#SampedrinosPorElMundo La historia de Ernesto Decumex, el motociclista aventurero varado en Perú por el coronavirus
"Billy", de 62 años, está en Cusco hace más de un mes y no puede regresar a Argentina porque en el país incaico hay toque de queda por la cuarentana para evitar la propagación del COVID-19 y las fronteras están cerradas. Su viaje en su Honda Tornado 250cc comenzó el 1 de marzo en San Pedro y tenía previsto llegar a Colombia y recorrer el Amazonas en balsa en Brasil. Por segunda vez, la travesía se le truncó y aguarda una resolución para volver vía Chile.
Ernesto Decumex nació en Capital Federal hace 62 años pero hace más de veinte que está radicado en San Pedro donde su familia cuenta con un complejo de cabañas. Además, dos de sus cuatro hijos estudian al igual que él antropología en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). "Billy", como lo apodan, es un fanático de las motos y un aventurero al que la pandemia de coronavirus lo sorprendió y varó en Cusco, Perú, donde permanece desde el 10 de marzo y está alojado en una posada a la espera de una respuesta sobre cómo regresar a Argentina porque, claro está, su travesía se terminó.
Desde el país incaico, cerca del Machu Picchu, el sampedrino por adopción dialogó con La Opinión y contó cómo es su situación actual en la tierra donde al 29 de abril se registraron más de 31 mil casos positivos y 854 muertos: "Estamos en cuarentena hace más de un mes. Hicimos un pedido en cancillería pero aun Perú no lo aprobó. Todavía Argentina está sacando gente vía vuelos y luego le darían curso a esto. Estamos esperando el pase a Chile, de allí al Aconcagua y al Cristo Redentor. Al cruzar por ahí encontraremos temperaturas de -15º con nieve, es complicado pero veremos cómo hacerlo, somos varios. Está todo en el aire, ya se va a aclarar, todavía no sabemos nada, estamos analizando y viendo otras opciones como entrar por Bolivia o Brasil, pero Brasil está muy complicado con muchos infectados".
En Cusco Decumex está con un grupo de alrededor de 40 argentinos con los que al principio experimentó la dureza de las fuerzas de seguridad peruanas en estado de sitio: "Fuimos al supermercado, estábamos sacando una foto y la Policía nos paró y nos dijo que no podíamos sacar foto porque no estábamos de turismo. También paré a descansar porque estamos a 3000 metros de altura y nos dijo que nos paremos a tres metros, muy áspero".
Ernesto se fue solo de San Pedro en su Honda Tornado 250cc el 1 de marzo. Pasó por Córdoba, Santiago del Estero, Tafí del Valle y Cafayate en Tucumán; Salta y La Quiaca en Jujuy antes de atravesar a Bolivia donde conoció Oruro, el salar de Uyuni, La Paz y el lago Titicaca que cruzó en balsa hasta Copacabana previo a cruzar a Perú donde estuvo en Juliaca y Machu Picchu y el COVID-19 lo frenó en Cusco porque, tal relató, tenía organizado seguir: "La idea era subir por pueblos hasta llegar a Lima que esta complicada. Quería agarrar por 'El camino de la muerte' hacia Ecuador que fue el primero que cerró fronteras y recorrer Quito hasta Colombia donde iba a ir a Medellín, Cali, Cartagena, Santa Marta y estar al borde del Mar Caribe; y quizás cruzar hasta Venezuela. Luego iba viajar en barco por el Amazonas hasta Manaos. Después iba hasta las Guayanas inglesas, Holandesas y Francesas; y Surinam. El viaje quedó trunco, iba a tomarme ocho meses para hacerlo".
No es la primera vez que al porteño radicado en San Pedro se le arruina su objetivo porque ya le ocurrió en 2019 cuando intentó llegar a Colombia en una moto Falcon 400cc pero en Salta sufrió "efectos secundarios de la fiebre amarilla", perdió "ocho kilos" de peso corporal y luego de 20 días en esa ciudad decidió volverse porque la moto también tenía "desperfectos".
La travesía tuvo una primera parte en el sur argentino en el que completó alrededor de 10 mil kilómetros. En esa oportunidad "Billy" rumbeó por la Ruta Nacional Nº 40 hasta Neuquén, el Camino de los Siete Lagos, Bariloche en Río Negro, El Bolsón, Esquel y Ushuaia. Posteriormente subió en el mapa por la Ruta Nacional Nº 3 bordeando el Mar Argentino por Río Gallegos, Caleta Olivia, San Julián donde dejó las cenizas de su padre falleció tal le había prometido; Puerto Madryn, Bahía Blanca, Monte Hermoso y Tandil previo a retornar a San Pedro.
Ernesto Ducumex también habló de su amor por las motos y dejó en claro que viajar en ese tipo de vehículos "es una sensación es difícil de describir": "Los que andamos en moto no lo cambiamos por nada, te lleva a lugares que solo podés llegar caminando. La sensación es maravillosa, parece que estamos más cerca del cielo de Dios, como dicen los creyentes. Es una sensación de libertad y placer. Anduve mucho en moto de joven, después por trabajo uno va dejando y de grande con más tiempo retomé mis viajes. Tengo varias motos y esta, la 250cc, es muy apta. Me gustan todas las motos, hice muchos viajes, soy un amante de las motos".
Por último, dio detalles de cómo piensa volver a intentar llegar al norte de América del Sur en una aventura de alrededor de 30 mil kilómetros que encarará por tercera vez: "Estoy volviendo pensando en mi tercer viaje que son catorce países, todo Sudamérica incluidos Paraguay que voy hacerlo a la vuelta. Afuera quedarán Panamá y Venezuela por que son complicados".