Sobre viviendas un comentario más…
La radio, Sra. Directora, el incesante peregrinaje de grupos de familias en procura de obtener una vivienda digna acorde con la confirmación de su grupo familiar, hace que La Radio dedique a este grave problema, un humanitario apoyo. Durante la primera presidencia del Gral. Perón, se dio a conocer un plan de viviendas denominado “PLAN DE VIVIENDAS EVA PERÓN”. La oficina de Obras Públicas de la Municipalidad era la encargada de suministrar toda la información referente al citado plan, diez o doce carpetas conteniendo planes de las viviendas que eran consultadas por interesados, quien elegía el tipo de vivienda adecuado a sus necesidades se le indicaba presentarse en el banco Hipotecario Nacional, con sede en Pergamino con la información del plan elegido, el banco, además de los planos, le entregaba toda una documentación a cumplimentar, datos personales, constitución de la familia, presupuesto de obra, datos del terreno, etc. Aprobada la carpeta, se le acordaba el préstamo de acuerdo al presupuesto presentado. Durante la construcción de la casa, el banco abonaba de acuerdo a certificados de obras, previa inspección bancaria, éste se cumplía rigurosamente. El propietario administraba su obra, no existían robos, sacados de listas, cambios de titulares, menos aún, casos de usurpación.
De igual manera se comenzó la construcción del barrio Obrero, o la revolución de 1955 paralizó su construcción para corregir males ¿…?
Los créditos otorgados en cuotas de amortización que llegaron a ser tan bajas que el Banco ofreció una rebaja muy importante para quien quisiera cancelar el remanente al contado, propuesta que fue muy bien recibida. En esos años funcionaban entidades de AHORRO Y PRESTAMO, el interesado se suscribía en un crédito por determinado monto, pagaba una cuota mensual que la entidad daba al cliente. El Banco Hipotecario tomó cargos de esas entidades. Las sastrerías vendían libretas numeradas, a cuatro pesos por mes y se sorteaba por la lotería nacional. Ante la insistencia de un sastre, para venderme una libreta, me tuvo que hacer un traje por cuatro pesos y de buena tela. Viejos loteos dentro del Ejido Urbano, fueron vendidos con el sistema de libretas. Hay todavía quienes conservan esas libretas sin haber podido escriturar por desaparición de los titulares.
Atilio Oromés.