Remar contra la corriente
La escuela de Canotaje para niños y adolescentes del barrio Las Canaletas cumple un año de vida. Están segundos en el ranking de la Federación Provincial de Canotaje y Kayaks. Son cuarenta palistas y una comisión de padres que realizan todo a pulmón y sin apoyos oficiales ni de privados.
El canotaje en el barrio Las Canaletas cumple su primer aniversario. En un año de existencia, los protagonistas atesoran muchas experiencias vividas que cambiaron el rumbo de los destinos de más de cuarenta niños y adolescentes de los barrios más humildes de la ciudad. Los chicos de los barrios periféricos tienen en el canotaje una oportunidad de vida sana: “El deporte los saca de las adicciones y de la esquina”, explicó Tito Velo, el profesor de esta escuela que funciona en la cooperativa.
Esta actividad deportiva surgió como iniciativa del profesor junto al vecino de Las Canaletas Juan José D’estefano —histórico habitante del lugar que prepara un Centro Cultural en un vejo astillero de la zona— quien le propuso a Tito Velo ser el encargado del emprendimiento y éste aceptó de inmediato; aunque no sin dudarlo, por la responsabilidad que implicaba. El profesor Tito no cobra por su trabajo y ante este semanario expresó una admirable pasión por su tarea y por el deporte de los botes.
Cuando comenzaron contaban apenas con cinco kayaks y cuatro palas. En muy poco tiempo, treinta chicos se habían sumado a la actividad. “Muchos pibes se quedaban mirando esperando para dar una vueltita”, relató el entrenador.
Regatas en familia
La Opinión visitó unos de los entrenamientos en la zona de la Cooperativa Las Canaletas. Hacía mucho frío. Sin embargo, los deportistas estaban presentes. Querían salir a remar a pesar del frío, pero los adultos no pudieron decirles que sí. La ausencia de baños con duchas calientes para aclimatarse tras el entrenamiento se los impidió. “Los baños son un desastre”, relató “la Tía Sandra”, mamá de unos de los niños que practica en el lugar y “Tía del corazón” de todos los chicos de canotaje.
Al otro día salió el sol y calentó el río para el entrenamiento. La comisión de padres y madres esperó a los palistas con café, leche caliente y ropa seca para que los niños se cambien y no se enfermen.
Los padres viajan a todas las regatas junto a sus hijos. Se realizan una vez al mes y la escuela de canotaje de Las Canaletas asiste a todas. En cada una de ellas, las familias hacen un gran campamento, una convivencia que construye vínculos afectivos profundos.
Para viajar y competir se necesitan recursos financieros. La comisión de padres y madres —de trabajo organizado y comprometido— organizan rifas, venden pollos, etc. Con lo recaudado y algunas donaciones pudieron comprar más botes, que hoy llegan a trece. El trailer para llevar los kayaks lo construyeron entre todos de manera casera. Para juntar fondos decidieron que aquellas familias que puedan abonen diez pesos por mes a la escuelita.
Logros obtenidos
En un año este grupo de competición tuvo muchos logros en las distintas regatas que asistieron a lo largo y lo ancho del territorio de la provincia de Buenos Aires. “Le ganamos al Náutico. No sabes lo envidiosos que estaban”, relató un alumno de la escuela de canotaje, que atesora medallas y mucho orgullo.
La última Maratón de Canotaje fue realizada en el club de Remo y Náutica Belén de Escobar. Este club es sede del circuito de regatas de la Federación Bonaerense de Canoas y Kayaks, entidad rectora del deporte de las palas en la provincia de Buenos Aires. Los chicos de Las Canaletas pueden participar porque están federados, lo que denota el nivel de los jóvenes. Esta maratón fue realizada el primer fin de semana de Junio y los sampedrinos ganaron la Copa por mayor cantidad de palistas, quedando segundos en puntaje por equipos con respecto al resto de los clubes.
Promesas incumplidas
En nuestra ciudad, el río brinda las mejores posibilidades para entrenar y llevar a cabo una competencia de este deporte. Sin embargo, las condiciones de infraestructura de la Cooperativa Las Canaletas no lo permiten. En este sentido, los protagonistas reclaman que las autoridades ayuden a acondicionar el lugar. La tarea desempeñada es muy importante, tanto en lo social como en lo deportivo. “Acá los chicos aprenden modales y a tratarse bien”, afirmó Velo. “A Barbieri le pedimos que en el Centro de Salud del barrio los chicos puedan realizarse estudios de salud completos y también un psicólogo, porque algunos tienen muchos problemas en la casa”, explicó el profesor. “La promesa no fue cumplida”, se lamentó.
A fin de año se realizará una regata de carácter latinoamericano en la ciudad de Tandil. El profesor Tito Velo informó que algunos de sus entrenados están en un alto nivel alto de competitividad y con aptitudes para participar en esta importante competencia.
Sin embargo, se necesita apoyo económico por parte de las autoridades o alguna empresa interesada, que hoy no poseen.
Con tantos logros, esfuerzos y perspectivas, la escuela de canotaje de los chicos del bajo necesita mucho y se merece más. Los políticos hasta ahora sólo brindaron promesas —en el mejor de los casos— e indiferencia.