Silvio Velo, a metros de la cumbre del Aconcagua
El sampedrino culminó el martes su incursión en la acción Summit Aconcagua en la que, junto a un grupo de personas para las que el deporte fue una herramienta vital de superación, escaló la montaña más alta de América (6.962 metros) y la segunda del mundo detrás del Monte Everest (8.848).
Silvio Velo no pudo alcanzar la cima, de la que quedó a 992 metros, en Plaza Cólera, junto a María del Pilar Pereyra y Peter Czanyo, quienes por un “intenso cansancio” y no haberse podido “recuperar” de las jornadas previas no pudieron continuar la expedición que dejó en lo más alto, con la bandera de los Juegos Olímpicos de la Juventud, al conductor televisivo Julián Weich y al rugbier Ezequiel Baraja. Álvaro Casillas y la nutricionista Pinky Zuberbuhler intentaron hacerlo pero regresaron al campamento.
Previamente, a Elisa Forti, de 83 años, las autoridades del Parque Provincial Aconcagua de Mendoza no la dejaron integrar el equipo y el basquetbolista de la Generación Dorada Fabricio Oberto abandonó por una fatiga muscular. El domingo el grupo descendió hasta Plaza de Mulas y tuvo una cena de festejo.
A pesar de no haber logrado el objetivo primordial, para Velo fue una gran experiencia en la que una vez más demostró, como él mismo pregona, que “se puede” más allá de las dificultades. Con un guía y casi al mismo ritmo que sus compañeros, escaló casi seis mil metros en un arduo clima.
En las redes sociales, los sampedrinos reflejaron el orgullo que genera en la ciudad que lo vio nacer y hasta reclamaron un monumento para él.