cuando el pesado rodado oriundo de Trenque Lauquen estaba pronto a retomar por el camino Crucero Gral. Belgrano. Al parecer, el chofer del camión cargado con cebada, decidió detener su marcha al costado del camino. Al descender para revisar los neumáticos observó, sin poder evitarlo, que el acoplado del mismo comenzó a deslizarse en sentido contrario a la ruta hasta volcar con sus cuatro cubiertas para arriba, dentro de la zanja.
El mismo permaneció en esa posición durante gran parte del día, y recién en horas de la tarde llegó otro camión que trasvasó la cebada alojada en el acoplado. Esto posibilitó el retiro del vehículo del incómodo lugar en el que había quedado.