Tres policías a juicio oral por el caso Rotela
El juzgado de garantías decidió elevar a juicio una segunda causa iniciada tras el homicidio de Lucas Rotela en Baradero. Hay tres policías, entre ellos el sampedrino Javier Benavídez, que están imputados por incumplimiento de deberes de funcionario público, luego de que el fiscal Marcelo Manso hallara irregularidades en el accionar de los efectivos tras el hecho que le costó al vida al joven.
Pocas horas después del asesinato del joven Lucas Rotela en Baradero, el 12 de febrero de 2011, y de la detención del policía Gonzalo Kapp como autor de los disparos que terminaron con su vida, el fiscal Marcelo Manso inició una segunda causa en la que imputó a las autoridades policiales responsables de la seguridad baraderense de ese entonces al detectar graves irregularidades en el proceder de los efectivos ni bien se produjo el hecho en el que el principal acusado era un compañero de trabajo.
La causa involucra al jefe de la Policía Comunal de Baradero, Comisario Raúl Franzoia, al jefe de la Comisaría de Baradero, el Comisario sampedrino Javier Benavídez y el Oficial de Servicio Mario Pío. A decir verdad, la responsabilidad principal del caso recayó sobre Benavídez, que era quien estaba a cargo de la dependencia en el momento del hecho; Pío fue quien debía certificar en el acta lo acontecido, y Franzoia quedó imputado por ser la autoridad máxima, además de ser el primero en comunicar lo sucedido al fiscal.
La jueza de Garantías, María Eugenia Maiztegui, hizo lugar a la solicitud del fiscal Hernán Granda y ordenó la elevación a juicio de la causa. El sumario original, involucró a otros uniformados que con el avance de la instrucción de la causa fueron quedando al margen, hasta que los sospechados fueron imputados por falsedad ideológica, incumplimiento de sus deberes y encubrimiento.
Las irregularidades en el proceder de los policías fueron detectadas por el fiscal Manso ni bien puso un pie en la Comisaría, ya que advirtió que recién le habían comunicado lo acontecido cuando recibió el llamado del Comisario Franzoia a las 08.27, según consta en la causa, cuando en realidad el asesinato se produjo alrededor de las cuatro de la madrugada, y los policías habrían afirmado que a las cinco aproximadamente, habían puesto en conocimiento del hecho al fiscal.
Manso reconoció que ese día, hasta el momento en que se hizo presente en Baradero, no se habían tomado medidas para con el efectivo acusado ni se había convocado al personal de Policía Científica para que efectúe las tareas de peritaje correspondientes ante la gravedad de lo sucedido. Es decir que todo lo efectuado en el lugar se hizo cuatro horas después del homicidio, y que la escena del crimen sufrió alteraciones. De todos modos nada sirvió para evitar la culpabilidad del policía Kapp en el hecho, ya que también se pretendió hacer creer que el agente reaccionó contra Rotela porque este llevaba un arma, versión que fue desestimada de inmediato ya que jamás se halló elemento alguno en el lugar del hecho.
Lo particular del caso es que en esta segunda causa instruída contra los jefes policiales, el propio Gonzalo Kapp oficiará de testigo ya que a la hora de declarar, sus dichos tampoco coinciden con lo asentado en el acta confeccionada en la Comisaría.
Dudas, balas y muerte
El homicidio de Lucas Rotela, quien hacía pocos días había cumplido 19 años, se produjo en la madrugada del sábado 12 de febrero de 2011. Esa noche, el joven se hallaba en la Plaza Colón junto a dos amigos y al ser sorprendidos por un móvil policial salió corriendo llevando su moto de tiro. En ese momento Kapp apuntó directamente contra Rotela y comenzó a disparar. Uno de los proyectiles de plomo impactó en el cuerpo de la víctima, quien siguió corriendo y con el último ánimo alcanzó a llegar a su casa e indicarle a su papá que un policía lo había herido.
Finalmente Kapp fue hallado culpable y condenado a prisión perpetua en marzo de 2013.