Reiteran el pedido de informe por la guardería de botes clandestina del Paseo Público
El bloque Juntos vuelve a pedir explicaciones por la obra sin autorización cuya existencia reveló La Opinión a fines de febrero. El primer pedido de informe se aprobó por unanimidad en marzo. El Gobierno nunca respondió y la construcción siguió en marcha, a pesar de que el Concejo es quien debe aprobar la cesión de un espacio público a particulares.
A siete meses desde que La Opinión reveló la existencia de una obra en construcción en el Paseo Público, que resultó ser la disposición de un espacio para que un club de canotaje guarde sus botes, la oposición vuelve a elevar un pedido de informe puesto que el Gobierno nunca respondió el que el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad en marzo.
El bloque Juntos solicita al Ejecutivo que informe si hay proyecto de obra de construcción para esa zona, contigua a los baños en desuso del Paseo Público, y que envíe una copia tanto de los planos como del informe de impacto ambiental obligatorio para una obra de esas características.
Además de pedir quién es el profesional a cargo de la obra, solicitan que se informe “en forma detallada y precisa las causas por las que se han obviado los procedimientos legales correspondientes a la cesión de espacios públicos”.
Advierten que “la concesión de un espacio público a un particular sin el cumplimiento de las disposiciones legales vigentes implica un grave incumplimiento a las obligaciones de funcionario público” y que “la clandestinidad de la construcción, falta de control e inespección de las tareas” son pasibles de calificarse como “negligencia grave en el ejercidio de sus funciones”.
Cuando este medio reveló la situación, en a fines de febrero, el presidente de la asociación civil El Ribereño, Alberto “Tito” Velos, dijo que tenía permiso de la Municipalidad para utilizar el espacio como guardería de botes de su escuela de canotaje y autorización del Gobierno para construir la edificación con un subsidio del Estado nacional.
Incluso dijo ese día que habían presentado “todo en el Concejo Deliberante para que se trate cuando vuelvan del receso”, lo que no era cierto. Cuando aprobaron el pedido de informe en marzo, la concejala Paola Basso consideró “muy grave lo sucedido”.
En esos días, en charlas de pasillo en el Concejo, ediles del oficialismo dijeron informalmente que la problemática iba a ser solucionada porque entendían que no habría oposición por la importante tarea social del club El Ribereño.
Sin embargo, el Ejecutivo nunca respondió el pedido de informe ni elevaron al Concejo el proyecto de concesión de ese espacio. Tampoco hubo clausura alguna de la obra, que continuó sin mayores inconvenientes desde entonces.
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