Se fue un emblema del deporte sampedrino
A los 79 años el reconocido nadador Agenor Almada falleció dejando un importante legado en los deportistas de Aguas Abiertas de la zona.
“El Yacaré del Paraná”, como se lo bautizó por sus aventuras en el río será recordado siempre por sus logros y hazañas en distintos puntos del país.
Almada, vecino de Las Canaletas, estuvo ligado a la natación desde muy pequeño. Quizás el hecho de vivir tan cerca del río lo llevó a convertirse en velocista a los 9 años, época en la que ya mostraba grandes rasgos de un nadador único en su especie.
Tiempo después comenzó a desempeñarse en carreras de distancias largas y a los 13 años ya competía con rivales que superaban los 25. En 1949, con apenas 16 años, Agenor se arrojó a las aguas en Ramallo y llegó a nado a San Pedro; dos años después desafió a la inmensidad y, no conforme con lo logrado, unió Rosario con su ciudad natal, en tan sólo 29 horas.
Uno de los mayores logros de Almada se registró cuando en 1964, a los 31 años, logró cruzar el Río de la Plata desde Colonia a Hudson y parar el reloj de la Federación Argentina de Natación de Aguas Abiertas en 19 horas 10 minutos, algo difícilmente superable por sus colegas.
En su haber quedan muchas pruebas tales como las 61 horas que permaneció en el río atado de píes y manos, empleando sólo los movimientos del estilo mariposa.
Varios reconocimientos ha tenido el gran nadador sampedrino, la Plazoleta situada frente al Buque Museo Ara Yrigoyen lleva su nombre por ejemplo, pero ello no es suficiente para devolverle lo que él ha hecho por el deporte local. Agenor ha dejado una huella por la que muchos deportistas deberán animarse a transitar.
Quien tuvo la posibilidad de hablar con algún nadador de pileta sabe que ellos buscan dar brazadas largas para tocar el borde, impulsarse y emprender el nuevo desafío, quizá por ello los duelos de Almada eran enormes ya que frente a él no había un borde, sólo la inmensidad del Paraná que lo invitaba a superarse.