Tragedia en las aguas del arroyo El Tala
Un joven de 25 años y su hijo de cinco murieron ahogados el sábado. El niño se cayó al arroyo mientras pescaban y su padre intentó rescatarlo. Bomberos y Prefectura hallaron los cuerpos tras varias horas de búsqueda.
El lunes fueron sepultados en el Cementerio local los restos de José Roberto Cáceres, de 25 años, y de su pequeño hijo Benjamín José, de apenas cinco, quienes murieron ahogados en las aguas del arroyo El Tala.
Ambos habían ido a pescar el sábado junto a Rodrigo López, hermano de la mamá del niño. Fue él quien dio aviso a las autoridades de la situación, cuando el pequeño cayó al agua desde el peligroso y derruido puente, tras lo que su padre se arrojó al arroyo para intentar rescatarlo. Ninguno de los dos volvió a emerger.
Bomberos, Prefectura y Policía trabajaron en el lugar.
Pasadas las 18.00 de ese día, el personal abocado a la busqueda halló el cuerpo del pequeño Benjamín. Al otro día, una vez que amaneció, reanudaron la tarea y alrededor de las 11.00 dieron con el cadáver del padre.
Durante todo el domingo, ambos fueron velados en las salas de Coopser, para ser sepultados este lunes.
El puente del arroyo El Tala es un lugar donde muchos talenses, sampedrinos y turistas van a pescar. Está ubicado en la vieja ruta 9 y es uno de los tres que hay en ese trayecto, pero el único por donde pasa el curso de agua.
En 2008, una resolución aprobada por el Concejo Deliberante y presentada por el entonces concejal Adrián Macenet advertía lo que hoy repiten todos los que conocen la zona: es muy peligroso e intransitable.
“No suceden otros accidentes de casualidad”, aseguraron desde Río Tala. Son muchos los sectores que no tienen baranda y el mantenimiento es mínimo. Tiene sentido: en 2008 Vialidad Nacional informó al Concejo que una vez que terminan.
Prear, la exmaritima Heinlein, Boccati Di Cardinale, ASA Bahía, Empaques Parra y el obrador del concesionario vial, ese camino pertenece a los propietarios de los campos linderos, ya que ni siquiera hay sirga, por ser vía no navegable.
“En verano los pibes se tiran al agua, hay piedras, hierros, un desastre”, contó otro talense. Al lugar va mucha gente a pescar. Supo haber carteles que señalaban “prohibido bañarse” y se ve transitar a camiones de ganado y a los vehículos de acopiadores de pescado.