Saint Amant II: La cuarta jornada de audiencias dejó más testimonios del horror de la Dictadura
Este jueves se cumplió una nueva fecha de la instancia local del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en la región. Hubo testimonios sobre los secuestros de los sampedrinos Velazco , Díaz y Brambilla, y de desaparecidos de Baradero.
La cuarta jornada de audiencias de la megacusa Saint Amant II, que juzga los delitos cometidos por la Dictadura en San Pedro y la región, tuvo lugar este jueves en el Salón Dorado de la Municipalidad, con importante presencia de público dentro y fuera del recinto.
Pasaron por el estrado testigos y víctimas de secuestros, torturas y desapariciones cometidas bajo la órbita del Coronel Manuel Fernando Saint Amant, principal acusado junto a otros -varios presentes en la audiencia-, de esos delitos.
El hermano del desaparecido de Baradero Ángel Di Pasqua habló de ese caso, el de los hermanos Hoffer, de Ana Ines Cárdena y Carlos Alberto Rojas, todos de la vecina ciudad. Su testimonio fue estremecedor.
Relató que alrededor de tres años después de la detención llegó "un señor" a su casa, "tocó timbre, de apellido González" y recordó: "Me traía en un paquete de cigarrillos una carta de mi hermano. Era como despidiéndose porque al otro día lo fusilaban. era para mi mamá pero me la dieron a mí. El cuerpo no apareció".
"No recuerdo la fecha de la carta, lo conocí por la letra. Nos nombraba a todos, uno por uno. Se despidió de mi hermana y de su futuro hijo. Eran muchos detalles para que la haya escrito alguien que no nos conocía", aseguró.
Un párrafo de la carta, que llegó en el dorso de una marquilla de cigarrillo, decía: "21.00 martes 11 de mayo. Mami: te imagino preocupada, mejor dicho desesperada. Esta carta te la escribo tratando de aliviarte y sabiendo de que voy a morir antes del viernes".
Luego prosiguieron los testimonios relacionados con el secuestro de Juan Manuel "Gina" Díaz y de Alfredo Velasco. Declararon su esposa Ada Brambilla, hermana de Naico, también secuestrado por esos días; Néstor Raúl Drago, de cuya casa se llevaron a Díaz; el propio Velasco y su esposa.
"A él lo llevaron un día anterior que a mi hermano, 25 de julio como a las 23.00; y al otro día lo llevaron a mi hermano", relató Ada Brambilla y agregó: "Nos contaron que lo habían llevado desnudo, porque estaba por acostarse".
"El señor Drago, que estaba con él, me contó cómo fue", agregó y precisó: "Fueron como tres vehículos, un Torino, un Falcon y creo que un Peugeot, sin patente, por supuesto. No estaban uniformados, estaban de civil con campeas de cuero, una gorra".
"Al día siguiente detienen a mi hermano, yo estaba presente", contó. "Yo justo me iba a costar cuando escucho la frenada de un coche, entraron y preguntaron por Orlando Brambilla y lo cargaron en un auto. Si yo veo la cara de la persona que se lo llevó lo reconozco", aseguró.
Relató además que durante tres días seguidos, junto a su familia, fueron a la Comisaría en busca de respuestas. "Nunca nos dijeron nada, al contrario. Nos pedían que nos fuéramos. Era un trato frío. Como que querían rápido que saliéramos de ese lugar".
"Estaban en un lugar donde escuchaban las campanas. Siempre estuvieron con las manos atadas, los ojos vendados. Mi marido fue muy torturado estaba muy quemado, y algo en la vista le habían hecho", dijo sobre los días de "Gina" Díaz, ya fallecido, durante la detención ilegal.
Cuando el Fiscal le preguntó por el imputado sampedrino Daniel Fernando Quintana, expolicía, la mujer no dudó: "Lo conozco, sí. Era soplón de los militares y de la policía. Sí, trabajaba en la Policía; creo que acá en San Pedro".
