Tres millones de complicaciones
Hoy es el día fijado por la Provincia de Buenos Aires para que el Municipio de San Pedro se presente a aceptar más de tres millones de pesos en concepto de coparticipación por las retenciones. El dinero tiene destinos prefijados por el Gobierno Nacional y no puede ser ingresado a las cajas municipales.
Si algo faltaba para complicar la situación de quienes oscilaron entre la buena relación con el Gobierno y los productores rurales, es esta especie de “soborno” para aquellos municipios o provincias que necesitando imperiosamente el dinero, tengan que aceptar el 30% de retenciones coparticipables para cada rincón del país.
“Se hizo justicia” dicen quienes desde hace décadas claman por un reparto más justo del dinero que recauda la nación y la provincia a través de tributos que jamás se devuelven de manera directa en obras o mejoras a las ciudades que las originan; pero no es menos cierto que el marco en el que se han dado estos acontecimientos dista mucho del federalismo que equitativamente esperan provincias y municipios postergados por generar menos recursos o no tener la incidencia electoral de las principales urbes.
La comunicación a San Pedro llegó de manera particular. Un e-mail enviado a Concejales de la oposición contenía las indicaciones para acceder a los 3.184.413 pesos, que serán girados a San Pedro durante el 2009 siempre y cuando, se liquiden las retenciones esperadas.
El Sectetario de Hacienda, Cr. Jorge Génova, se mostró sorprendido por el mecanismo de comunicación, pero comenzó en horas tempranas del Lunes, a analizar la conducta a seguir junto al Intendente.
“Hay que aceptar” dijo el Concejal Javier Sualdea, quien fue el primero en tener datos precisos y transmitirlos al presidente de la bancada oficialista, Abel González. Indicó además que el monto equivale al cinco por ciento del presupuesto municipal y no puede despreciarse aunque preferiría que semejante suma sea inyectada de manera directa al sector más dinámico en materia de mano de obra que es el frutícola. “En mi opinión, tendría que usarse para generar mano de obra”, dijo el edil.
Durante todo el día Lunes, no hubo declaraciones oficiales pero sí, especulaciones respecto del verdadero propósito del anuncio.
Sabía que era esa plata
En el entorno del Intendente, las cuentas ya estaban sobre la mesa. De acuerdo a los anuncios de la Presidenta, el dinero que llegaría a San Pedro, estaría atado al coeficiente aplicado para cada una de las Provincias. Lo que nadie quería salir a explicar es que no es tan simple como parece el mecanismo que se utilizará. Los poco más de tres millones serán entregados en partes y a medida en que se liquiden las exportaciones. “Lo importante es la foto” señaló uno de los principales colaboradores de Barbieri, mientras preparaba algunos puntos básicos que formarán parte del discurso de inauguración de Sesiones Ordinarias que se conocerá en el día de hoy. El tema es que los Intendentes que alguna vez fueron K, pasen a firmar y mostrar que quedan doblegados ante la necesidad del giro de fondos. Una versión que aparece bastante acertada si se mira el triste papel que se le ha asignado al Gobernador Scioli en las últimas semanas, cuando se lo obligó a mendigar dinero para llegar a un acuerdo con los docentes. Aunque no lo diga, el ex motonauta sabe que las mieles con los Kirchner pueden agotarse y transformarse en hieles, si se miran los números en rojo que tiene el territorio bonaerense.
Para los productores no deja de ser un trago amargo, ya que cada uno de ellos preferiría dejar sus retenciones en las oficinas locales de la DGI para que se vuelquen a sus propios pueblos y no pasen por las arcas de la nación.
¿Qué es “El Fondo”?
Según lo anunciado por la presidente de la Nación, el fondo solidario prevé que con los ingresos que se obtienen en calidad de derechos de exportación de la soja (tributo más conocido como retenciones), se realice una distribución para que las provincias y a la vez los municipios puedan invertir en obras públicas. Esa es una de las condiciones inapelables para recibir el monto correspondiente a cada ciudad, según el porcentaje habitual de coparticipación que para nuestra ciudad es de 0,75%.
Números con mal olor
Si el dinero del fondo solidario procedente del 30% de las retenciones a la exportación de soja se repartiese entre los 60.000 sampedrinos, cada uno recibiría poco más de 53 pesos en pequeñas cuotas durante 2009. Si se miden en obras públicas, financiaría una tercera parte de la planta depuradora nueva o ayudaría a la construcción de seis escuelas modestas. Tres millones (todos juntos) pueden servir para la puesta en marcha de alguna actividad que genere puestos de trabajo u obras públicas de menor envergadura que devuelvan calidad de vida a los ciudadanos, por ejemplo, en pavimentos. En fin, todo depende de la ecuación que cada ciudadano quiera hacer. Lo único productivo ha sido el fantástico aprendizaje que deja un año de conflicto con el campo, donde la venganza fue más importante que la solución. El ciudadano común sabe y comprende más cuestiones inherentes a la administración pública que en la abúlica y unitaria Argentina de las últimas décadas.
Cuestión de principios
“Usted agarre y después vote” se le suele decir a los sufragantes en un comicio, tras la entrega de chapas, colchones u otras prebendas más sofisticadas como electrodomésticos y placares. Ahora la misma ecuación parece usarse con los Intendentes, al ponerlos de rodillas y como esclavos del dinero que aún sin haber sido percibido, será parte del botín anual que se recauda en el festín que preanuncia la mayor caída del sector agroalimentario que recuerde el país. Es una cuestión de principios para algunos gobernadores como Binner en Santa Fe y un puñado de sus Intendentes, pero una gran encrucijada para quienes ya están sufriendo demoras en la cooparticipación en la Provincia de Buenos Aires. Está claro que todos los límites se han sobrepasado, pero cabe preguntarse ¿Qué sucedería si durante un año el sector agropecuario resiste y no exporta?. Es algo verdaderamente imposible, pero no por ello hay que dejar de sostener posturas dignas frente al monumento de un dinero que tarde o temprano pagaremos todos los ciudadanos.
La última clase en la ruta
Casi como un ritual del que no podían ni querían apartarse, no más de tres decenas de productores protagonizaron el cierre del último paro de comercialización de hacienda y granos. Sobre el ardiente pavimento de la Ruta 9, insistieron con las banderas argentinas pese al repudio generalizado de sus vecinos y pares, aunque con el aliento de las bocinas de quienes transitaban la ruta en clara adhesión a la protesta. Ahora esperarán las nuevas negociaciones, pero se preparan para estar menos distraidos ante las urnas. También ellos aprendieron una crudísima lección: actuaron con cierto egoísmo y mucha indiferencia cuando las vacas estaban gordas y la soja resplandecía, dejando en manos del gobierno de turno la suerte de otros argentinos que ya no tienen ni por asomo la posibilidad de obtener un trabajo.
En los cerrados aplausos de la minúscula asamblea, se despertó nuevamente la emoción y la bronca con la que transitarán los próximos meses.