Robo de cables y reventa de cobre: las chatarrerías, en la mira de la Justicia
La Policía Federal allanó un comercio de nuestra ciudad y se llevó una cantidad inusitada de metal. Sucedió justo en el momento donde los robos de ese tipo de materiales recrudecen en la ciudad y generan cifras millonarias como parte de su recaudación.
No había que pensarlo varias veces ni ser demasiado entendido en la materia para intentar establecer adónde iba a parar el metal que se roba en la ciudad.
Ahora, la secuencia de denuncias que distintas empresas efectuaron tras sufrir varios robos hizo que la Justicia actuara y que la investigación de la Policía Federal apuntara a quienes se dedican a este tipo de transacción: las chatarrerías.
El secuestro de más de 7 toneladas de cobre que se encontraba en poder de un reconocido chatarrero de la ciudad desnudó un negocio ilegal que se practica hace mucho tiempo pero que no todos se atrevían a poner en escena.
Detrás de este negocio hay cifras millonarias que quizás expliquen el porqué del aumento que han tenido este tipo de ilícitos en el último año.
Si bien en esta oportunidad la Justicia buscaba los cables que robaron a las empresas como Telecom o Movistar, por ejemplo, en San Pedro se vienen originando diversos hechos delictivos con la sustracción de metales como objetivo.
Primero fue el cableado de las bombas de agua que alimentan a distintos barrios de la ciudad, luego sucedió con el tendido eléctrico de las canchas de fútbol de distintos clubes, más tarde pasó con el sistema que alimenta el servicio eléctrico del barrio La Tosquera, las placas del Cementerio y ahora es el turno de la rejas y alcantarillas, donde grupos organizados salen de noche y con un carro arremeten con todo lo que encuentran a su paso.
Alguien los compra, y los investigadores saben que todo va a parar a un solo punto y por eso vinieron directo al lugar indicado tras una investigación que permitió establecer sospechas firmes.
No es la primera vez que los chatarreros quedan en el ojo de la tormenta ya que en su momento sucedió con la fibra óptica que distintas empresas comenzaban a colocar hace unos diez años atrás bajo tierra. Ya había sucedido anteriormente cuando se robaban los viejos tendidos del ferrocarril u otros similares que iban quedando obsoletos.
También están los reducidores, los que hacen el “trabajo fino”, los que salen de noche a robar cables para luego quemarlos y quedarse con el tesoro más preciado, el cobre, y dejan a barrios enteros sin luz, a cientos de chicos sin poder ir a los clubes o destruyen bóvedas jugando con el sentimiento de los damnificados.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión