A una semana del grave delito cometido en la casa de la reconocida familia de imprenteros hay muy pocas pistas para dar con los autores del hecho.
A pesar de que el robo se produjo en pleno centro de la ciudad, a metros del banco Santander y del Centro de Comercio, no hay imágenes elocuentes ni testimonios que aporten datos valiosos a la investigación.
En principio serían dos las personas que ingresaron a la casa mientras la familia dormía. Accedieron a través de un patio vecino que se comunica con la calle, los redujeron y obligaron a entregar todas sus pertenencias, como dinero y otros objetos de valor.
Tras maniatar al dueño de casa y encerrar a la mujer y a su hijo, los ladrones se dieron a la fuga en el auto Honda Fit de la familia, que minutos después apareció totalmente incendiado en la zona del basural.
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