Sexting: el lunes presentan denuncia penal contra quienes viralizaron la foto de la docente desnuda
La mujer afectada por la viralización de la foto instruyó a un abogado para radicar la denuncia penal que permita abrir una investigación en la Justicia para dar con quienes comenzaron la difusión de la imagen íntima. La captura de pantalla de la imagen la hicieron integrantes del grupo de WhatsApp de docentes, directivos, padres y madres de una escuela primaria.
La sociedad reaccionó y la víctima que por error entregó una foto íntima en un grupo de adultos docentes y padres de una escuela primaria provocaron una acción que, de prosperar, sentará firme jurisprudencia respecto a la viralización de contenidos no apropiados.
Cuando la noticia llegó a este medio la foto que ya habían compartido centenares de adultos se transformó en un severo dilema. El debate que se impone ante la consideración de una noticia que atraviesa a todas las generaciones.
Desde maestros jubilados y formados en tiempos en los que sacarse una foto era un lujo y compartir cuestiones privadas podía costarles la reputación, la autoridad en las aulas y el cargo después, hasta niños que mostraban la captura de pantalla con la naturalidad de quienes están expuestos a todo tipo de agresión visual o auditiva, hablaron de una cuestión que se perdió en la estéril discusión de evaluar a un medio de comunicación con extensa trayectoria respecto de sus principios y objetivos.
Así, entre mensajes de un feminismo que atraviesa el límite del ridículo toda vez que pierde su eje a manos de maniobras de distracción política que bajo la consigna de ampliación de derechos termina cercenando hasta el lenguaje y aprovechamiento irresponsable del poder de las redes sociales devenidas en una cloaca por donde todo fluye, el objetivo de la publicación se perdió por errores de enfoque y, por qué no decirlo, tal vez por una redacción inadecuada que contenía en el último párrafo lo más importante: la comisión de un delito recientemente tipificado en el Código Penal y que forma parte del bagaje de ordenamiento cibernético que obliga día a día a buscar nuevas alternativas para un mundo cuyos límites el ser humano desconoce. El mundo digital no cuenta con fronteras y eso no es novedad para los medios y periodistas que a diario nos confrontamos con dilemas que nos desafían.
Se puede llegar a quien la descargó o capturó y la viralizó. Está sesgado el ámbito de donde salió y es posible llegar a una condena. En un caso que llevó adelante por la divulgación de fotos de un menor que falleció en un accidente ya hay un policía imputado. Solo falta que declare.
Si la acción descripta —una docente que por error se expone a la viralización de una foto íntima— es o no una noticia, corre por cuenta de quien lo evalúe. Para La Opinión y sus periodistas no solo es una noticia sino el vehículo que obliga al alerta, la reflexión, el debate, la profundización y delimitación de derechos no solo de quien los ejerce en su vida privada sino de quien los recibe sin haberlos requerido y se verá envuelto en un trámite judicial que le hará pensar sobre la importancia de controlar que su dedo para que el “click” no sea más rápido que sus neuronas.
Esta nota es además un pedido de disculpas a quien se haya visto afectado de manera directa o indirecta por la publicación de la anterior. También es otro punto de partida para el paradigma de la comunicación.
Nota de la Dirección: en mi carácter de periodista, directora propietaria y ser humano apelo a la posibilidad de un debate sincero sobre los verdaderos motivos que nos animan a cada uno a tratar de construir una sociedad que condene la hipocresía que aceita con eficiencia los engranajes que se ponen en marcha cada vez que cobra importancia un suceso como el presente y logra tapar la lesión más irreversible que pueda padecer una generación que desde hace más de un año y medio está vedada de su derecho a comer y estudiar.
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