Sin empresa de limpieza, el Municipio prepara ordenanza para el tratamiento de la basura
Ashira presentó ofertas económicas que superan los montos previstos y el Ejecutivo prorroga el contrato precario por dos meses. En ese tiempo quiere debatir con el Concejo Deliberante qué hacer para el futuro. El proyecto de Relleno Sanitario forma parte de una idea integral que maneja Pablo Ojea. El futuro del barusal en un año eleccionario podría tomar de ejemplo lo sucedido en Baradero.
Era de esperar y lo había anticipado La Opinión: Ashira presentó ofertas económicas que superaron el monto previsto en la licitación por lo que hubo que declararla desierta y recomenzar un debate que lleva demasiados años en mullidas sillas de escritorio cuyos titulares de asentaderas parecen no notar que está en juego una cuestión ambiental pública de gran importancia.
La empresa cuyo contrato venció el año pasado y que desde entonces presta el servicio con un acuerdo precario fue la única oferente. Sabía que sería así. Por eso se entiende que haya decidido escribir en las ofertas que su pretensión económica era de 2 millones de pesos por mes, cuando el presupuesto oficial era de 1,5 con opción máxima de 1,8.
El Gobierno se vio obligado a declarar desierta la licitación y a enviar una carta documento para prorrogar el contrato precario por 60 días, mientras define qué hacer a futuro. Las opciones no son muchas y el Ejecutivo quiere involucrar al Concejo Deliberante, donde hay miembros que pusieron el grito en el cielo por la falta de redacción del pliego de bases y condiciones pero luego se mostraron propensos a favorecer a Ashira en la continuidad precaria, que le permite negociar precio con mayor asiduidad.
Si la única empresa dispuesta a brindar el servicio en la ciudad objetó a través de su oferta el pliego, el Municipio parece obligado a repensarlo. De la puja previa con Ashira, la compañía fue la vencedora.
Avanza la idea del relleno sanitario
La semana pasada el Ejecutivo convocó al Concejo Deliberante a una reunión con las autoridades de la empresa nicoleña Ente, que gestiona el relleno sanitario que funciona en esa ciudad y que elevó una propuesta al Gobierno local, del que este semanario dio cuentas el 31 de diciembre pasado.
Los ediles no mostraron mucha voluntad en analizar la propuesta, sobre todo porque no se trataba de un proyecto concreto sino apenas de la descripción de una posibilidad, de tantas.
Por ello en la Dirección de Producción que conduce Pablo Ojea trabajaron en la redacción de una ordenanza macro para elevar a los concejales, de manera tal que haya un expediente que genere el necesario debate.
En el oficialismo y la oposición hay quienes creen que este y otros temas de fondo deben ser discutidos una vez que se conozca quién será el que gobierne la ciudad durante los próximos cuatro años. Entre ellos, muchos que tienen aspiraciones o apoyan a un aspirante al gobierno.
Pocos son en ambos bandos los que están preocupados por lo que Giovanettoni declamó en su discurso anual y Barbieri reclamó luego de esa jornada: trabajar para dejar una gestión ordenada al próximo intendente.
Antes de que Barbieri ganara las elecciones de 2007 hubo debate sobre un proyecto de relleno sanitario conjunto para Ramallo, Baradero y San Pedro que no prosperó. En esta oportunidad, hay que pensar que la propuesta de Ente sólo es viable si el volumen de residuos es importante. Y algo más, todos se olvidan de una Ordenanza que está vigente y se conoce bajo el nombre “Basura Cero” que prevé etapas para terminar con el basural a cielo abierto y propender a la separación domiciliaria para el posterior reciclaje.
Una propuesta integral
Quien ha tenido en cuenta la ordenanza de Basura Cero, que aprobó el Concejo Deliberante pero nadie pudo poner en marcha, y en legislación vigente a nivel nacional y provincial, es Pablo Ojea quien redactó una primera versión del proyecto de gestión integral de los residuos sólidos para la ciudad, que ahora analizan los asesores legales del Gobierno.
Allí, el ingeniero agrónomo considera que la erradicación del basural abierto y su reemplazo por un relleno sanitario permitirán “recuperar la zona donde se asienta el basural y transformar las zonas vecinas, el aspecto estético y los visuales, mejorando el ordenamiento ambiental del territorio”.
También cree que reducirán “la incidencia sanitaria negativa y el consiguiente riesgo para la salud” y que servirá para “la promoción del desarrollo sustentable con políticas de protección y conservación del medio ambiente con la participación social en todas las formas”.
Los considerandos del ambicioso proyecto hablan de un aprovechamiento económico de los residuos y de la “generación de empleo en condiciones óptimas” a través de cooperativas de trabajo para los recuperadores informales que existen en la actualidad. Algo que se programó cuando se emplazó el basural a cielo abierto en la década del 80.
Como todo proyecto, puede sonar a cuento de hadas, pero Ojea es optimista al respecto y no solo en este tema. Es un funcionario que siempre repite que “para ir a pedir financiamiento hay que tener el plan armado, el proyecto, la planificación, todo listo, después hay tiempo para reacomodar de acuerdo a la plata que se consiga”.
El Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos tiene seis puntos que van desde la incorporación paulatina del hábito de separación en origen; el impedimento de nuevos basurales –que se ven a diario en la zona periférica y las localidades–; la búsqueda de asistencia legal, técnica y financiera; planes de incentivo; exenciones impositivas para emprendimientos que desarrollen nuevas tecnologías en materia de RSU; promoción de la investigación y desarrollo de la ciencia y la tecnología para el tratamiento, procesamiento o disposición final de los residuos.
A pura topadora
Veinte años de accidentes y muertos más una cuestión ambiental insoslayable quedaron sepultados por las topadoras del Ceamse. El año electoral y el escándalo hicieron que el Gobierno de la Provincia moviera los resortes necesarios para terminar en menos de un mes con una pesadilla que costó demasiadas vidas. Tal como lo muestran los colegas de Baradero, el bochornoso espectáculo del basural a cielo abierto en plena Ruta 9, ahora está tapado con tierra. “Contaminará hacia abajo” pero al menos no generará accidentes y obligará a la actual gestión a buscar una salida definitiva para sus residuos.