Tras la muerte del padre Luis, rezan por la vida del seminarista
Federico Pinto conducía el vehículo que embistió a otro en la Ruta Nacional Nº 9 y permanece internado en San Nicolás, luchando por su vida. En el mismo accidente falleció el padre Luis Lobos. Ambos habían participado de una celebración en la parroquia Nuestra Señora del Socorro.
Tras el fallecimiento del padre Luis Lobos, de 37 años, el pasado sábado en un trágico accidente, la comunidad católica de la Diócesis San Nicolás reza e implora por la recuperación del joven seminarista Federico Pinto, de tan solo 22 años.
Tanto Pinto como Lobos habían participado de la ordenación del padre Sebastián Sigari, que encabezó monseñor Héctor Cardelli en la parroquia Nuestra Señora del Socorro.
Cerca de las 16.30, todos, incluido el titular de la diócesis San Nicolás, regresaban a esa ciudad. Pinto y Lobos viajaban en una camioneta Ford Eco Sport gris dominio MUJ 681 que colisionó sobre el lateral izquierdo trasero de un utilitario perteneciente a la empresa concesionaria Cinco Vial cuando circulaban por el kilómetro 173 del carril Buenos Aires- Rosario.
El vehículo de auxilio mecánico se encontraba asistiendo a un micro que había sufrido un desperfecto a pocos metros del puente del paraje Tablas. El rodado que guiaba el seminarista habría mordido la banquina, se descontroló y terminó chocando con su lateral delantero derecho.
Lobos falleció en el acto y Pinto fue trasladado a la Guardia del Hospital local con diversos traumatismos. Ingresó inconsciente pero momentos después fue estabilizado, sufrió un edema y trauma pulmonar cerrado en ambos lados, varios traumatismos y fractura de fémur. Permaneció internado en grave estado hasta el atardecer del lunes, cuando fue trasladado al hospital de la UOM en San Nicolás.
El seminarista de 22 años es oriundo de esa ciudad y cursa el segundo año de la carrera en el Seminario Metropolitano San Carlos Borromeo de la Arquidiócesis de Rosario, en la localidad de Capitán Bermúdez, de la que le restan seis para ser consagrado.
La tragedia cambió los programas del fin de semana. En San Pedro, los sacerdotes no sólo acompañaron la despedida de los restos del padre Lobos sino que no dejaron solo ni un minuto a su amigo internado en el Hospital.
Un cura pujante
y respetado
En apenas dos años de sacerdote, el padre Luis Lobos se había ganado el respeto y reconocimiento de la comunidad y sus colegas. Tan es así que monseñor Héctor Cardelli le confió la parroquia Nuestra Señora de Luján de San Nicolás cuando el padre Héctor Molfesa fue designado para venir a San Pedro y suplir a Carlos Miri.
Lobos impuso ante la comunidad nicoleña sus bondades y respeto hacia el prójimo, asumió diversas responsabilidades hasta llegar a ser el director de Cáritas diocesana.
Sus restos fueron velados hasta la mañana del domingo en la sede religiosa de San Nicolás que tuvo a su cargo y luego trasladados a la ciudad de Pergamino, de donde era oriundo. Su familia lo despidió en la parroquia Santa Teresita del barrio Otero, lugar que lo vio crecer.
Muy apesadumbrado por lo acontecido, monseñor Héctor Cardelli despidió al padre Luis Lobos con un sentido discurso.
“Si bien nos duele esta separación física porque nuestros sentidos se defraudan porque ya no lo vemos, no lo tocamos, no lo escuchamos, sin embargo recogemos todo lo que él nos deja, que vale mucho más que lo que podemos percibir en el tiempo”, dijo.
“Ha sido un hombre de Dios y un hombre de la Iglesia, no podemos decir nada más grande”, señaló durante la misa del domingo.
Más dolor sobre el dolor
El difícil trance que les toca vivir a los involucrados superó en todo sentido a la familia del padre Luis Lobo. En medio del profundo dolor, su papá y sus hermanos llegaron a San Pedro para cumplir con los trámites pertinentes a la entrega del cuerpo. Debieron reconocerlo y firmar las actas de defunción. La situación descompensó al padre del cura, quien debió ser atendido de inmediato por los médicos de la Guardia. El hombre no logró recuperarse y el diagnóstico fue un infarto. Inmediatamente se lo asistió y se dispuso su internación en el área intensiva. Lobos permanecía internado en el Hospital de nuestra ciudad.