Tras la pista de una banda que opera en el radio suburbano de la ciudad
Luego de conocerse un nuevo caso de abuso sexual, salieron a la luz otros ilícitos que podrían vincular a las mismas personas. Todos tienen algo en común: la modalidad y la zona en donde se ejecutan.
A pesar de que tanto la Justicia como la policía no dieron detalles del aberrante caso de abuso sexual con acceso carnal perpetrado la semana pasada y publicado por La Opinión, el hecho tuvo trascendencia en la comunidad.
El caso es muy grave y se suma a otros de similares características que afectaron de manera importante a quienes fueron víctimas. Hasta el momento se desconocen detalles de la investigación y no existen pistas firmes como para dar con los sujetos.
Lo que sí ha quedado en claro es que los delincuentes se mueven en un radio puntual, ni una cuadra más, ni una cuadra menos. El 90 por ciento de los ilícitos que se registran en la zona fueron perpetrados en el radio comprendido por las calles Caseros, Rómulo Naón, Ruta 1001 y Crucero General Belgrano, y en su mayoría los protagonistas huyeron en sentido opuesto al ejido urbano de la ciudad.
Haciendo un racconto de los hechos más significativos que trascendieron públicamente, se recuerda un caso de abuso sexual del que fuera víctima un niño que circulaba en bicicleta, en inmediaciones de Crucero General Belgrano y Caseros, para tener en cuenta la peligrosidad del lugar y las pocas medidas que se tomaron al respecto. El hecho sucedió en 2005 y tomó poca trascendencia por lo delicado del caso y por pedido expreso de los familiares.
Con el paso de los años hubo varios ilícitos de distinta índole, todo en la misma zona: robos a mano armada y en plena vía pública, asaltos a transeúntes, violación de domicilio, robos calificados a comercios, privación ilegítima de la libertad y los más graves, abusos sexuales y asesinatos.
Para no ir más lejos en el tiempo con respecto a los hechos sucedidos en ese radio de la ciudad, se recuerda, por ejemplo, el asesinato de Fabián Espinoza, en Caseros y Maestro Reyna –a cuatro cuadras de donde asesinaron al comerciante Daniel Pérez–, tras una pelea callejera cuyo responsable se encuentra cumpliendo condena.
El año pasado, en ese mismo radio, dos conocidos vecinos sampedrinos fueron víctimas de ataques armados. En el mes de julio, en inmediaciones de Rómulo Naón y Ruta 1001, el director técnico de fútbol Gerardo Biaín recibió un disparo de arma de fuego que puso en riesgo su vida, aunque logró recuperarse satisfactoriamente. Pocos meses después, en octubre, el dirigente sindical Víctor Hugo Ríos también fue víctima de un ilícito y recibió seis disparos de arma de fuego salvando su vida milagrosamente.
En julio de este año, una mujer fue interceptada en cercanías de Caseros y Noseda. Dos personas la redujeron con un arma de fuego y le sustrajeron el rodado en que se movilizaba. Apareció en escena un tercero que la obligó a subir a un vehículo y junto a otro delincuente la sometieron sexualmente a las pocas cuadras de donde la interceptaron.
Quizás los hechos no tengan nada que ver con los registrados ahora, pero tienen algo en común: ninguno fue esclarecido y no hay responsables hasta el momento.
Preocupación y coincidencias
Fuentes inobjetables confirmaron a este medio que si bien existen hechos denunciados habría al menos tres casos más de abuso, con características similares a los conocidos, que no fueron reportados ante la policía o Fiscalía, más otros tres que serían robos a establecimientos o violaciones de domicilio, de los cuales sólo uno fue denunciado.
Todos estos casos tienen algunas coincidencias y una de ellas sería el número de personas que perpetran el hecho y los lugares donde se mueven.
Los dos abusos denunciados en los últimos dos meses fueron protagonizados por tres sujetos, y los que no fueron asentados también habrían sido efectuados por la misma cantidad de personas; en el robo a un establecimiento rural registrado la semana pasada en cercanías del obrador de la Coopser, se presume que fueron tres los asaltantes; y en las propiedades que corrieron la misma suerte pero cuyos responsables no radicaron denuncia alguna también serían tres los participantes.
Hasta el momento no hay demasiadas pistas e incomoda la quietud judicial y policial evidenciada en la mayoría de los casos, cuya gravedad no es menor.
Detalles aberrantes
A medida que avanzan los días se conocen detalles escalofriantes del caso de abuso sexual agravado que La Opinión confirmó en exclusiva en la edición anterior. En un primer momento sólo se supo que una pareja fue sorprendida por tres sujetos y tras ser robada (entre otros elementos, se llevaron los celulares), la mujer fue abusada.
Con el correr de las horas se supo que la joven pareja se encontraba en una situación íntima dentro de un auto en inmediaciones de Ruta 1001 y Rómulo Naón. Allí fue donde aparecieron los tres delincuentes que los robaron y obligaron a trasladarse en el propio vehículo. El viaje habría culminado en las viejas y abandonadas instalaciones del ex frigorífico Pradec. Allí los delincuentes ataron al hombre y sometieron sexualmente a la mujer para luego huir y abandonar a la pareja.
Más tarde, tras soltarse de las ataduras, el hombre dio aviso de lo que había sucedido.
Por estos días la policía trabaja con algunas pistas para dar con los protagonistas del hecho. Los delincuentes y abusadores habrían efectuado una operatoria que les podría jugar en contra y a favor de los investigadores.