Ruidos molestos: llamaron para denunciar una fiesta y les dijeron que no había personal para hacer cumplir la ordenanza
Sucedió esta madrugada en la zona de Villa Jardín. Ante el volumen alto de la música de una fiesta en una quinta, los vecinos llamaron al 437607, el número que dispuso el gobierno para denunciar esas situaciones, pero les dijeron que no podían ir a medir decibeles porque no tenían inspectores y que sólo trabajan de noche los viernes y sábados.
La nueva ordenanza sobre ruidos molestos, celebrada por vecinos que sufrían las fiestas clandestinas y no tenían dónde recurrir para evitarlo, tuvo sus primeras multas pero también mostró sus dificultades: por lo visto, el gobierno sólo va a hacerla cumplir los días viernes y sábado, porque el resto de la semana no tiene personal para ello.
Eso sucedió esta madrugada en Villa Jardín, cuyos vecinos fueron promotores de la sanción de esta norma. Alrededor de la 1.00, hartos de la música a todo volumen que provenía de una fiesta que se desarrollaba en una quinta, decidieron llamar al 437607, el número que dispuso el gobierno para denunciar esas situaciones.
El número es del Centro de Monitoreo de las cámaras de videovigilancia públicas, qeue funciona las 24 horas con personal que trabaja en esa dependencia. Sin embargo, no había inspectores que, a esa hora, pudieran ir a medir los decibeles del evento en cuestión.
La fiesta era en el mojón 106. Los vecinos llamaron al número para denuncias de ruidos molestos y quien los atendió del otro lado de la línea les dijo que iban a dar aviso a la policía, pero que el personal de la Dirección de Seguridad, Tránsito y Nocturnidad dedicado a hacer cumplir la ordenanza sólo trabaja viernes y sábado.
Era domingo. Los vecinos querían dormir porque al otro día había que levantarse a trabajar. Escucharon que un móvil policial se acercó al lugar. "No pueden hacer nada, sólo pueden constatar lo que está pasando y labrar un acta, pero no pueden parar la fiesta, cortar la música ni ingresar al lugar", contaron habitantes de Villa Jardín a La Opinión.
Llamaron varias veces para quejarse por la situación. En cada oportunidad, le informaron lo mismo: que iban a dar aviso a la policía pero que no tenían personal para medir. Hasta aseguran haber hablado con el secretario de Seguridad, Eduardo Roleri: "Nos confirmó que era así", dijeron.
"Anoche no se durmió, nadie solucionó nada. Y seguimos igual que antes", se quejaron los vecinos de la zona. Para que haya cumplimiento efectivo de la ordenanza, el gobierno debe disponer horas extras para el personal de Inspección.
La ordenanza sancionada "regula las acciones municipales para la protección del medio ambiente y calidad de vida de los vecinos en relación a las perturbaciones sonoras producidas por ruidos molestos y vibraciones" y aplica "en el desarrollo de actividades de esparcimiento cuyo ejercicio o uso emita ruidos y vibraciones desde una propiedad".
Los concejales establecieron en 60 decibeles (db) el máximo nivel permitido "en el entorno o lugar donde se efectúe la medición", que debe tomarse con "dispositivo calibrado para tal fin" y "homologado por INTI". Los decibeles permitidos en las viviendas son un 30 por ciento menos de los 85 db como máximo que se permite en boliches, conciertos, bailes o en la emisión de música en los automóviles en circulación o detenidos en la vía pública.
Cuando los inspectores constaten la infracción, las actuaciones serán remitidas al Juzgado de Faltas, que será el que imponga las sanciones al titular propietario. En caso de alquiler, comodato o cualquier otra relación contractual que pueda comprobarse, el locatario será pasible de sanción, aunque el dueño será "solidariamente responsable".
Las infracciones serán penadas, en su primera constatación con una multa de uno a tres sueldos municipales de la categoría más baja, es decir entre 10.000 y 30.000 pesos. La reicidencia implicará una sanción del doble de la multa aplicada anteriormente