Robo y persecución en plena tarde
Dos sujetos desconocidos que habían robado diferentes elementos de una obra en construcción ubicada en el centro de la ciudad, lograron escapar a pesar de la intensa búsqueda policial. La primera persecución se produjo en el ex supermercado San Cayetano. Luego sucedió lo mismo en un barrio pero los resultados fueron negativos.
Durante gran parte de la tarde del lunes, la zona comprendida entre las calles Ituzaingó, Güemes, Miguel Porta y Balcarce se vio invadida de patrulleros y policías. Perseguían a dos sujetos que minutos antes habían protagonizado un ilícito donde hasta hace unos meses atrás funcionó el pub Vendetta, y actualmente se emplaza una obra en construcción.
Los delincuentes sorprendieron a quienes estaban trabajando en el lugar y se llevaron una amoladora, un alargue y varias herramientas de mano, dándose rápidamente a la fuga. Los obreros pudieron advertir la huida de estos sujetos y el modo en el que ingresaban rápidamente a las instalaciones del ex supermercado San Cayetano. Rápidamente se dio aviso a la policía mientras los propios trabajadores intentaban visualizar a los ladrones en el interior del edificio.
La manzana fue rodeada de inmediato y varios policías recorrieron su interior y los techos vecinos pero fue imposible ubicarlos estimándose que los sujetos habían logrado escapar.
No obstante, la búsqueda no culminó allí ya que una hora después se produjo otra persecución en Balcarce y Ansaloni. Allí se había advertido la presencia de algunos sujetos que reunían las mismas características que los del robo anterior. Es más, al llegar el personal policial al lugar se los pudo divisar y hasta llegaron a insultarlos e ironizar mientras intentaban detenerlos. Rápidamente huyeron sin dejar rastros pero la policía rastrilló la manzana, caminó por los mismos techos por donde habían estado pero no pudieron encontrar absolutamente nada, ni las herramientas, ni a los ladrones.
“Un aguantadero”
Así denominaron los vecinos al ex supermercado San Cayetano. Según indicaron, las instalaciones son utilizadas por delincuentes o linyeras para hacer de las suyas. Habitualmente en su interior se esconden cuando huyen de alguien y como se lo conocen de memoria esperan que pase el tiempo y se van. Muchas veces no provienen de hechos que se produzcan en el barrio pero allí depositan los elementos que roban en otros lugares y en horas de la noche se los llevan. “Es muy común ver salir a varios jóvenes desde su interior como si fuera su casa”, agregaron.
Actualmente, el edificio ha alcanzado su punto máximo de abandono luego del cierre. Cuenta con sus vidrios totalmente destruidos, las puertas forzadas y con varias chapas del techo menos.