Tres sampedrinas volcaron en ruta 41: el relato de un milagroso accidente
Iban a Pinamar de vacaciones cuando, a la altura de San Miguel del Monte, un auto que venía por el carril contrario se cruzó y las chocó. El Fiat 500 en el que viajaban volcó, pero de milagro sólo sufrieron algunos golpes. El coche que provocó el accidente intentó huir de la escena.
Tres sampedrinas que viajaban a Pinamar volcaron en un Fiat 500 cuando circulaban por la ruta 41, a la altura de San Miguel del Monte, luego de que una mujer oriunda de Morón que iba con sus hijos por el carril contrario perdiera el control de su auto y las chocara. A pesar del impacto y los tumbos, las tres resultaron ilesas, con apenas algunos golpes y un susto que todavía perdura.
El accidente se produjo alrededor de las 15.00 del martes 4 de febrero pasado, en la ruta 41, entre San Miguel del Monte y General Belgrano. Carolina Actis, Victoria Torres y Selva Maidana viajaban a Pinamar, donde el padre de una de ellas había alquilado una casa para pasar sus vacaciones y las esperaba para que disfrutaran unos días de playa.
Habían salido alrededor de las 12.30 de San Pedro, con muchas precauciones porque era la primera vez que hacían un viaje de tanta distancia. Viajaban a una velocidad de entre 80 y 100 km por hora, en una ruta no muy cargada pero con tránsito fluido.
Ya habían visto algunas maniobras peligrosas de automóviles a mucha velocidad y adelantamientos imprudentes. Jamás pensaron que una de esas imprudencias las iba a afectar directamente: un Volkswagen prácticamente cero kilómetro que venía por el carril contrario se despistó y las chocó.
No saben cómo sucedió. Todo ocurrió en pocos segundos. La mujer que manejaba el VW, según pudieron reconstruir, se habría agachado a buscar algo y perdió el control del volante, se cruzó de carril y chocó el Fiat 500 en el que iban las sampedrinas.
El golpe fue en la zona lateral izquierda trasera y provocó que el Cinquecento cruzara hacia el carril contrario y volcara en la banquina. Las chicas no están seguras si dieron uno o dos tumbos. El Fiat 500 quedó con sus ruedas hacia el cielo y ellas adentro.
Carolina y Victoria, que viajaban adelante, lograron abrir las puertas y salir. Selva quedó adentro del auto y se puso nerviosa. El baúl se abrió y cayeron las valijas, lo que le permitió a la joven salir. Se miraron, estaban bien las tres. Se abrazaron y lloraron mientras otros automovilistas paraban para ayudarlas.
La mujer del Volkswagen que las chocó huyó de la escena sin detener su marcha, a pesar del terrible accidente que había provocado. Otros autos la siguieron por su trayecto y lograron que regrese para hacerse cargo de la situación que había generado.
Carolina Actis y Selva Maidana fueron trasladadas al hospital de San Miguel del Monte por una ambulancia, mientras bomberos y policías, que también habían llegado al lugar del choque, trajaban en las pericias junto a Victoria Torres, que se había quedado a custodiar sus pertenencias.
En el hospital, las dos sampedrinas fueron sometidas a diversos estudios que determinaron que no habían sufrido lesiones de consideración, más allá de algunos golpes y hematomas producidos por la presión ejercida por los cinturones de seguridad.
“Yo venía atrás, fue como estar en una licuadora violenta y descontrolada”, describió la diseñadora gráfica y docente Selva Maidana, en diálogo con La Opinión desde Pinamar, donde luego del accidente viajaron junto al padre de una de sus amigas, que las fue a buscar para que continuaran con el plan de vacaciones más allá del episodio que les tocó vivir.
“Era como una película, yo venía mirando la ventanilla, entredormida, no entendía nada”, contó sobre el momento previo a sentir el golpe que provocó el vuelco. “Los airbags no reventaron, porque el choque fue de costado y lo volcó, el impacto no fue tan fuerte como uno podría imaginar”, agregó.
Cuando salieron del hospital fueron a la Comisaría de San Miguel del Monte para prestar declaración. Allí se cruzaron con la conductora, aunque no intercambiaron palabras. A las 2.00 de la mañana, casi 12 horas después del accidente, pudieron seguir viaje una vez que una grúa se llevó el Fiat 500 de la escena.
“Nos dimos cuenta que volvimos a vivir, lloramos como locas, y después todo lo del hospital, lo del seguro, una está shockeada y tiene que vivir todo eso. A las 2.00 de la mañana recién pudimos ir a descansar un poco, nos fuimos con el papá de Carolina a Pinamar”, informó.
“Por suerte no perdimos nada de las cosas que llevábamos, ni dinero ni documentación ni nada, paró mucha gente, bomberos, médicos, enfermeros, todos nos ayudaron y estamos muy agradecidas”, señaló Maidana.
“Ahora lo repaso y pienso que fue un milagro. Me duele un poco el cuerpo, por el golpe, porque te sacudís tanto que te golpeás por todos lados, el cinturón te aprieta, te sostiene pero te aprieta, tengo muchos hematomas y Caro está shockeada, no pudo dormir bien ni relajarse, pero está bien, estamos bien los tres, gracias a Dios”, agregó.