Todo listo para extender hasta abril el contrato directo con Ashira
El Ejecutivo y el Concejo no llegaron a la conformación de un nuevo pliego para llamar a licitación para el servicio de recolección de residuos, por lo que la empresa solicitó una extensión del contrato precario que vence en enero, porque sus plazos legales con los empleados vuelven a estar al límite. La pretensión de un incremento quedó en duda pero será resuelta con un mecanismo de actualización. La deuda es importante y la basura no se recoge sola.
El contrato precario que firmó por seis meses el Municipio con la empresa de recolección de residuos Ashira será extendido por otros tres, es decir hasta abril. La premura de la empresa en lograr la extensión obedece a que sus plazos legales se agotan y si no había acuerdo debía enviar los telegramas de preaviso de despido a los alrededor de 50 empleados que posee.
Por ello la semana pasada hubo una tensa reunión con concejales y Ejecutivo, la que continuó el lunes y pasó a un cuarto intermedio pero con una decisión tomada por el Gobierno: habrá firma de extensión de contrato esta semana y traslado al Concejo Deliberante para que lo aprueben.
La única diferencia que había entre las partes es que el Municipio acordó pagar 1.543.000 pesos por el servicio entre agosto y enero, plazos del contrato precario original, y para la extensión la empresa pidió 1.733.000.
“Vamos a generar un mecanismo de actualización del costo, ya que los concejales no veían con buenos ojos el tema de un monto fijo. Entonces buscamos un intermedio para que se justifique la necesidad de un ajuste en cada uno de esos meses”, explicó el Secretario de Economía a La Opinión.
Todo termina en el debate sobre la tasa
Desde que el Concejo aprobó la ordenanza de contrato precario en julio pasado, la comisión mixta creada en esa norma para avanzar en la confección de un nuevo pliego de bases y condiciones que permitiera llamar a licitación no prosperó.
Los bloques del HCD no nombraron representante y la comisión sólo se reunió semanas atrás cuando el problema se transformó en acuciante por la presión de la empresa ante la inminencia del vencimiento de los plazos legales y con el fantasma de los telegramas entre las manos.
El Estado local tiene una deuda con Ashira que en total ronda los 15 millones de pesos. “Hace más de tres años que el Municipio no paga en tiempo y forma, sino que se van reformulando los planes de pago para saldar esas deudas”, reconoció Borgo, quien aseguró que este problema “viene desde 2006, aproximadamente”.
El Secretario de Economía precisó que el último acuerdo “viene respetado”. Se trata del pago mensual de una cuota de 650.000 pesos correspondiente a lo adeudado entre los meses de abril y julio. Eso sí, para adelante, del 1.500.000 que cuesta el servicio no se pagó nada.
“Hay una nueva propuesta, de un importe mayor que el Municipio no puede hacer frente, ellos pretenden juntar valor de convenio y de facturación, pero estamos evaluando”, explicó el funcionario.
Cada vez que se trata el tema, el Gobierno blande los números que este semanario publicó en mayo pasado: año tras año, la empresa actualizó el costo de su servicio, desde 2008. Desde el monto inicial de 378.100 pesos, el incremento promedio de 280,66 por ciento en los seis años transcurridos, de acuerdo a un informe que obra en la Secretaría de Hacienda municipal.
Con un aumento del 30 por ciento en 2009, otro del 20 en 2010 y el último, del 50 por ciento, la tasa de alumbrado barrido y limpieza sufrió un incremento del 100 por ciento en los mismos años. La diferencia es entonces del 180,66 por ciento, un porcentaje muy elevado para la capacidad de funcionamiento de la economía local.
En todas las reuniones se habla de lo mismo: el Municipio paga –debe pagar– un servicio por 1,5 millones de pesos pero tiene un promedio de recaudación por la tasa de apenas 300 mil pesos.
Un problema crónico
Hasta el momento ha sido la propia empresa la que financió el déficit de la tasa, con la constante reprogramación de la deuda del Estado. Durante la reunión del lunes se discutió un tema fundamental a la hora de abordar un nuevo pliego para la licitación, como lo es la necesidad de ampliación de servicios producto del crecimiento de la ciudad.
En ese sentido, Borgo fue claro: “El problema es que las tasas no se mueven. Si recomponemos las tasas no vamos a tener ningún tipo de problemas para cumplir con el servicio”, aseguró.
Así las cosas, las opciones para el futuro son, por lo pronto, dos: un aumento importante de la tasa –se habla de incrementos que rondarían el 200 por ciento, promedio (ver página 5)– o la reducción de servicio al límite de lo que el Municipio pueda pagar.
En la empresa esperan las condiciones de prestación para evaluar su presentación a la licitación, algo que va de suyo producto de la distribución del negocio de la basura entre las pocas compañías que manejan los distritos en la Provincia.
El borrador del pliego lo tienen los concejales y allí hay un número que genera dudas ante la dificultad de pago de cualquier cosa que afronta el Gobierno: el servicio para el año que viene no será menor a 2 millones de pesos.
El proceso licitatorio lleva tiempo. Calculan entre tres y cuatro meses desde la confección del pliego de bases y condiciones final. Por ello en el Concejo tampoco hay demasiadas posibilidades respecto a una negativa a firmar la extensión del contrato precario, una figura que a los ediles no les gusta convalidar pero que desde el Ejecutivo se hizo costumbre en diversos frentes.
Tres meses más de emergencia
Extender por 90 días el contrato precario con Ashira implica la extensión por el mismo lapso de la declaración de emergencia del servicio de recolección de residuos que el Concejo Deliberante aprobó luego de que el proyecto del Ejecutivo lograra consenso y dictamen favorable en tres comisiones, las de Presupuesto, Servicios Públicos y Peticiones.
En ese momento, los ediles refrendaron la contratación directa a la empresa por seis meses mientras ponían en marcha una comisión mixta para la redacción de un nuevo pliego de bases y condiciones para la licitación del servicio, que no funcionó.
Ashira presta el servicio “en forma directa, temporaria y de emergencia la atención de la higiene urbana”, que consiste en la recolección de residuos domiciliarios y el barrido de calles, todo de acuerdo a lo que dice el contrato original, es decir sin reducir servicios.