Tierra de todos
El tema de AMIA, a más de diez años de aquel 18 de julio nefasto a la memoria popular, revivió en estas tierras argentinas la guerra de la mesopotamia establecida entre palestinos e israelíes, amén de todos los pueblos islámicos que están enfrentados con éstos. Durante el gobierno de Carlos Saúl I, decidimos intervenir en el Golfo “ayudando” a EE.UU. con el envío de tropas a esa zona. Automáticamente nos puso en la mira de cualquier atentado terrorista, y así sufrimos los de la Embajada de ISRAEL y los de la AMIA en poco tiempo. ¿Necesitamos alguna prueba adicional? La justicia que es lenta e imprecisa cuando se trata de estos dramas gigantescos (sino basta fijarse en los atentados a las torres gemelas y al Pentágono el 11 de septiembre de 2.001, allí la justicia norteamericana anda a los tumbos sin precisar siquiera la cantidad de muertos que sufrieron). Ahora nuestro país ha marcado la responsabilidad de la diplomacia Iraní en este suceso. El Dr. CANICOBA CORRAL ordenó varias capturas internacionales. A partir de allí han sucedido algunas cosas: el devenido funcionario nacional D’ ELIA, verborrágico e incontinente, desparramó su “solidaridad” con el pueblo iraní. Le pidieron que se fuera ó tuvo que renunciar habida cuenta que no puede- desde el poder-, cuestionar una decisión judicial y colocarse en la vereda opuesta, este es un tema tan delicado que roza las relaciones internacionales. A esta altura de los acontecimientos, lo que sucede en aquellas regiones entre Israel y sus enemigos más cercanos, no nos sorprende. La violencia e irracionalidad de un lado y del otro indican un conflicto por muchos años más. Pero que ese conflicto se extienda al resto del planeta y nos involucre también a nosotros ¿Por qué? Todo el país recuerda que los inmigrantes de la estrella de David y los de la Media Luna han estado en nuestro país mezclados sin agresiones, en perfecto estado de tolerancia. Tanto como lo pedían nuestros mayores sea Sarmiento, sea Alberdi, y tantos otros que inspiraron aquel famoso “y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino” conforme reza nuestro sabio preámbulo constitucional.¨ ¡¡Sigamos siendo una tierra de promisión para todos, como siempre lo fuimos…!! por el Dr. Elvio Macchia