Tras el caso Gaspar, vuelve el debate sobre los caballos en la zona urbana
Un niño de 5 años fue golpeado en la cabeza por un caballo que pastaba en un campito ubicado en la esquina de su casa. Su cuadro fue "muy grave" hasta que los estudios establecieron que estaba fuera de peligro, tras comprobar que el golpe no le había afectado el cerebro ni tenía coagulos. La presencia de animales en la zona urbana, un debate necesario.
El caso Gaspar Benítez es relatado como un milagro, pero podría haber sido una tragedia. El niño, de 5 años, jugaba en un descampado a metros de su casa, en Alvear casi Mateo Sbert, cuando un caballo lo pateó en la cara. Por suerte, no hubo que lamentar daños cerebrales ni coágulos.
Gaspar permanece internado en San Nicolás, a la espera de una prótesis maxilar para la intervención quirúrgica a la que debe ser sometido tras el episodio. En su barrio, donde la presencia de caballos es habitual, muchos se preguntan qué pasará de ahora en más con los animales.
La expansión de los límites de la zona urbana creció en San Pedro a pasos agigantados y muchos sectores de la periferia que eran considerados como rurales ya no lo son. El barrio donde Gaspar vive con sus padres y su hermanita es uno de ellos.
Alvear al 1800 es la cuadra de su casa, ubicada entre Benefactoras Sampedrinas y Mateo Sbert. Toda esa zona está poblada. Mucho construyeron viviendas y dieron forma de barrio urbanizado al sector, favorecido además por el programa de pavimentación del gobierno.
Sin embargo, todavía se ven descampados como los de la esquina de la casa de Gaspar. En ese, el lunes al mediodía, cuando La Opinión recorrió el barrio para hablar con los vecinos sobre lo sucedido, había restos de una fogata, una camioneta en reparación, otro auto, residuos, ramas y una yegua que pastaba.
La dueña de esa yegua pidió a este medio que se aclare que no fue ese el animal que golpeó a Gaspar. Informó que el predio tiene propietaria y que hay quienes dejan sus caballos en ese lugar, con autorización de la titular.
Según refirieron varios vecinos, no sería el caso del dueño del equino que golpeó al niño en la cara. Se trata de un habitante del barrio, que reside a pocas cuadras y que suele llevar sus caballos a ese predio, a pesar de que frente a su casa hay otro similar.
Tras el episodio con Gaspar, se llevó los animales. De acuerdo a lo que contaron vecinos y familiares del niño, en ningún momento se acercó a preguntar por su salud ni se puso a disposición ante requerimiento alguno respecto de la situación, que hasta el parte del martes al mediodía fue muy delicada.
La presencia de animales sueltos o de tenencia específicamente prohibidas en zona urbana genera noticias casi a diario. Desde accidentes de motociclistas, automovilistas o ciclistas a niños mordidos o pateados. En el gobierno hay quienes creen que es hora de profundizar la política de regulación en torno a la tenencia de caballos.
Si hasta ahora pueden mostrar como un logro haber creado un departamento dedicado a esos animales, con un veterinario especializado, controles que dieron resultados en temas como la anemia y el documento único equino, el paso siguiente parece ser evitar que los animales convivan en la zona urbana, sobre todo ante el riesgo de que casos como el de Gaspar se repitan y con resultados aún más graves.