Salud Mental: autoconvocados marcharon al grito de "rompan todo si hace falta, pero no se callen"
Estudiantes, docentes y familiares se reunieron para homenajear a una joven alumna del Instituto Docente que falleció la semana pasada. En un sentido mensaje, los presentes pidieron contención y apoyo a la comunidad educativa.
El pasado lunes, alrededor de las 18.30, familiares, amigos, docentes y compañeros del Instituto de Formación Docente marcharon en homenaje a una alumna fallecida la semana pasada.
La concentración tuvo lugar en la plazoleta ubicada frente al establecimiento educativo y allegados leyeron un sentido mensaje en honor a la joven.

En el texto expresaron:
"El martes pasado despedimos a Nahir Gamietea, alumna, amiga y compañera. Nos reunimos porque no queremos que su pérdida sea sólo un día más de luto. El miércoles 30 de abril, mientras la institución estaba cerrada, quienes hoy les hablamos, lloramos, sufrimos, nos desplomamos, nos quedamos vacíos. Perdimos a una persona increíble, a una alumna ejemplar, a una amiga irreemplazable, a una compañera excelente.
Nahir siempre estuvo dispuesta a ayudar, a acompañar, a contener, sin importar las diferencias. Los que compartimos con ella los tres años del profesorado, no sólo perdemos a una amiga y compañera, sino que también perdemos a esa profe particular que nos hacía más liviano el estudio, que nos explicaba historia como si fuera un chisme para que nos acordemos siempre y para que perdamos el miedo de ir a rendir.
Sin embargo, a pesar del dolor que nos embarga, hay algo más que nos pesa, la ausencia de la institución. La de directivos que no estuvieron presentes y aquel que en nombre de muchos sí, sin reparo, nos apuró a ir a la sala de la tutoría porque tenía que irse. Mostrando que ante una pérdida lo más importante era hacer presencia, no acompañar y contener.
Algunos docentes que compartieron con Nahir durante estos últimos tres años no estuvieron presentes. No hubo un abrazo, ni un lo siento, ni una mínima muestra de apoyo, ni siquiera por formalidad.
Esto lo escribimos con el corazón apesadumbrado, con angustia, porque siempre se nos ha enseñado la importancia de estar para los alumnos, de mirar, de contener, de acompañar.
Nos han insistido en el rol fundamental que la empatía y el cuidado juegan en las instituciones educativas, pero cuando más lo necesitábamos la respuesta fue la ausencia.
Por ello, futuros docentes, les pedimos que miren más, que se involucren, que acompañen, que estén ahí, no sólo para sus alumnos, sino también para sus compañeros.
En un mundo que nos obliga a vivir preocupados y apurados es fundamental ser vulnerables, romper las normas, hacernos presentes en los momentos difíciles del otro. Nahir no pudo pedir ayuda, quizá porque como sociedad nos enseñan a ser fuertes, a no molestar, a no mostrar debilidad ni dolor.
Agradecemos profundamente a aquellos que sí estuvieron, a aquellos que nos enseñaron con su ejemplo lo que significa ser docente, el docente que todos deseamos ser, el docente que sabemos que Nahir hubiese sido.
En primer lugar, a Natalia Orduña, un ser humano excepcional, siempre dispuesta a ayudar, a comprometerse, a estar cerca. Ella estuvo con nosotros desde el primer momento brindándonos todo su apoyo. Nos abrazó mientras despedíamos a Nahir y se ocupó de todo aquello que nos afectaba, dándonos su tiempo, su escucha, su presencia. No hay palabras suficientes para agradecer todo lo que hizo por nosotros.
También a Emmanuel Martínez, quien sin que se lo pidiésemos nos ofreció su apoyo como persona, no sólo como docente, nos llevó, nos acompañó, nos contuvo, incluso mientras él mismo transitaba la pérdida de su alumna.
Agradecemos profundamente cada espacio que nos brindaron, tanto los públicos como los que quedarán en la intimidad. Queremos destacar con mucho respeto y cariño a aquellos docentes que se hicieron presentes de manera genuina y humana en este momento difícil.
Ellos, más allá de su rol académico, demostraron que ser docente no se trata de enseñar contenido, sino de estar al lado del estudiante cuando más lo necesita. De ofrecer un abrazo y acompañar el dolor desde la empatía y el corazón.
Cuando nos disponíamos a pensar en una forma de conmemorar a Nahir, pedimos 15 minutos de un espacio para contar quién fue para nosotros, pero por parte del regente obtuvimos una negativa, porque al parecer, para honrar la vida de Nahir, primero debe pensarlo, debatirlo y analizarlo el equipo directivo. Queremos remarcarles que no existe una comunidad educativa en la ausencia, en el silencio, en las sombras. Se tienen ustedes, sus compañeros.
Algunos pasamos más horas acá que en nuestras casas. Mirémonos, acompañémonos, seamos juntos, escuchémonos desde el respeto, la empatía, el cariño, con ganas de entender, de contener, no de juzgar.
Pidan ayuda si sienten que no pueden solos. Hablen, griten, lloren, rompan todo si hace falta, pero no se callen, por favor. Nahir no pudo.
Hoy la lloramos, la extrañamos, pero queremos que sepan que tercero de Geografía está a disposición de quien necesite compañía. Un abrazo, un mate, un mimo, un oído.
Sabemos lo que es estar solo en el dolor de una pérdida. Por eso pedimos empatía y respeto. De Nahir podemos decir tantas cosas hermosas, tantas virtudes, tantos valores, tanto arte, tanta luz.
Todo lo que ella nos enseñó, lo que nos mostró, lo que nos brindó. Pero queremos destacar tres cosas: bondad, solidaridad y empatía. Ese fue su legado, su enseñanza. No ser ajenos al dolor que otro transita. Para conmemorarla y honrarla en acto de duelo les pedimos que nos acompañen familiares, amigos, compañeros, docentes.
Les pedimos por favor que acompañen, que escuchen, que sean solidarios con el que está al lado. No importa el cargo ni la distinción entre familiares, amigos o lo que sea. Simplemente hacerse presente, ser parte del dolor, poder abrazar, escuchar, poder contener".
Los presentes marcharon por calle Balcarce en dirección al mural inaugurado como símbolo de visibilización y de lucha ante la problemática de Salud Mental.
En honor a las víctimas de suicidio, los autoconvocados encendieron velas, pegaron imágenes alusivas y aplaudieron todo el transcurso, en silencio, dándole lugar a la palabra de las personas más cercanas a la joven.
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