Tiro Federal: Todo “arreglado”
El oficialismo presentó un proyecto de ordenanza para “arreglar” la problemática situación de los terrenos cedidos al Tiro Federal. Calvet se quedará donde está, los Biguá tendrán nueva sede a través de un emprendimiento particular y el Castillo histórico será destinado al museo de los ex combatientes de Malvinas. Todos contentos mientras la ciudad asiste sin voz ni voto a la disputa privada por un preciado espacio público.
La lógica del temor y la desmemoria
“Mejor un buen arreglo que un juicio”, suele ser el consejo más repetido por quien siempre se acerca al amigo con la intención de ayudarlo a morigerar sus problemas. Y así, aunque la razón lo asista, el hombre comienza a extender su pierna para dar el primer inexorable paso hacia la resignación.
Esa lógica, que en Argentina impera por obra de la degradación de los derechos propios y ajenos, también cala hondo en los resortes que empujan las buenas o malas decisiones de las autoridades que, mal que mal, elige el pueblo cada períodos que ahora se computan de acuerdo a particulares caprichos que se permiten burlar hasta la mismísima Constitución
Es eso: la resignación.
Es eso: la máquina que impulsa el temor.
La información que hoy se publica en estas páginas puede ser un claro ejemplo.
Cuando los funcionarios públicos convalidan o certifican las malas conductas por negligencia o convicción, gana la pulseada la injusticia.
Por temor a las acciones judiciales se atreven a abofetear sin medir consecuencias a los hombres y mujeres que les han prestado la confianza para que decidan sobre los destinos del pueblo con sueldos más que ostentosos, sobre todo, en el caso de los concejales.
Ayer, el flamante Intendente Guacone dio nuevas muestras de esa operatoria perversa presentando como un logro lo que, a todas luces, es una nueva estafa a la sociedad. Convalidó en un proyecto de ordenanza todas y cada una de las violaciones a la legislación vigente en un solo acto y acompañado de abogados “temerosos” con los ricos y enérgicos con los que se ajustan a la convivencia armónica en el marco del estado de DERECHO.
No es la primera vez, es cierto, pero sí es la única en la que un mandatario con menos de 100 días de gestión se atreve a tanto y de una sola vez. Los negocios que hoy defiende el Jefe Comunal con supina ignorancia resultan la continuidad de la inacción de sus predecesores para poner coto a los negociados que a diestra y siniestra se concretan, por ejemplo, con la impunidad de Max Higgins y su fabuloso mundo Disney.
¿Qué clase de derechos privilegiados le asisten a un ciudadano que incumple sus deberes de funcionario público, elude sus impuestos, contrata gente en negro, usa testaferros, usurpa espacios públicos, viola las normas de construcción, deteriora el patrimonio natural y utiliza todo tipo de artilugios para seguir lucrando con su negocio aunque tenga que inventar un “tirador” que nunca vio un arma en su vida?
¿Qué es lo que lo llevó a sentirse con derechos de ampliar su territorio hasta donde le alcance su alambrado?
Esas preguntas quedaron tácitamente respondidas en la resignación con la que los ciudadanos recibimos las noticias cuando los hechos están consumados. “Es sólo un proyecto que puede ser modificado”, dijo casi con un hilo de voz Pablo Guacone, atribulado por los entuertos a los que lo somete su gabinete todos los días.
Nadie se anima a responderle que lo presentado no es un proyecto sino una confesión de impotencia frente a la impunidad.
Si se animaron a ir contra la familia Melgar, si trasladaron a los genuinos habitantes del Barrio La Cruz para celebrar al calor del hermoso boulevard el festín inmobiliario del que forman parte encumbrados martilleros, dirigentes y testaferros; si agacharon la cabeza frente a la imposición de todo tipo de loteos de lucro escandaloso; si soportaron las usurpaciones masivas al calor de las elecciones poniéndose en víctimas y no en victimarios, ¿por qué debería la ciudadanía creer que los inspira el noble propósito de reconocer a un equipo de rugby y a los Ex Combatientes de Malvinas?
Es “extraño”, como mínimo, que tras dos nobles causas como las citadas se otorguen 15 años más de concesión y se autoricen nuevas construcciones sobre las barrancas sampedrinas que distan y mucho de las miles de iniciativas que hay para preservar el patrimonio histórico edilicio, natural y cultural de un pueblo que en cualquier momento tendrá pretensiones de emplazar torres gemelas o rascacielos en la zona de islas, donde dicho sea de paso ya se están perpetrando usurpaciones con “peaje” incluido.
La lógica del temor es la que avanza para justificar una conducta que se da de bruces con el bien común y los intereses de la sociedad.
Corresponde como mínimo la apelación al coraje del funcionariado para demostrar que desean verdaderamente crucificar y condenar las conductas que al ciudadano de a pie no se le perdonan.
Son los sampedrinos los dueños del castillo, las tierras, las barrancas, el río, las calles… y deben saber que la resignación aparente se puede transformar en la acción constante para empujarlos hacia el barranco de la vergüenza que hasta hoy ni tienen.
Parecía que venía aire fresco, pero el olor nauseabundo que aflora espanta y descompone al calor de un país que se acostumbra a fijar su calendario en el escándalo de turno.
Bajo la excusa de los juicios por venir, San Pedro resigna sus más preciados recursos y no será raro que tras los buenos propósitos de ampliar el Paseo Público con terrenos ganados a ACTUR se esconda otra concesión a perpetuidad con licitación hecha a medida.
La lógica del temor paraliza, pero a esta gestión parece servirle para cuidar los negocios privados de unos pocos en detrimento de la mayoría.
Eso sí, aún no han podido doblegar a la prensa como lo vienen haciendo los Kirchner. Y eso, duele…
El Tiro Federal y la compleja trama tejida en derredor suyo acerca de las concesiones al club y de la Comisión a la empresa de los hermanos Calvet no deja de escribir capítulos ante la mirada atónita de la población y la desidia de las autoridades que, cuando se involucran, parecen arrastrar a la ciudadanía en proyectos de dudoso beneficio para la gente.
Ahora, con la Justicia interviniendo en dos causas, una civil y otra penal, iniciadas por la propia dirigencia del club contra el concesionario por el delito de usurpación, el paisaje de la costa en una zona privilegiada de las barrancas tiene novedades que no dejan de sorprender.
El Ejecutivo instruyó a los concejales oficialistas para que elaboraran un proyecto de ordenanza a través del que se pondrá punto final a las discusiones sobre el predio ubicado al pie de la barranca que se disputan el club Tiro Federal, con Comisión Directiva ligada al equipo de rugby Los Biguá, y Roberto Calvet, concesionario del camping.
El proyecto presentado ayer en conferencia de prensa establece que Calvet permanezca donde está, a pesar de todas las irregularidades en que estuvo envuelta su participación en el lugar desde que era Secretario de Obras Públicas de Barbieri. Los Biguá se quedarán con las canchas de rugby y el sector donde funcionaba una pista de karting, donde se construirá una nueva sede social para el club, con aportes de un privado que proyecta un restaurante incrustado en la barranca. El Castillo “se salvará para la comunidad” al ser cedido al grupo de ex combatientes de Malvinas que tiene planeado un museo y que aún no tenía espacio físico para ponerlo en marcha.
Además, un pequeño sector entre la parte que irá para Los Biguá y la plaza de la Integración se destinará para “Paseo Público y Rosedal”.
Nueva sede
La Comisión Directiva del Tiro Federal, integrada en su mayoría por miembros del equipo de rugby Los Biguá, hizo pública su decisión de construir una nueva sede detrás de la cancha, en la zona donde hasta hace un tiempo funcionaba una pista de kartings.
“Ya estamos construyendo nuestra nueva sede social y vestuarios”, dice el comunicado, que afirma: “Va a ser nuestro y va a ser hermoso”. El comunicado fue enviado por e-mail con el fin de recaudar fondos, narra los logros del equipo de rugby en los últimos años y solicita una colaboración de 300 pesos para la obra.
Lo que llamó la atención fue que la decisión de comenzar el emprendimiento se haya tomado luego de diversas acciones judiciales que la Comisión Directiva inició a través de su abogado Niolás Macchia, con el fin de que la Justicia tome cartas en la situación provocada por la resistencia de Calvet, ex Secretario de Obras Públicas y concesionario del camping, quien luego de que se venciera el contrato firmado con el club decidió que su inversión era importante como para abandonarla y permanece en el lugar aduciendo que tiene “derechos adquiridos”.
Hector “Pita” Raillón, Presidente de la Comisión Directiva del Tiro Federal, explicó que la construcción a realizar “es algo medianamente precario, hasta tanto se resuelva” la situación judicial.
Esa construcción “precaria” que Los Biguá realizarán en el predio será suplida por una imponente sede social que se construirá con aportes de un empresario que desde hace tiempo tiene la intención de establecer un restaurante en el lugar. Aunque en el proyecto anunciado ayer no especifican si habría “un concurso público o llamado a licitación” para concesionar el lugar a un privado que instale un restaurante de acceso público y como contraprestación construya el club, todos recuerdan que esa iniciativa fue presentada con planos y requisitos hace más de un año atrás y tiene nombres y apellidos vinculados al concesionario.
