Siguen las usurpaciones “sospechosas”
Todas las semanas aumenta el número de asentamientos y usurpaciones. El silencio del Municipio y la demora de la Justicia hace que muchos propietarios teman por el futuro de sus inmuebles. Quienes alquilan reclaman mayor atención y al menos ya han mantenido una reunión con el Intendente.
Desde fines del año pasado, las usurpaciones de terrenos y viviendas han marchado a ritmo semanal. No solo los barrios construidos para saciar las demandas sociales, han sido escenario de disputas por las viviendas, canjeándolas o vendiéndolas a ínfimos precios sino los terrenos y casas particulares que se encuentran desocupados o abandonados, se han transformado en blanco para quienes desde la desesperación o desde “la ocasión política”, aprovechan para alentar las acciones de los “nuevos okupas”.
Por una parte, las familias que han sido marginadas y excluidas en los últimos años, crecen mucho más que el ritmo de la construcción de los planes habitacionales. Por la otra, quienes ven en este año “la oportunidad electoral” ensuciando la cancha, utilizan a quienes están en situación de extrema pobreza para incitarlos a las usurpaciones sin medir consecuencias.
Los propietarios, por su parte, ante la presión de verse acorralados por niños en situación de riesgo que son exhibidos por los medios, deciden aguardar la intervención de la Justicia que “va más que lenta” para resolver estas cuestiones.
Con memoria
Por solo destacar algunos casos registrados en nuestros archivos, cada año electoral, es época propicia para asentamientos. Desde la gestión del Dr. Julio Pángaro, cuando la oposición señalaba terrenos para barrios nuevos a este segundo mandato de Barbieri, donde nuevos grupos o “punteros” medran con la pobreza, se han escuchado todo tipo de excusas. La negativa a suministrar servicios básicos que luego terminan llegando por derecha o por izquierda o el silencio absoluto frente a la queja de propietarios que en muchos casos se han “olvidado” de cuidar lo suyo y se “acuerdan” cuando se los ocupan, hay decenas de episodios para relatar.
El barrio “El Caserito” fue pionero en materia de asentamientos. Al menos, aquella fue la primera vez que un gran grupo de familias tomó terrenos para asentarse al mismo tiempo, en un lugar que no tenía ni los más mínimos servicios. Ha pasado más de una década y hoy se ha transformado en un barrio propiamente dicho.
Ese fue el puntapié inicial que, con antecedentes en las barrancas, puso en marcha mecanismos que, con perversidad, fueron utilizados por los llamados “punteros” sobre todo de los partidos políticos mayoritarios.
Las familias Romagnano, Cufignal, Atrip, Puig, Oliver, Del Pozo y muchas más son testigos y víctimas de lo que ha sucedido.
En el caso de Norma Atrip, doce familias se asentaron en el lugar viviendo en condiciones precarias. Nueve meses después debieron abandonarlos.
En el barrio de las 150 viviendas, una familia llegó a vender su casa en 5 mil pesos, una moto y una camioneta. También se han producido canjes mano a mano.
En el barrio de las 291 que fueron levantados bajo el sistema de autoconstrucción y con etapas que aún están sin terminar por lo menos en dos oportunidades diferentes familias se apropiaron de las casas y la policía tuvo que intervenir para retirarlas de su interior.
En el recientemente construido Barrio Arcor al menos se han producido tres usurpaciones. En una de ellas los vecinos acusaron al usurpador de abuso sexual. Hace dos semanas hubo dos más en las casas que todavía no están ocupadas.
En los terrenos de las familias Puig y Oliver las nueve familias que se habían asentado en el lugar permanecen allí y día a día con mayor firmeza. Son vecinos del lugar que limpiaron el terreno y lo habitaron.
En el Barrio 49 viviendas una familia que estaba alquilando se negó a abandonar la vivienda. Los propietarios intentaron sacarla por la fuerza.
En Liniers y Javier Rivero dos mujeres con sus hijos usurparon una casa. El padre de estas se acercó y las convenció para que la dejen ya que no tenían luz ni agua.
En Bozzano y Sargento Selada, hace dos años, siete familias armaron precarias viviendas. Actualmente siguen en el lugar pero en mejores condiciones. En Río Tala la semana pasada, habían preparado todo para asentarse en el terreno de la Planta Depuradora pero la policía abortó el intento. Habían dejado chapas y tirantes.
El lunes, un sector de una vivienda que se incendió hace un año atrás, fue ocupado por una familia. El inmueble pertenece a la sucesión de la conocida familia de Angel Del Pozo, quien se mostró sorprendido y preocupado ante lo sucedido. La denuncia se radicó el lunes por la noche y hasta el cierre de esta edición no había novedades.
Existen decenas de casos que no están relatados en esta nota, pero desnudan una realidad social que nadie parece estar dispuesto a pensar de antemano.
Sueño de una noche de verano
Según relatan los propietarios, el grupo que “agita” los nuevos asentamientos está perfectamente identificado. Tienen filiación política y pese a presentarse públicamente como organizaciones intermedias independientes, trabajan para una de las listas kirchneristas que se presentará en Octubre, soñando con una movilización masiva desde los barrios hacia el centro de la ciudad. Al menos, esto es lo que cuentan quienes han sido visitados por estos nuevos dirigentes que llegan a las familias con su sueño de “hacer la revolución en un día”. Algunos, acostumbrados al buen pago para las elecciones, se acercan siempre a contar en qué andan trabajando los “dirigentes”, cuando los visitan y les dicen que apenas lleguen al poder legitimarán su situación de manera inmediata.
Deuda con los inquilinos
La ausencia de políticas a largo plazo y de acuerdos programáticos entre quienes tienen posibilidades de acceso al poder o quienes ocupan bancas en el Concejo Deliberante, en representación del pueblo, hacen que la guerra de pobres contra pobres aumente día a día. Quienes tienen la desdicha de ser inquilinos ven con desesperación como se les escurre de las manos la posibilidad de acceder a un buen plan en cuotas para llegar al techo propio. La semana pasada, tras una visita realizada por el Intendente a La Radio, un vecino envió un mail y logró llevar su iniciativa hasta el despacho de Barbieri. Son varios los que se sumaron telefónicamente al pedido y es por eso, que en los próximos días el Intendente evaluará algunas propuestas y realizará gestiones bancarias, para favorecer a aquellos que no poseen una casa y están en condiciones de pagar una cuota similar al alquiler. Hasta el momento, dijo este vecino “el resultado fue muy positivo”, sin querer dar mas detalles para no generar mayores expectativas. Por su parte Barbieri, en esa reunión reconoció que “es una deuda con un importante sector de la población”.