“Un año para no aprender: la Secretaría de Salud no sabe, no contesta o no tiene respuestas”, un editorial de Lilí Berardi
El sábado, el secretario de Salud, Daniel Creus, brindó una extensa entrevista en Sin Galera, luego de que este medio le enviara una nota formal que no respondió en la que se le solicitaban datos sobre la vacunación contra el coronavirus. En este editorial, Lilí Berardi analiza lo que dejaron esos 45 minutos de diálogo con la máxima autoridad sanitaria local.
- Por Lilí Berardi
No hay segunda oportunidad para una primera impresión. La amabilidad suele hermanarse con el cinismo y la soberbia es prima hermana de la conducta autoritaria.
A esa triste conclusión se llega tras más de sesenta días de lidiar con el ocultamiento de datos, la desaparición de las estadísticas y la prepotencia de imponer las condiciones para que la población se vacune según imponga la lógica que impera en el ánimo del gobierno nacional y provincial.
Con la excusa de la protección de datos de identidad, la autoridad sanitaria sampedrina lleva dos meses de prueba y error al amparo de la necesidad de contener la explosión que hace ruido en el seno del Frente de Todos y sus máximos aliados de Juntos por el Cambio.
Uno no vive sin el otro y en el medio, como en las parejas donde hay violencia, quedan los hijos o ciudadanos despojados de sus más elementales derechos, en este caso cualquier variedad o marca de vacuna contra el coronavirus.
Es que el Dr. Daniel Creus parece tener la convicción de que el pueblo no está preparado para comprender nada y que esa medicina sanadora que es la información no es más que un placebo para los gobernados.
Entiende que decir que tiene “casi” 5500 personas vacunadas con la primera dosis y no poder precisar las franjas etarias de los inoculados porque allí anidan los vergonzosos datos del vacunatorio blue donde reciben su beca mensual casi 40 personas designadas para “militar la vacuna”, es suficiente porque para justificarse desprecia sin miramientos la experiencia de un equipo que aceitó todos sus engranajes durante doce meses para asistir a la cruel pandemia que encontró al país despojado de recursos sanitarios y subestimando la gravedad de la desgracia mundial colectiva que hizo tambalear gobiernos, mandatarios y alianzas económicas.
¿Acaso dejaron de ser importante la cantidad de camas, los respiradores, el testeo masivo, los operativos sanitarios cuando el gobernador nos indica que lo que viene es un Tsunami?
¿Por qué se priva a la población de saber que el Hospital no tiene camas de internación porque está en obras de refacción?
¿Por qué no salta el alerta rojo sobre la Clínica San Pedro tras la renuncia de los internistas imparables Sayago, Schiaffino y Dubini?
¿Importa que los afiliados de Pami que capitan en el Hospital y en esa clínica sólo dispongan este año de la mitad de las camas que casi llegaron al límite de la saturación el año pasado cuando detectaron casos positivos en un geriátrico que obligó al traslado de más de diez abuelos en una sola noche?
¿Qué clase de moral es la que rige este comportamiento miserable para con aquellos a los que tenemos que agradecer sean médicos, enfermeras, policías o inspectores de calles que se exponen a diario a que se burlen con sorna los que organizan fiestas clandestinas?
¿Por qué el secretario de Salud dice que no puede decidir nada que no le manden sus superiores como si allí anidase la sabiduría de entender que un vacunatorio en Santa Lucía, Río Tala, Gobernador Castro o Pueblo Doyle es IR A BUSCAR a los pacientes antes de que se enfermen? ¿Acaso no quieren cooperar con la Provincia y la Nación con esa fantástica sabiduría que otorga el territorio?
¿Cree el Dr. Creus que Gollán o Kicillof saben cuántos kilómetros recorrió un matrimonio de más de 80 aos que vive en la zona rural para recibir la dosis viajando 40 kilómetros en medio del barro para vacunarse uno el viernes en el Club de Jubilados y el otro el sábado en el Hospital?
