Tragedia en la bajada de Náutico: el relato de un vecino que se acercó a colaborar tras el choque
Un trabajador que se desempeña en la zona escuchó el estruendo y vio que el automóvil tenía fuego, por lo que buscó un matafuego para colaborar. "Los primeros en llegar fueron los de Inspección, fue una situación lamentable, no lo podía creer", relató a La Opinión.
Alrededor de las 5.20 de la madrugada del domingo, un estruendo sorprendió a quienes trabajaban en la zona de la costanera: el accidente que le costó la vida a Serena Muñoz y Federico Laurino, de 17 años.
Un trabajador que se desempeña en la zona contó a La Opinión que escuchó el impacto y de inmediato se asomó a ver qué pasaba. Vio el automóvil y al observar que había indicios de incendio, buscó un matafuego para acercarse a colaborar.
El trabajador escuchó “la frenada y el golpe”. Lo primero que pensó fue en el impacto contra un árbol. Y así era. “Los primeros que llegaron fueron los de Inspección. Yo corrí con un matafuego chiquito”, contó el vecino en Radio Cuarentena.
“Yo a esa hora estaba entrando a trabajar y se sintió el impacto, salí y lo primero que atiné fue a agarrar el matafuego y correr hacia el accidente”, contó el vecino.
El personal de Inspección fue el primero en llegar. Fueron los que controlaron el fuego. “Empezaron a apagarlo pero su matafuego era muy chiquito y se lo di al chico para que siga echándole, porque salía humo y no quería que vaya a prenderse fuego”, relató.
“Una camioneta de Inspección fue la primera que llegó, llamaron a la ambulancia, llegó la policía, los inspectores actuaron muy bien, eso hay que decirlo, llamaron a los Bomberos, que trabajaron con esas tenazas neumáticas para abrir las puertas”, relató.
“Estuve todo el día sin caer. Terminó mi horario de trabajo y me di cuenta, porque no caía. Es algo que no me voy a olvidar más, eran criaturas”, contó el trabajador, que destacó la labor del personal de Inspección, de Bomberos y del Servicio de Emergencias.
“No quisiera estar en la piel de esos familiares, porque me parte el alma. Por ahí estoy mirando tele y cuando pasan estas cosas se me caen las lagrimas. Son criaturas, adolescente que recién empezaron a vivir la vida y es muy desafortunado estar en el lugar de los padres y sé que no hay pablaras que pueda decir”, reflexionó.
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