SADIV no consigue renegociar el contrato de su Centro de Día
El escándalo conocido hace algunas semanas a partir de una publicación de La Opinión persiste. Las negociaciones entre el propietario del predio en el que funciona el Centro de Día de Sadiv y la institución están paralizadas y de no surgir un acercamiento que desande el camino de las acusaciones oídas hasta el momento, el conflicto podría agravarse.
Cuando dos tienen parte de la razón y no pueden encontrar el punto de equilibrio que los acerque, un tercero debe intervenir. Algo así podría suceder en el peor y más probable de los finales para la relación entre SADIV y el Sr. Claudio Rodríguez, propietario del predio donde funciona el Centro de Día de la institución.
Hace algunos días La Opinión publicó que la entidad se encontraba al borde del desalojo por una deuda originada en el desacuerdo sobre un nuevo contrato para el lugar. La quinta ubicada en la cresta de las barrancas es el centro de la disputa y SADIV que alquila allí desde hace años pretendía pagar menos por ese arrendamiento al haberse recortado parte del terreno por el pase del nuevo bulevar. En la exposición pública del conflicto surgieron cruces verbales muy fuertes que se trasladaron luego a conversaciones telefónicas particulares que en algunos casos concluyeron abruptamente con alguna de las partes cortando.
Ni los abogados buscando la conciliación y entendiendo que hasta el propio Rodríguez es una persona relacionada con la labor solidaria a favor de quienes necesitan asistencia médica especial, consiguieron mediar.
Sadiv pide una prórroga pagando lo mismo o menos por tener un terreno más pequeño y Rodríguez reclama lo adeudado tal como se firmó y propone un nuevo contrato con valores ajustados. Para quitarle presión a la negociación, desde SADIV evitaron brindar información sobre la marcha de las negociaciones pero trascendió que la nueva propuesta enviada a través de un martillero es por 2 mil pesos mensuales y además al final de un eventual nuevo contrato todo lo clavado o instalado en el edificio pasa a ser del propietario. Esto le suma mayores posibilidades de ruptura a la relación entre las partes ya que SADIV instaló en ese lugar calefactores, muebles fijos y hasta barrales en los sanitarios que tienen por objetivo facilitar el desenvolvimiento de los discapacitados. En caso de que no se llegue a un acuerdo en las próximas semanas, SADIV no descarta recurrir a la Justicia para pedirle intervención con algún recurso especial que ampare a la institución hasta tanto puedan mudarse definitivamente.
Palabras cruzadas
Desde SADIV dicen que el propietario del terreno utilizó a la entidad para especular el máximo tiempo posible resistiendo a la obra que cruza detrás de la casa. Rodríguez dice que SADIV autorizó, en su ausencia, la rotura de elementos valiosos que debieron retirarse con más cuidado. El propietario del lugar fue más allá y señaló que: “se ponen la piel de cordero y se ponen en el papel de mártires y a mi no necesitan apretarme a través de la prensa”, “lo que tienen que hacer es pagarme”, sentenció Rodríguez.