Sólo de nafta, es más caro que llevar las dosis de la vacuna china y esperar que pare la lluvia para establecer el listado de personas de más de 70 años que todos conocemos en cada pueblo como la palma de la mano.
No puede haber silencio cuando se le pregunta al secretario cuántas personas mayores de 70 tiene en el padrón de inscriptos y cuántas serán las que no se enteraron de su única oportunidad de una tránsito más saludable para los tiempos que se avecinan. Tampoco puede hacer alarde del desagradecimiento para con aquellos que se prestaron como voluntarios a disponer instalaciones, camas, oxígeno, respiradores y tiempo para asistir a la población cuando asomaban los primeros casos y todo era incertidumbre.
Si para cada decisión de vacunar debe llamar a quien lo autoriza, el plan terminará naufragando entre los parientes, amigos y militantes del vacunatorio porque pasaron CUATRO semanas en las que no llegaron las dosis sin que nadie se sonroje.
Sus informes y archivo trascienden a todas las gestiones y quien busque datos puros y duros los tendrá a disposición porque tampoco existe hoy un control de gestión en el Concejo Deliberante como el que soportó la gestión Guacone a manos de los muchos que hoy se integran al gobierno de Cecilio Salazar como si mudar de ideas fuese una cuestión de adaptación al bolsillo.
Apenas asumida, la concejala Cecilia Vázquez, que se atrevió a cuestionar la labor de sus pares, encontró un jugoso sueldo para ingresar a la administración del Pami.
Tamara Vlaeminck, que también “sacó la grande y el gordo de Navidad” cuando la designaron en Anses, volverá también a su banca para el doblete como el que sorprendió en 2016 a Sergio Rosa ostentando los dos cargos.
A la Secretaría de Obras Públicas ingresó el secretario de Hacienda del intendente Guacone para acompañar al exsecretario de gobierno de esa misma gestión. Volvieron para arreglar el desarreglo?
El próximo paso es la estigmatización de los trabajadores de prensa y ahí sí, no escatimarán venganzas. El modelo de Camioneros va ganando terreno cada vez que patotean en público y luego en privado piden disculpas. Similar a la agresión que sufrió uno de nuestros periodistas cuando llegó al Club de Jubilados para hacer un móvil e informar a la ciudadanía sobre “la segunda mudanza” del equipo paralelo que coordina una dirigente de La Cámpora con la asistencia técnica de la Dra. Silvana Morales. Ese día el ex Secretario de Desarrollo Humano de Guacone y otro becario al que apodan “el Colo”, arremetieron contra un trabajador (eso es un periodista) con un saludo más que cordial: “Tomátela”.
Quien esto escribe ha pasado décadas escuchando a quienes se han quedado sin trabajo como producto de las necesidades de los nuevos patrones de la Argentina y ciertamente lo lamenta por ellos, pero… estos desocupados de la política que siempre consiguen conchabarse en algún lado son realmente producto de lo que entre todos elegimos o ya son parte de esa casta holgazana a la que hay que mantener y sostener al ritmo de las campañas de difamación que emprenden en el cuantioso tiempo ocioso que tienen para utilizar las redes sociales?
El terreno está preparado para que atropellen e inventen la ley de la calle y la mayoría de la gente que en el único lugar que militó fue en el trabajo anda distraída buscando un modo de sobrevivir a gobiernos de todos los colores cuya premisa es hacer del odio un instrumento de dominación constante.
Quien tenga alguna duda puede tomarse 45 minutos de tiempo para escuchar el audio completo y sacar conclusiones. Aquí, en este medio confiamos en el criterio de los sampedrinos que ya ni la pretensión de una conferencia de prensa tienen porque del otro lado nadie sabe ni contesta con datos que permitan vislumbrar el horizonte de la cruel segunda ola que ya se llevó cuadro vidas en la primer semana de Abril.
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