"Mi marido tuvo un altercado en Independencia, en la cancha; se pelearon, se dieron unas cuantas trompadas, y cuando terminaron él (Quintana) le dijo 'algún día me las vas a pagar y bueno'", relató Brambilla, quien no pudo reconocer a nadie de los que participaron en el secuestro de su hermano.
Néstor Drago, amigo de Díaz, relató que "Gina" era "un familiar" más en su casa. De allí se lo llevaron. El testigo no estaba. Lo que sabe de ese momento se lo contó Petronila Alves, una mujer que cuidaba a su tía, que habitaba esa vivienda.
"A ellas, a una la encerraron en la pieza y a otra debajo de la cama; no vieron nada", recordó y agregó: "Las encerraron y después las sacaron. "Era tanto el susto que no dijeron quien se los llevó. No sé en que llegaron, ni ella sabe en qué vinieron".
Relató que lo volvió a ver tras "cuatro o cinco días" y detalló: "Le pregunte qué había pasado. Me dijo que lo habían llevado, que no sabia dónde. Me dijo que lo habían atacado. 'Me pegaron', dijo, pero no más que eso. Nunca supe porque se lo llevaron".
Juana Petrona Abatangello, esposa de Alfredo Velazco, contó que cuando se llevaron a su marido él "era afiliado al Partido Comunista" y "Secretario Adjunto" del sindicato de papeleros. Empleado de Celulosa Jujuy, estaba de huelga por reclamo salarial.
"Mi marido fue secuestrado de mi casa. Yo tengo tres hijos, que eran de corta edad, y estaba engripado, estaba acostado; eran las 22.45, 23.00. Sentimos que golpearon las puertas fuerte como si golpearan con armas", relató.
"Pregunté quién era y me dijo 'la Policía'; prendí la luz y me pidieron que la apague. Cuando abro veo un señor corpulento, de gamulán, me puso un arma corta acá como haciéndome retroceder y me preguntó por Alfredo Velazco. Le dije que era mi marido y que estaba enfermo. Fueron a al habitación de él. Sé que eran tres o cuatro. Se dispersaron por la casa. Uno de ellos tenia labio leporino. Me dijeron que entre a la pieza de los chicos y que no salga", recordó.
"Sentí que lo golpearon", contó y se preguntó: ¿Qué buscaban? No iba a encontrar nada porque no había nada". Prosiguió: "Nos tuvieron un rato ahí y lo llevaron. Después de un ratito me atreví a salir de la pieza y sentí que estábamos encerrados. Me habían encerrado con llave y dejaron el llavero en la vereda".
La mujer salió por atrás y en la calle se encontró con la esposa de Ricardo Montalvo, otro de los secuestrados, también afiliado comunista, aunque no empelado papelero. "Nos fuimos a la casa del Intendente (Donatti) a esa hora, y no nos atendió. Salio un señor y nos dijo que no nos podía atender", contó.
"Seguimos peregrinando. Fuimos a San Nicolás, a División del Interior, preguntando por ellos, pero nunca nos supieron decir dónde estaban. Para eso, en Celulolsa Jujuy, como quien dice, la Comisión había renunciado toda, habían limpiado la Comisión que estaba", relató y agregó: "Apareció al quinto día sin saber dónde estuvo. Cree que estuvo en San Nicolás".
"A algunos los trataron mejor que a otros, estuvieron vendados, con las manos atadas con alambre atrás. Sí, los habían torturado. Al que más fue a Gina Díaz", recordó la esposa de Velazco y continuó: "Cuando él llego acá me pregunto qué habían hecho con Celulosa. Como todos habían renunciado, él también renunció. Renunció voluntariamente".
"Lo único que hizo mi marido fue estar afiliado y tener ideas, hacer algo por sus compañeros de trabajo, y me siento orgullosa de eso", sostuvo la mujer. Luego, su esposo relató su secuestro y su padecimiento como detenido ilegal de la Dictadura.
Lectura de la carta de Ángel Di Pasqua: