Si no se pregunta, no se responde
En el vaivén de la propina electoral, en la necesidad imperiosa de recaudar en un mes lo que no se gana en un año, son pocas las preguntas que interpelan a los candidatos que sólo recurren a la desacertada decisión de hablar menos y mostrarse más.
Desde “votar con el corazón” a las miles de “victorias” que supimos conseguir, pasando por “el odio se va” o “juntos podemos”, las consignas se acumulan en todos los niveles para la elección que el próximo 9 de agosto tiene su primer escala rumbo a las generales de octubre.
Si nadie pregunta, nadie responde. Si solo se apela a la imagen y al discurso sin interrupciones, la sociedad queda sin confrontar sus elementales dudas y por ende sus posibilidades de expresión.
En algún momento los periodistas cumplíamos esa misión. Hoy, apenas si se puede explicarle a un candidato que la ventanilla de pagos para “publinotas” está cerrada desde siempre. Ni siquiera entienden que el pago de publicidad no es intrínseca y explícitamente un canal para el vale todo. Los propietarios y directores de medios tenemos una gran responsabilidad sobre las conductas que se desvían o los pactos que se celebran en pos de la subsistencia de una profesión cada vez más pauperizada y livianamente ejercida con apenas conocimientos que ni alcanzan para la lectura de los títulos de los diarios. Cuesta creer, cuesta entender, pero ni los candidatos suelen leer textos de más de media página a la hora de informarse sobre lo que sucede en su propio territorio.
Tanta introducción para el simple ejercicio de preguntar sin “operar” ni a favor ni en contra aunque a todos les cueste creerlo y prefieran ser “víctimas de una persecución” que al menos en el caso de La Opinión no existe.
Son más de 24 años de archivo escrito y mucho control de conducta sin censura para las decenas de periodistas que trabajaron en sus distintas secciones.
Ahora bien, las preguntas a los candidatos no pueden reducirse a qué va a hacer o no va hacer, porque para eso siempre se inventa una respuesta.
En la muestra a escala de lo que es un país están los municipios. Es allí donde se gestan propuestas, planes o soluciones que deben adaptarse a cada etapa, a cada tiempo, a cada realidad.
Y si no existen conocimientos básicos, números estratégicos y horizontes posibles, la aspiración se derrumba porque en la gran mayoría de los casos se llega “para aprender” sin siquiera relevar qué ha dejado la gestión anterior.
Algunos de los imprescindibles conocimientos responden a básicas herramientas para encarar una misión profundamente política y una concreción eficiente. Quien no tenga claras al menos la mitad de las que a simple golpe de memoria surgen, es mejor que no se presente y si quien esto lee es visitado por cualquier postulante, puede aprovechar el listado para provocar el pensamiento y estimular la razón de aquel que cree que podrá arrogarse su representación.
A saber:
+Cantidad de población activa, distribución en el mapa del partido, sectorización de sectores con posibilidades de desarrollo habitacional.
+Informe por franjas etarias (de edad) sobre cantidad de trabajadores activos, precarizados, en negro y desocupados o que no han tenido trabajo regular en los últimos cinco años.
+Relevamiento de fuentes de trabajo existentes, solicitud a los sectores productivos (campo, industria, comercio) de mano de obra actual y planes de expansión a corto y mediano plazo.
+Cantidad de establecimientos educativos, matrícula existente hasta el año 2014, índices de deserción escolar comparados, cantidad de niños que asisten a comedores tanto en escuelas como en centros comunitarios, relevamiento de especialidades y oficios de posible demanda.
+Mapa del delito clasificado por zonas y gravedad, afectación de agentes a la resolución, promedio diario de resoluciones judiciales, registro de detenidos con arresto domiciliario, trazado estratégico de vigilancia con cámaras, disponibilidad de vehículos afectados al patrullaje en zona urbana y rural. Cantidad de causas en trámite judicial por tipo de delito.
+Mapa de servicios básicos, luz, gas natural, cloacas, agua corriente y si es posible teléfonos fijos, celulares y conexiones de internet. Tal vez alguien piense que el celular es irrelevante pero hoy por hoy es la red de comunicación más igualitaria que exista para una comunicación directa entre gobernantes y gobernados. Registro de consumo total de la población de cada uno de ellos. Discriminación de gastos de energía entre usuarios residenciales, comerciales e industriales. Plan de expansión de todos estos ítems.