Los Biguá, en su comunicado, advierten que el presente de la institución “dista mucho de ser una alegría”, ya que en la actualidad los socios del club no pueden ingresar a la zona del camping y tampoco al Castillo histórico, donde funcionaba la sede social.
Además, el Castillo continúa sin techo desde mediados de octubre, cuando Calvet lo quitó “porque era un peligro” para hacer obras que nunca comenzó y cuyos permisos en la Municipalidad nunca fueron solicitados. El edificio histórico carece de protección y ha sufrido constantes deterioros, sobre todo en esta etapa de tormentas y lluvias.
“En un abrir y cerrar de ojos nos quedamos sin nada. Hasta nuestra historia se deterioró ya que al sacar el techo del castillo, se arruinaron 30 años de fotos, trofeos, camisetas, pelotas, etc.”, señalan los rugbiers en su texto, en el que aseguan que “la Justicia seguirá su camino y los Biguás también”.
Calvet se queda
El futuro del Tiro Federal es incierto, pero el proyecto de ordenanza parece querer saldar la situación manteniendo a todos felices. En el Concejo Deliberante hubo proyectos presentados por el ex Concejal Abel González para que se revise la concesión y el predio vuelva al patrimonio público.
Por otro lado, el camping tiene vencido el contrato de concesión desde marzo del año pasado, cuando la Comisión Directiva consideró que no habría continuidad automática porque la empresa MYRC no cumplió con algunos puntos, tales como el mantenimiento del polígono de tiro y el exceso en la construcción de bungalows.
Por su parte, en 2012 vencerá la cesión que el Intendente Las Heras hiciera al club para uso del terreno. Aunque desde la Comisión interpretan que la cesión tiene validez hasta que desaparezca el club, el texto de la escritura de mayo de 1913 habla de 99 años de duración, aunque la ordenanza, de diciembre de 1911, dice que “el terreno se destinará exclusivamente a la instalación del stand de tiro siendo la cesión mientras exista éste”.
El nuevo proyecto deroga la Ordenanza origina y posibilita que Calvet permanezca en el camping por otros 15 años –cinco que pueden ser renovados dos veces–, el Tiro Federal mude su sede social hacia el sector donde comenzarán las construcciones en breve –ya se puede ver que hubo movimientos de suelo y limpieza del lugar, al pie de la barranca– y que el castillo vaya al museo Malvinas.
El saldo sería la continuidad de un dudoso emprendimiento que nació a la sombra de relaciones políticas, construyó pileta y bungalows sin las autorizaciones pertinentes, utilizó empleados monotributistas como testaferros y se quedó ocupando el predio a pesar del vencimiento del contrato.
Además, daría a algunos viejos dirigentes el cariz que han tenido las anteriores, que nunca se preocuparon demasiado por las condiciones del maravilloso predio al pie de la barranca con tal de que la cancha de rugby estuviera con el césped bien regado y cortado.
En la Municipalidad dicen que la propuesta es “la mejor salida” al problema, porque “sino el Municipio se va a comer un juicio por daños y perjuicios que lo va a perder, Calvet va a seguir diez años más sin pagar y a la comunidad le sirve que él pague el canon”.
Por ello, la idea es que el camping siga en manos de Calvet por los quince años que podía renovar el contrato con el Tiro Federal, a pesar de todo. “Si lo sacamos a Calvet los tenemos que sacar a los del rugby, y lo mejor es esto, darles al rugby el predio por diez años y salir a buscar un lugar donde puedan establecerse bien después”, aseguran. “Hay que bancárselo a Calvet para que no meta juicio”, es el razonamiento.
El proyecto de restaurante había sido planteado en 2007 a través de un proyecto de ordenanza luego de que Juan Alcorta elevara un expediente solicitando autorización para el emprendimiento.
Ese proyecto tenía la venia de Calvet, a quien Alcorta le ayudaba a sentar un precedente de su posesión del predio. Todas estas decisiones que forman parte del proyecto sorprenderían aún más si es el propio Juan Alcorta el que lleve adelante el emprendimiento gastronómico.
Museo en el Castillo
El histórico Castillo será cedido al grupo de ex combatientes de Malvinas, que presentaron el proyecto públicamente sobre fines de noviembre, cuando tomaron la palabra antes de una sesión en el Concejo Deliberante, aunque Calvet seguirá ligado.
Domingo Novaro, referente del grupo de ex combatientes, manifestó a La Opinión su desconocimiento sobre la idea de cederles el Castillo del Tiro: “Nosotros estamos buscando un lugar, pero eso lo iba a decidir el Municipio.
