Stock escaso y más caro
No sólo los precios están por las nubes y las billeteras por el suelo, sino que ahora se suman otros ingredientes para terminar de cocinar el fantasma del desabastecimiento. La escasez y las restricciones suben a escena.
Durante el último tiempo, varias de las principales plantas de la ciudad han tenido problemas con sus empleados por el gran escalafón que dieron los precios en las góndolas o los servicios. Si bien, parece que esta es una situación que sucede sólo en Buenos Aires, un cuadro de comparación de los precios demuestra que en San Pedro sucede lo mismo.
Seguro usted se debe estar diciendo que no necesita leer esta nota para darse cuenta de que las cosas han aumentado en gran escala. Sin embargo, el objetivo de este informe, es esclarecer y poner en blanco sobre negro el incremento y en algunos casos la escasez, con ejemplos y datos de la realidad, comparados con los que brinda el Gobierno.
La inflación
Económicamente hablando, se denomina inflación al aumento sostenido y generalizado del nivel de precios, que son comprendidos por los bienes y los servicios, los cuales son medidos frente a un ingreso de dinero sin diferencias, o estable. Sin embargo, la inflación, según el Gobierno de la Nación, parece ser algo adaptable o discutible, según el cristal con el que se lo vea.
Como se menciona anteriormente, este número es conformado por bienes y servicios, o sea que no se basa solamente en la comida, sino también en la indumentaria, en los costos de transportes, etcétera. Para esto, se realiza un promedio y se obtiene un número de lo que necesita una familia tipo (madre, padre y dos niños) para escapar de los índices de pobreza cubriendo las necesidades básicas.
Para esto, mensualmente, el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), realiza el IPC o índice de precios al consumidor, en el que se comparan los costos de una cantidad de productos determinados y denominados esenciales, conocido popularmente como la “Canasta”, con el mes anterior y a la vez con el mismo período del año anterior. De esta manera, para que el índice sea lo más creíble posible, se deben tomar varios productos, en varias zonas y distintos sectores del país, para así plasmar una realidad federal, y utilizar estos datos en pos de ayudas o políticas de trabajo dependiendo de las necesidades. En caso de que los costos sean menores a los anteriores, se habla de deflación. Esto, en la teoría, ahora veamos la práctica.
Los últimos números
Hace algo más de un año, los datos que son proporcionados por el INDEC están bajo sospecha. Como consecuencia, todos los datos que lo suceden, como la cantidad de pobres que posee Argentina. La realidad indica que la indumentaria es un sector que ha sufrido una suba importante en lo que a la temporada de Invierno respecta y no tanto en la de verano, los datos oficiales dicen que el costo creció 1,6%, pero que bajó un 3% con respecto al 2007, aunque los verdaderos consumidores, los dueños de tiendas locales que mantienen un contacto directo con los precios, aseguran un aumento de al menos un 20% en algunas prendas. Distinta es la situación del rubro alimentos y bebidas, que a diferencia de lo que dicen los datos oficiales, 0,6% para Mayo con la nueva metodología, las góndolas dicen lo contrario. En el mencionado IPC, también ingresan el alquiler y los servicios básicos, como los equipamientos del hogar, los gastos en salud, el transporte y comunicaciones, el esparcimiento, la educación y otros bienes. Parecen muchos ítems como para que, según el “INDEK” en Abril, se necesitaban sólo $457,67 o $987,06 para que una familia no sea indigente o pobre, respectivamente.
Los números locales
La Opinión Semanario, tomó veintiocho productos de la canasta básica y comparó sus variantes tanto en los precios como en la cantidad de llegada al mercado durante dos meses. Los elementos seleccionados, pertenecen a la canasta y fueron elegidos al azar. De esta manera, se fue controlando su precio semanal, sin cambiar de marca o peso, pero además, la competitividad y el factor “opción” ante la escasez. Así, se pueden ver algunos avances de los precios, pero también retrocesos en materia de abastecimiento. Otro de los puntos que comienzan a aparecer, tiene que ver con las restricciones. Algunas góndolas, ya exhiben carteles que indican la cantidad de productos que pueden ser adquiridos por los consumidores.
“El factor opción”
Hace tiempo, es muy común en las personas que hacen los mandados, el verificar los precios en varios lugares, comparándolos y eligiendo la opción más competitiva. “Recorran chicas” decía la número uno de las amas de casa, Lita de Lazzari. La verdad también, es que una frase económica dice que donde hay mucha demanda, la oferta es más cara. En una recorrida por los supermercados, pudimos ver como varios de los elementos de común consumo, ya no están y esto, reduce la cantidad de oferta. “Ya es casi imposible elegir” dijo María, una mujer de 47 años, que frente a una góndola de lácteos se encontró con que el producto que ella habitualmente consume, no estaba.
La respuesta
Todo depende del cristal con el que se lo mire. La realidad, es que cada comerciante tiene su propia visión de lo que sucede. Algunos, apuntan al campo y los transportistas que están de paro, otros al Gobierno por que no los deja trabajar, pero en lo que todos coinciden, es en que está es una problemática que se ve ahora, pero en realidad se viene sosteniendo. “Hay productos que los traen cuando pueden” comentó Javier, el responsable de un importante lugar de compras. En general, coinciden con que la leche lleva una semana con restricciones “de bajada” en los negocios y que otros productos como la harina tienen más de dos semanas con problemas.
Los más chicos
Si la situación es complicada para el que vende más, imagínese para los negocios de barrio. Seguramente usted ya es víctima de estos problemas. Las cadenas, en muchos casos, tienen compromisos con los supermercados, por lo que para tratar de entregar todo a ellos, les quita cantidad o calidad a los almacenes o kioscos. En algunos casos, con la posibilidad de ofrecer segundas marcas, en otras, nada.
Algunos resultados
Analizando algunos de los seguimientos realizados, se puede llegar a la conclusión de que los costos son bastante similares en algunos negocios, pero en otros faltan más productos. El piso de este relevamiento cuenta con los siguientes productos: azúcar (Chango), arroz (Gallo Oro), harina leudante (Blancaflor), aceite 1,50 Lts. (Marolio – Mezcla), fideos guiseros (Marolio), fideos tallarines (Rébora), leche sachet (La Serenísima), pan, huevos (colorados), yerba 1 Kg. (Amanda), pulpa común, carne picada común, falda, pollo, papas, zanahorias, tomates, cebollas, morrón, bananas, manzanas, naranjas, calabaza, queso cremoso (común), harina de maíz 500 grs. (Arcor), queso sardo (La Paulina), queso sardo (común) y queso crema (La Paulina) es de $215, 79 y el techo de $226,40. Igualmente, en el mismo trabajo, se pudo observar cómo en diferentes semanas, escaseaban los siguientes productos: fideo, yerba, falda, harina, aceite y calabaza. Además, como si fuera poco, en uno de los lugares consultados, la venta de leche era restringida, ya que se podía adquirir un litro por compra, por lo que además de lo mencionado, aparece esta problemática.