Somos Nosotros
El tiempo y su paso. Los años que transcurren con una velocidad cada vez más sorprendente, y uno que aprieta el acelerador para no quedar atascado por ahí. Las noticias de la calle, lo que comenta la gente, algunas pocas lindas, otras miles de historias horribles ¿Puedo ser yo quien las sufra? Es la pregunta que retumba en cada pensamiento. Gente buena, trabajadora y amable que ha sufrido cualquier tipo de abuso sin siquiera merecerlo. ¿Qué puedo hacer yo? Es el siguiente cuestionamiento que nos imponemos. Y al día que sigue parece repetirse lo mismo, y llegan las nuevas noticias. “Hoy le toco a fulanito”, las conversaciones nos disgustan. A dónde vamos, parecemos escuchar las mismas historias, una y otra vez. La indignación parece no tener fin. Sentimos estar tan separados de aquellos que cometen los delitos, los abusos. Parecen ser tan diferentes a nosotros, que incluso llegamos a pensar que no merecen siquiera vivir. El odio nos produce ira.
Aquella ira nos molesta y produce enojo. Sentir esa emoción tan fea, de querer dañar a un otro, que daño a otros. Y la cadena no termina. Y las generalizaciones crecen, y crecen. Alimentamos aún más esa marginalidad de aquellas personas que ya han sido marginados. “Hay que matarlos a todos”, escuchamos por ahí, y es entonces que se nos ha ido de las manos la cuestión, hemos perdido el foco. Porque sin notarlo nos estamos convirtiendo en aquello que tenemos que resolver como sociedad. Esa maldad que llevamos dentro y vemos reflejada fuera y tanto nos molesta, sin entender que lo que vemos en las calles no es más que las características que llevamos como comunidad por dentro. Y ahora esperaremos que llegue alguien, que ponga en palabras lo que supuestamente necesitamos, que nos devuelva la ilusión, nos haga sentir seguros, nos dé un porvenir seguro. Tan solo una persona, que represente en nuestra mente todo aquello que tenemos que empezar a gestionar nosotros mismos. Pero después llegará una nueva desilusión, y aquel supuesto líder nos habrá mentido, nos habrá robado, nos habrá estafado.
Simplemente porque nosotros hemos depositado nuestra larga lista de responsabilidades en un solo hombre. Solo un hombre. ¿No lo hemos hecho siempre acaso? Historias que me suenan similares…
Gracias por leerme
Franco Chiorazo – Escritor Sampedrino
Autor de “El Protagonista Eres Tú” y “Luis de la Calle”