Nos dijeron que había dos o tres opciones, pero no nos dijeron nada puntual”. Ayer estuvieron presentes cuando Guacone, Sergio Rosa y todo el gabinete municipal dieron la conferencia de prensa, cuyos esfuerzos discursivos estuvieron puestos en defender los argumentos más que en presentar el proyecto, que sólo fue descripto cuando los periodistas preguntaron si iban a hacerlo, ya que ese era el motivo de la convocatoria.
El expediente ingresó al Concejo Deliberante, que, de aprobarse, terminaría con la disputa Calvet – Biguás, con la quita del trofeo histórico del medio, otorgándoselo a una asociación a cuyo proyecto nadie podría oponerse, pero pretendiendo dejar en el olvido las irregularidades que cometió durante quince años Calvet y que son de conocimiento público.
Hora de decisiones
Las decisiones que se tomen en torno al predio del Tiro Federal tendrán repercusión sobre la opinión pública y en la vida de la comunidad. El equipo de rugby vive uno de sus mejores momentos y tiene más chicos entrenando que nunca, que están a la espera de saber qué sucederá con su cancha, aunque tal vez no les preocupe demasiado el patrimonio cultural, histórico y territorial de la ciudad, más allá de haberse presentado en la conferencia de prensa visiblemente tensos por la situación.
Calvet asegura que tienen “derechos adquiridos” que no demuestra, pero asegura que se alegró de que todo esté en la Justicia y que “todo lo que se habló es falso”, aunque nunca se ocupó de demostrar con pruebas fehacientes que nada de lo que se dijo careciera de verdad. En la Municipalidad, por lo visto, están dispuestos a creerle antes de que la Justicia se expida.
Primero con un proyecto de resolución en 2004 y luego en 2007, con proyecto de ordenanza, el entonces Concejal Abel González elaboró intentos de que ese terreno volviera al patrimonio público municipal, de manera tal que dejara de ser un espacio para “emprendimientos lucrativos privados, usufructuando en beneficio propio inmuebles de la Municipalidad de San Pedro, sin licitación alguna emanada del Departamento Ejecutivo Municipal”, sin olvidar la presencia del Club Tiro Federal y el equipo de rugby, por cuanto instaba al Ejecutivo a poner “a disposición de la Sociedad del Tiro Federal de San Pedro y el Club de Rugby ‘Biguá’ inmuebles fiscales municipales de interés para éstas instituciones y que sean aptos para la práctica de tiro y de rugby en forma conjunta o indistinta a los efectos de gestionar la cesión de los mismos, y ayudar a concretar la continuidad de estas actividades”.
El proyecto fue desestimado y hoy aparece como lo que podría haber sido una buena solución, ya que el Tiro Federal permanecería como club en el predio hasta que venciera la cesión, en 2012, y mientras tanto se podría haber buscado el espacio ideal para el equipo de rugby. A su vez, eso hubiese posibilitado la cesión al museo de los ex combatientes y la construcción de espacios de esparcimiento público allí sin necesidad de que los intereses económicos de un particular pongan condiciones al uso y apropiación por parte de los sampedrinos de un territorio privilegiado que le pertenece a toda la comunidad.
Caminos de una historia negra
La oscura novela del Tiro Federal comenzó con una tímida explotación turística que ofrecía servicio de desayunos al aire libre proporcionados por Gustavo Armellini y los hermanos Calvet. Luego el emprendimiento creció, al calor del proyecto San Pedro Ciudad Turística, sello de la gestión Barbieri, a quien Calvet acompañó como funcionario.
“MYRC sigue siendo la empresa dueña del emprendimiento, como siempre”, dijo Calvet a La Opinión en octubre del año pasado, cuando se lo consultó por la situación desatada por la falta del techo del Castillo, que aún sigue igual.
MYRC es la empresa que firmó el contrato con el Tiro Federal en 1994, cuando Julio Pángaro era el intendente de la ciudad y el turismo un mínimo ingreso, pero la explotación del camping, si bien siempre estuvo en manos de Calvet, figuró en poder de diversos empleados, monotributistas. Las disputas fueron varias desde el momento en que la Comisión Directiva dejó de contentarse con que le mantengan las canchas de rugby en buen estado. A la aparición de Peón Cifuni, supuesto socio que pidió la baja de la personería jurídica por falta de práctica de tiro, se le sumó la de otro “socio” que, domiciliado en el Jardín 901, pidió lo mismo argumentando que la asamblea que designó a la Comisión actual es considerada nula porque no se había convocado correctamente, cosa que refutaron los llamados publicados por el club en El Diario de San Pedro, que reprodujo este semanario en noviembre pasado.