Sin rastros de sangre y con nuevas pistas la Justicia busca determinar quién mató a Nicolás Castillo
En las últimas horas el Fiscal Marcelo Manso obtuvo algunos datos que de ser precisos podrían colaborar para saber quién o quiénes mataron a Nicolás Castillo. La semana pasada la prueba de ADN terminó de confirmar que el cuerpo hallado sin vida era el del joven de 20 años. La justicia desestimó las muestras de sangre y ya no se podrá saber si las manchas halladas en el interior de la casa y un auto de la familia pertenecían al joven asesinado.
El viernes pasado la Asesoría Pericial de La Plata remitió los resultados de ADN efectuados al cuerpo hallado en un bañado cercano al río Arrecifes y confirmó que se trataba de Nicolás Castillo. También se entregaron sin certificar las conclusiones sobre las manchas de sangre halladas en el baúl del Ford Falcon que pertenece a la familia, las halladas en el interior de la vivienda y las que detectaron en un par de borceguíes. Todas, por su estado de putrefacción y el tiempo transcurrido fueron desechadas como pruebas a pesar de que se sabe que se corresponden con las de un humano y no con un animal como sostenían sus parientes. “Es imposible cotejar el patrón genético”, sostuvieron.
Los resultados fueron retirados por un representante de la Fiscalía 11 desde la propia Asesoría Pericial el pasado jueves, al día siguiente la mamá de Nicolás pudo velar el viernes los restos de su hijo y sepultarlos el sábado en un cementerio privado.
Nicolás Castillo, de 20 años, había sido visto por última vez el pasado 12 de enero, dos días después su familia radicó la denuncia por su desaparición, y recién un mes después, el 16 de febrero su cuerpo fue encontrado sin vida en un bañado ubicado a unos veinte metros del río Arrecifes. El mismo se hallaba boca arriba y en un avanzado estado de descomposición. Estaba con sus brazos y piernas abiertos en forma de cruz. Tenía sólo restos de una remera y signos de quemaduras que en ese momento se consideraron posteriores a su deceso.
Las manchas de sangre fueron encontradas días después de su desaparición y la justicia logró comprobar mediante el peritaje sobre una cámara de seguridad perteneciente a una empresa que está ubicada sobre la ex ruta 9, que un auto similar al secuestrado a la familia con sangre en su interior, transitó al día siguiente de la desaparición de Castillo por ese mismo camino en sentido al río Arrecifes. La madre del joven asesinado dijo en su momento a La Opinión que se trataba de ese automóvil conducido por otro de sus hijos que había ido a buscar a unos amigos.
¿Camino al esclarecimiento?
La falta de rastros en las manchas hemáticas ponen en peligro el resultado final del caso, pero un dato aparecido sobre el fin de semana podría ser determinante para que el crimen no quede impune.
Ni bien se conoció el resultado del ADN el Fiscal Marcelo Manso se hizo cargo de la causa en su totalidad debido a que era quien estaba de turno cuando se produjo la desaparición de Nicolás Castillo y la Fiscal Gabriela Ates sospechaba que se había tratado de un homicidio.
Una vez sepultado Nicolás Castillo, el sábado por la mañana, tomó medidas rápidamente pero la presencia de una persona que hasta el momento no había reportado su testimonio y que no tuvo intervención en el hecho, aportó nuevos indicios. Así aceleró los pasos que se pretendían dar en el transcurso de esta semana.
Entre varias diligencias ordenadas, durante la mañana de ayer martes una comisión policial encabezada por el Comisario Fabián Gallo e integrada por personal de Comisaria, DDI, Destacamento y Patrulla Rural, efectuó un amplio rastrillaje sobre las vías del ferrocarril, a la altura de Río Tala, en busca de un objeto que podría haber sido el utilizado para asesinar a golpes a Castillo.
Se requisó un amplio radio, siempre teniendo como referencia las vías del ferrocarril, desde el paso a nivel más cercano a la Ruta 1001 y unos 500 metros en sentido a Capital Federal.
El dato apuntado a la investigación indicaba que en ese sector podría haber sido arrojaron el objeto contundente con el que azotaron al joven hasta matarlo y si bien la zona es muy amplia y con mucha maleza, lograron secuestraron tres elementos que deberán ser peritados para determinar si fueron los que impactaron en la nuca de la víctima ocasionándole la muerte.
Uno de los objetos, un hierro algo deteriorado por el paso del tiempo, de algo más de un metro de largo, fue hallado a unos 100 metros del puente de la Ruta 1001 en sentido sur y a centímetros de las vías. El otro fue encontrado justo debajo del puente, una especie de planchuela de unos 40 centímetros de largo. El restante, como si fuera la parte de una cama estaba a unos 15 metros del puente.
La búsqueda fue puntual y precisa, había que encontrar un elemento de metal, largo y con las características propicias como para que con un golpe certero acabe con la vida de una persona. El dato aportado y el tipo de golpe recibido, en caso de ser confirmados podrían comenzar a desentramar esta dramática historia, donde un joven de solo 20 años halló la muerte. Su círculo más íntimo sigue bajo sospecha.