Un “ajuste de cuentas” en el camino de Nicolás Castillo
Hace nueve días que no se sabe nada del joven de 20 años desaparecido en Río Tala. La Policía tomó varios testimonios y rastrilló diversos lugares del partido pero no pudo encontrarlo. La familia reclamó y cortó la Ruta 9. El lunes dictaron las primeras medidas vinculadas a la desaparición y secuestraron dos palas, un auto y celulares. La Fiscalía 7 solicitó la caratula de “homicidio” y es Tanús quien decide.
A más de una semana de la desaparición de Nicolás Castillo todo es un misterio. A medida que pasan las horas la situación se agudiza y lo más preocupante es que por el momento cada aporte que se ha hecho apunta a una situación traumática, nada sencilla de resolver ante la desesperación de sus seres queridos.
Tan es así que la Fiscala Gabriela Ates entendió que los detalles suministrados son suficientes como para caratular la causa como “homicidio”, aunque sus colegas Marcelo Manso primero y Darío Giagnorio después resolvieron no hacer lugar debido a la inexistencia del cuerpo sin vida. Por ello será el Fiscal General Héctor Tanús e quien disponga la carátula del expediente, que para algunos sigue siendo “averiguación de paradero”.
La Policía de San Pedro, a cargo del Comisario Fabián Gallo, trabaja sin parar, a destajo y con lo poco que tiene a disposición, contando más que nada con la colaboración de vecinos y lugareños que facilitaron tractores y acoplados para que a pesar de las lluvias de los últimos días pudieran ingresar en los campos para no interrumpir el rastrillaje.
Llama poderosamente la atención la ausencia de las máximas autoridades policiales de la región, Zona Norte, Departamental y hasta DDI, quienes ante casos mucho menos complejos y relevantes han estado “todos”. Aquí, por ahora, han brillado por su ausencia. Es más, a nueve días de la desaparición, resulta extraño que no se hayan hecho presentes cuerpos especializados en búsqueda de personas, a pesar de que, según trascendió, fueron solicitados.
Cuándo y cómo se fue
Lo único que se sabe con certeza es que Nicolás Castillo fue visto por última vez el lunes 12 de enero en compañía de una joven. Su madre relató que había llegado hasta Río Tala, procedente de Baradero, para entregar y cobrar una moto que había vendido. Por lo que se sabe, recibió el dinero y se lo entregó a su madre.
En ese punto se detienen los investigadores ya que por alguna cuestión definida como “ajuste de cuentas” el joven pudo haber quedado en manos de quien suponía que todavía tenía la plata en su poder.
A partir de allí surgieron diferentes versiones y datos no tan precisos, que por el momento no han dado resultados.
Buscaron en todas las casas abandonadas que hay sobre la Ruta 1001 entre San Pedro y Río Tala, desde que un llamado cuyo origen se desconoce alertó sobre la presencia de Nicolás, “golpeado pero bien” en algún sitio. También rastrillaron Río Tala, el basural, Vuelta de Obligado, Santa Lucía y en Gobernador Castro, localidad donde se efectuó una intensa inspección ya que una pista señalaba esa zona como destino del desaparecido.
Lamentablemente, las tareas por el momento no dieron resultados pero todo parece indicar que las próximas horas serán cruciales para el desenlace de esta historia.
“Espero que a las palas
no las hayan usado”
Consultada por La Opinión, Mercedes, la mamá del joven, fue contundente: “Espero que a las palas no las hayan usado”, en referencia a los primeros elementos en poder de la Justicia: dos palas anchas, un auto y celulares, secuestrados durante los rastrillajes y allanamientos.
Los indicios no son los mejores ya que representan una mala señal que se suma a los testimonios prestados por diversas personas y a la propia calificación que solicitó la Fiscalía N° 7. Desde el fin de semana, Gabriela Ates ordenó diversas medidas en función a los testimonios escuchados.
Como primera medida se solicitó colaboración a Bomberos y Prefectura, DDI San Pedro – Baradero, destacamentos de las localidades, Policía Rural y hay rastreo de llamadas además del análisis de los números activados durante estos días.
Habrá pericias sobre las palas y el interior del automóvil, ya que obra en poder de la Justicia el relato de una persona que dijo haber visto a Nicolás subir al Peugeot 505 bordó secuestrado el lunes.
Este vehículo pertenece a un remisero de Río Tala, quien al declarar aseguró no tener vinculación alguna, aunque el rodado habría sido conducido por otro sujeto, que a su vez es quien habita en la casa allanada donde se secuestraron las dos palas anchas.
Seguramente es duro para la familia escuchar y ver que todas las medidas que se toman apuntan a un desenlace traumático, pero es cierto que todo se desprende de las pistas, porque todos los que se acercaron a colaborar dijeron saber algo de Nicolás y, hasta el momento, nadie ha aportado indicios del joven con vida.
“Un chico bueno,
que no tenía problemas”
Tanto su mamá como familiares y amigos coincidieron en destacar que Nicolás Castillo es “un chico bueno, que no tenía problemas”.
El joven de 20 años nació y se crió en Río Tala, pero vive desde hace dos meses en Baradero, debido a que su mamá está separada y ahora convive con su nueva pareja en esa ciudad. Su papá vive en Mar del Plata desde hace algunos meses pero por ahora no ha dado señales, a pesar de la trascendencia que ha tenido la desaparición de Nicolás.
El joven Castillo integra una familia trabajadora compuesta por cinco hermanos de los que él es el más chico de los varones.
Actualmente hacía changas, ya que desde hace un tiempo no conseguía trabajo permanente. Anteriormente se había desempeñado como empleado del lavadero Pirini en Río Tala, y antes trabajó en la firma Rosales, en la zona rural de la localidad.
Aseguran que fue un buen compañero de escuela, que cursó la primaria y secundaria en la localidad y que, a pesar de que nunca jugó al fútbol en los clubes de la zona, le gustaba sumarse al “picado” junto a sus amigos.
El “Mono” no aparece
La mirada de la Policía está puesta en un sujeto apodado el “Mono”, que sería novio o exnovio de la joven que estaba junto a Nicolás Castillo, el lunes 12 cuando fue visto por última vez. Según se pudo saber esta persona habría desaparecido de los lugares que frecuentaba y sería determinante su colaboración para el futuro de la causa.
Si bien no se ha librado ninguna orden de captura, para los familiares podría ser de suma utilidad que pueda ser ubicado ya que las pocas sospechas que existen apuntan a su persona.
Un corte de ruta que generó muchos problemas
La familia cortó primero la ruta 1001 y luego la N° 9 para exigir que la Fiscala Ates se haga presente y pedir que los medios nacionales se hagan eco del caso.
El corte en la autopista nacional comenzó pasadas las 9.30 de la noche del sábado y se extendió hasta pasadas las 5.30 del domingo, en pleno recambio turístico.
Gendarmería y Policía desviaban vehículos en los puentes de San Pedro y Baradero, para que pudieran continuar viaje tras dar una vuelta a través de la Ruta 8.
Quienes venían desde Buenos Aires, desviaban en Baradero por la Ruta 41, hacían el tramo por la 8 hasta la 191 y desde allí retomaban la 9. Desde Rosario, el camino era el inverso.
En la ruta que une San Pedro y Arrecifes pudo verse una gran cantidad de automóviles en la banquina e incluso grúas. El mal estado de ese camino provincial y algunos casos de negligencia podrían haber provocado una tragedia, que por suerte no sucedió.