San Pedro late: Una mirada urbanista sobre la Peatonal de Verano
Considerar a la ciudad como un depósito de cultura es el primer paso para reivindicar el concepto de que la ciudad es para la gente, una idea que sugiere la utopía de un lugar deseado por todos, contemplando que cada ciudadano tenga la posibilidad de satisfacer tanto su vida privada como colectiva, siendo esta última la que voy a tratar en esta nota.
Durante el mes de enero, todos sus sábados, la ciudad se expresó a través de una participación masiva, transformando temporalmente una de sus calles principales con shows, eventos, “food trucks” y la sensación de estar caminando por una ciudad que parecía ajena pero familiar al mismo tiempo.
El evento, que tomó lugar en el centro de la ciudad, permitió el espacio para que tanto ciudadanos de los distintos barrios como turistas puedan vivir el ámbito público de un modo distinto, siendo éste un modo de detectar distintas situaciones urbanas donde se manifestaron diferentes facetas de la cultura popular. Características que pueden ser categorizadas en tres grupos diferentes
Lo efímero: si bien casi todo en este suceso es efímero, los artefactos foráneos instalados en veredas y calle fueron los principales elementos que transformaron la esencia y el concepto del lugar donde se desarrolló el evento, siendo estos los escenarios, los carros de comida, las luces, los elementos de servicios como los contenedores, las vallas de tránsito, los baños químicos. Toda una batería de elementos dispuestos, acertadamente o no, en lugares que suelen tener otra función y propósito, lo cual inevitablemente transforma su ubicación y la zona que afecta inmediatamente, por lo tanto, el modo en que se ve y se vive.
Núcleos y áreas de encuentro: como producto de lo efímero, se generan encuentros programados o imprevistos, esporádicos y sorpresivos entre los ciudadanos. Donde las aglomeraciones se movilizan, con mayor o menor intensidad, asistiendo a diferentes eventos o espectáculos que son ocupados por el público, que siente el ruido y la fiesta, celebrando con los demás y sintiéndose partícipes de ella
Desplazamientos: durante el tiempo que dura el evento, se manifiesta un ir y venir de una masa, no sólo por la calle anfitriona, sino también por sus alrededores. Pero en lo que refiere a la primera, la circulación de vehículos para liberar la calle, la cual es el gran escenario de esta fiesta, permite por una noche la oportunidad de caminar libremente y sin peligro alguno.
Estos tres grupos no son elementos aislados sino que la conjunción de los tres hacen al todo, y el modo en que interactúen unos con otros va a marcar la una buena experiencia de un experimento. El simple hecho de que la ciudad comience a tener un suceso del que participe a toda la ciudadanía en el corazón de la ciudad es ya de por sí, a mi parecer, un indicador de una ciudad sana.
En el mes de febrero va a continuar la fiesta, la cual se consolida con una participación cada vez más masiva. Es mi obligación recordar en esta humilde nota que dentro de esta fiesta existen otros jugadores que no deben ser olvidados, tales como comercios o viviendas que podrían verse afectados de un modo negativo frente a este despliegue que recién está comenzando a latir.