Como todos los años desde 1994 -con excepción de uno, en medio de la crisis de principios del siglo XXI-, la localidad de Santa Lucía vivió entre el domingo 4 y el viernes 9 su Semana de la Juventud, el evento que paraliza al pueblo para que los jóvenes se muestren “abriendo caminos, juntos por un ideal”.
El evento cultural más significativo del partido de San Pedro dura una semana pero, como dijo Florencia Cugat en el discuro de cierre, en nombre de todos los que hacen posible esta fiesta, para la mayoría del pueblo esto empieza antes, cuando al cierre de cada edición se miran los rostros llenos de felicidad y retoman el sueño de la siguiente.
Como todo los años, hubo deportes, música, exposiciones, charlas -como la de Cintia, la joven que se animó a contar su experiencia como víctima de abuso-, serentas, baile, expresiones que quedararon plasmadas en árboles, paredes, en la calle y en los corazones de cada uno de los que vivió esa 24° edición.
“Esperamos que hayan disfrutado de cada momento, haber transmitido la magia, la felicidad y la emoción que se vive”, dijeron en el discurso final y agregaron: “Que en las futuras semanas, las nuevas generaciones que la transiten, reaviven todo esto y defiendan los colores rojo, azul, amarillo y verde, ya que son parte de cada uno de nosotros, los que llevan reflejada, única e inigualable, la bandera de nuestro pueblo, Santa Lucia”.
Como este año no había elecciones, no hubo discursos de ocasión, selfies de candidatos ni predisposición total y absoluta de quienes están vinculados a la política. Mejor. 25 años después, en el pueblo ya saben cómo hacer para no depender de favores.
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