+Índices de atención de salud en centros asistenciales públicos y privados. Cantidad de afiliados a obras sociales y medicina prepaga. Clasificación de enfermedades derivadas de la falta de contención y asistencia. Índice de embarazo adolescente. Registro de atención de pacientes oncológicos. Sistemas de prevención y vacunación vigentes. Índices de relevamiento odontológico.
+Índices de accidentología, cuantificación territorial de agentes de tránsito y control de comercios, nocturnidad y seguridad en locales de atención al público. Registro de vehículos patentados comparativo y estimación del crecimiento del parque automotor incluidas las motos. Protocolos de auxiliares de emergencia desde Defensa Civil a Bomberos Voluntarios.
+Cantidad de responsables inscriptos ante la AFIP y monotributistas de todas las categorías. Discriminación de cuentas vigentes alcanzadas por las distintas tasas municipales. Cálculo de expansión para los próximos 10 años y recaudación estimada. Cuantificación de los recursos propios para solventar los servicios que se prestan desde el estado, privatizados o tercerizados.
+Cálculo de déficit habitacional. Relevamiento de terrenos fiscales. Padrón de propietarios e inquilinos. Registro de viviendas precarias asentadas en terrenos ajenos. Proyecto de regulación sobre el uso del suelo y discriminación de edificaciones en zona rural, condominios y barrios privados. Relevamiento de viviendas emplazadas en zona costera.
+Relevamiento de la totalidad de cargas comparado del Puerto de San Pedro. Programas de expansión acordes a la demanda. Principales terminales fluviales que compiten con la local.
+Producto bruto interno del partido de San Pedro. Relevamiento de cantidad de cuentas activas en Rentas de la Provincia. Relevamiento de planes de asistencia vigentes en el Anses incluidos los subsidios para compra de garrafas sociales y cálculo de personas que pasarán al sector pasivo en los próximos cinco años.
+Relevamiento de la red vial municipal, provincial y nacional. Discriminación de responsabilidades para su mantenimiento. Trazas futuras y programas de repavimentación o mejorado elaborados durante el período de campaña. Revisión del presupuesto provincial para determinar fondos para asistir urgentes problemas de infraestructura educativa, habitacional y sanitaria.
+Exhibición previa de programas para readecuación de la planta actual de empleados municipales y nivelación por conocimientos y habilidades. Demostración pública de saneamiento de las cuentas municipales en programas anuales, quinquenales o de mayor plazo si el próximo intendente estima que le llevará más de diez años revertir la situación financiera actual de la comuna…
Bueno, son sólo algunas de las preguntas que quien esto firma desea formular antes de votar intendente, concejales y consejeros escolares. En realidad son las que la mayoría pensamos que ya “tienen claras” los postulantes que en las últimas semanas nos atormentan con globos, Plutos, pasacalles, golosinas, carteles, boletas y listas de reclamos que por solo ser oficialistas u opositores se dedican a describir en público. Algo muy importante: que digan, firmen y certifiquen a qué línea y a qué partido pertenecen porque suelen ser muy olvidadizos a corto plazo y mudar de color apenas soplen vientos de izquierda o derecha. Da lo mismo.
Los votantes ya sabemos que no hay seguridad, cloacas, agua, pavimento y que todas las cuentas están en rojo, pero merecemos respuestas previas a la postulación. Es complicado pero no imposible pedir que antes de aceptar un cargo público de representación se tengan conocimientos básicos sobre la realidad del territorio que desean conducir hacia un destino al menos un poquito más próspero que el que aparece en el horizonte.
El periodista que haga estas preguntas será calificado de “demoledor de ilusiones” o lo que es peor de “conspiración mediática”, pero aún así hay que atreverse a pasar de la mediocridad al aprendizaje. Para poder preguntar también hay que saber y todos están también en condiciones de interpelar a la prensa para que mejore sus conocimientos y pregunte más allá de lo que vale una publicidad.