Un cementerio de autos truchos y miles de autopartes dudosas
Decenas de automóviles secuestrados en diversos operativos descansan en un campo y el número crece cada semana. La policía busca vincular delitos de toda índole con el fenómeno de la venta de autos “con problemas”. En ese marco, una inspección especial detectó 6.500 autopartes usadas prohibidas para la venta. El terreno elegido es motivo de molestia para los vecinos.
El predio que un vecino cedió para el depósito de vehículos secuestrados por la policía es ya un verdadero cementerio de chatarra. Al mejor estilo conurbano, los autos se amontonan uno sobre otro, como una postal de aquello en lo que también se ha convertido el pueblo que se resistía a ser ciudad.
Desde que Paolini y Salas llegaron al distrito, secuestraron veintidós automóviles en el marco de una gama de distintos delitos. Numeraciones limadas, prohibiciones de circulación, adulteración de patentes, unidades robadas en el conurbano o que participaron en robos en esa zona son algunos de los motivos.
Los operativos continúan y las investigaciones procuran relacionar los hechos con cierto paraíso de la venta del usado barato en el que se han convertido algunos oscuros personajes que guardan relación con el negocio de la compraventa de autos, que realizaban esas operaciones en tugurios de mala muerte, cuando nadie los veía, pero que de a poco han ganado la luz y ya no se preocupan por ocultar esa condición.
Ahora tienen a la policía tras de sí, con una preocupación instalada. Con autoridades renovadas en la policía de prevención y ahora un nuevo titular en la DDI, el panorama tiende a ser otro.
En la vereda de la Comisaría ya no había lugar para tanto auto. El predio que un vecino prestó gentilmente va llenándose de a poco. Mientras tanto, las vinculaciones con otro tipo de delitos comienzan a tejerse y prometen novedades.
Autos y partes
La semana pasada, un operativo de la Dirección de Prevención del Delito contra la Propiedad Automotor de San Miguel secuestró 6504 autopartes en dos comercios y clausuró un taller mecánico, en el marco de una serie de allanamientos dispuesto por esa dependencia y a pedido de la Jefatura Distrital local.
Ni bien asumió, el comisario Dante Paolini había solicitado que llegaran al distrito operativos de todas las áreas posibles y que no tienen asiento en la zona. Vinieron en silencio y así trabajaron, para evitar cualquier tipo de sospecha respecto a alertas que pudieran surgir desde la propia policía hacia quienes están en infracción. No fueron “allanamientos” en sentido estricto, sino inspecciones. La primera fue en un comercio de venta de autopartes ubicado en Mitre al 2300, donde decomisaron 154 piezas de autopartes usadas que eran ofrecidas a la venta: cajas de transmisión, tapas de cilindro, discos de freno, entre otros elementos.
La segunda intervención tuvo lugar en Gomendio al 2400, donde detectaron que no se cumplía con la normativa que rige el control de desarmaderos y ventas. Allí se registraron autopartes usadas por un total de 6350 piezas (ópticas delanteras, cigüeñales, alternadores, tapas de cilindro, compresores de aire acondicionado, entre otros), que eran ofrecidas a la venta y quedaron en el comercio bajo depósito judicial, con prohibición para ser comercializadas.
El tercer objetivo fue un taller mecánico y agencia del automotor ubicada en Boulevard Moreno al 900. Allí se labraron actuaciones contravencionales, ya que el lugar carece de la documentación correspondiente según la normativa vigente, por lo que el comercio fue clausurado. La venta de autopartes se realiza bajo el régimen de la ley, que especifica una serie de requisitos para vender artículos usados. Los comerciantes lo saben, pero como no los controlaban estaban un tanto relajados, también producto de la falta de recursos, las irregularidades estaban a la orden del día.
En total hubo seis inspecciones, de las cuales tres tuvieron resultados positivos respecto a la infracción. En las dos primeras hay conformadas causas penales; en la tercera, el expediente está en el Juzgado de Paz por la carencia de registros correspondientes. “Los comerciantes están obligados a exhibir mercadería y documentación. Hay cosas que usadas no se pueden vender y otras que sí, pero tienen que cumplir con la cadena de control”, explicaron desde la Policía.