Ricardo Balbín
Don Ricardo Balbín no fue presidente de la República ni escribió un libro. Pero fue un hombre público cuyas ideas —expresadas en centenares de foros y tribunas— son claves de una reflexión permanente sobre la defensa del sistema democrático, la oposición a la violencia y la unidad de los argentinos.
A cien años de su nacimiento y en momentos que surgen atisbos de desechar el pensamiento opositor, es procedente recordar a Balbín.
Cabe decir que el Doctor Ricardo Balbín fue suspendido en sus funciones de representante del pueblo por la Cámara de Diputados y encarcelado en el penal de Olmos durante casi un año, por catorce procesos promovidos en procura de sanción a discursos que pronunciara como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en 1950.
Fue un formidable luchador, un predicador de la democracia y la libertad.En la década del 70’, Balbín se aproximó al presidente Perón en beneficio de la unidad nacional. Expresó a la revista “Somos” del 24 de Octubre de 1980: “Se está especulando suciamente con la cooperación mía con Perón. Había que dar ejemplos y amigar al pueblo, y nada más que por eso fui a hablar a Perón. Entre él y yo no hubo ninguna alianza, pero el pueblo se dio la mano. Y para hacerlo tuve que dejar de lado muchos dolores míos. Yo lo combatí. No participé de sus modos políticos. Causamos profundas separaciones en el pueblo. Pero dejé mucho de lo mío, y tal vez haya dejado algo de lo de él, para poder conversar. Esa conversación, lo sigo creyendo, fue una de las buenas cosas que ocurrieron en la Argentina”.
La muerte del presidente Juan D. Perón frustró los esfuerzos por apaciguar los espíritus, por deponer los odios y por iniciar un diálogo civilizado.
La República vivía momentos cruciales de su historia. Isabel Martínez de Perón no estuvo a la altura de las circunstancias. La tentación totalitaria de algunos nuevos poderosos que llegaron al gobierno con ella frustraron la incipiente democracia.
La economía fue de mal en peor, la violencia llegó a límites inusitados. La desesperanza y la angustia se apoderaron de los ciudadanos que pensábamos que el mañana sería aún peor.
Por la cadena nacional de radio y televisión, el 16 de marzo de 1976, Ricardo Balbín, en soledad, defendió la unidad de los argentinos como único medio de superar el naufragio de la República.
Dijo: “Algunos suponen que yo he venido a dar soluciones, y no las tengo. Pero las hay. Es ésta: la unión de los argentinos para el esfuerzo común de todos”.
Se preguntaba: “¿Por qué los argentinos vamos a hacer tantas cosas mal? ¿Por qué el gobierno no llega a su profunda reflexión, para que no se comprometa, para que mantenga ese prestigio necesario al país y al prestigio de la República? ¿Por qué somos tan torpes que no encontramos nosotros, los hombres de la civilidad, los caminos profundos del quehacer y del realizar? Puedo afirmar, porque conozco en verdad y en profundidad el pensamiento de muchos hombres de la política argentina, que la decisión de diálogo está abierta en todas las direcciones”.
Concluyó: “Desde aquí invoco al conjunto nacional. Para que en horas nomás exhibamos a la República un programa, una decisión, un norte. Pero que se deponga la soberbia. Cuando se tratan estas cosas, lo digo desde arriba para abajo, no hay que andar con látigos, hay que andar con sentidos morales de la vida”.
MO.DE.SO. San Pedro.