Río Tala: Otra familia abandona su casa por la inseguridad
Avasallados por el hecho que les tocó vivir una familia de viveristas decidió mudarse a la ciudad. Es el tercer caso que se conoce durante lo que va del año. El único sospechoso que estaba detenido recobró su libertad.
La inseguridad volvió a ganar y una familia que fue víctima de un violento asalto decidió dejar la propiedad en la que habitaron y trabajaron toda una vida para trasladarse a la ciudad. Los González no puede olvidar el terrible momento vivido en su propio hogar al punto de dejar todo para buscar seguridad en otro lugar.
La situación es preocupante porque la comunidad observa impotente como la impunidad con que se manejan los grupos delictivos gana frente a una sociedad cansada de resignarse a vivir en las condiciones que la inseguridad genera bajo el temor de las represalias.
Este es el tercer caso que toma repercusión pública en menos de cinco meses. Anteriormente lo habían hecho las familias Parra y Rodríguez, quienes soportaron el desarraigo que implica dejar su condición y calidad de vida.
El hecho del que fue víctima la familia González, se produjo el lunes 28 de septiembre en un vivero ubicado sobre el kilómetro 159 de la Ruta 9. Un grupo de personas armadas y encapuchadas los asaltaron y los tuvieron a maltraer durante varios minutos. El ilícito se produjo cerca de las 19 horas, cuando los dueños de casa habían quedado solos. Los malvivientes sorprendieron al matrimonio en el interior de la casa. Una persona armada, con chaleco de policía, gorra y borcegos, irrumpió en la propiedad violentamente. Hubo insultos y amenazas de todo tipo, mientras golpeaba con rudeza al indefenso productor. Después de revolver todos los rincones de la casa, los delincuentes huyeron con rumbo desconocido, lográndo llevar dinero en efectivo, una notebook, una cámara digital, alhajas y elementos de menor valor.
Cuando los hijos regresaron a su hogar encontraron a sus padres en estado de shock y tirados en el piso de una de las habitaciones. La mujer aterrada y el hombre con su cabeza y rostro golpeado.
Sospechoso libre
Al día siguiente de producido el hecho se registraron una serie de allanamientos para dar con los protagonistas del ilícito. Así lograron aprehender a una persona que por los elementos que tenía en su poder se transformaba en sospechosa. Precintos negros y un par de guantes blancos con pintitas azules, entre otros elementos encontrados, eran parte de las coincidencias halladas con los dichos de las víctimas.
Así y todo, tras escuchar al acusado, el juez de garantías de turno decidió liberarlo. El aprehendido dijo que todas esas cosas las habían encontrado y con eso le alcanzó para convencer al funcionario para que lo liberara.
También se supo que desde la policía y fiscalía interviniente solicitaron varios allanamientos más pero nunca fueron autorizados.