Recuperación de la memoria de un pionero
Inauguraron la sala de recuperación histórica Eduardo Depietri, un espacio turístico y cultural que recrea la historia de la ex alcoholera La Estrella, el Puerto y los Ferrocarriles del visionario que inició la industria local. El Paseo de los Túneles se suma a los atractivos de la ciudad.
El pasado jueves cerca de las 20 horas quedó inaugurada la nueva Sala de Recuperación Histórica “Eduardo Depietri”. El acto se realizó en el nuevo acceso al puerto a no más de 50 metros de la calle San Martín.
La sala fue creada sobre los cimientos de una antigua chimenea en cuya base confluyen dos túneles que servían para ventilar los gases de la ex alcoholera “La Estrella”, que funcionó desde 1890 hasta mediados de 1920 y que luego fue adquirida por Ferrocarriles y elevadores Eduardo Depietri, estas dos empresas dieron lugar a los orígenes de la industria en la ciudad.
Esta iniciativa se suma a los tantos puntos turísticos que posee San Pedro y que pueden ser visitados y recorridos para quienes estén interesados en involucrarse con la historia de la localidad. Los sampedrinos tendrán la ventaja de no abonar la entrada de este “paseo de los túneles”, fue así como las autoridades decidieron llamar a este lugar que se descubrió mientras se trazaba el nuevo acceso al puerto.
Este nuevo atractivo está constituido por una habitación de 7 por 5 metros y en sus paredes se cuenta la historia del lugar, el paso de tres empresas fundamentales para el desarrollo de la ciudad, como lo fueron la Destilería “La Estrella”, Ferrocarriles Depietri y el Puerto de San Pedro. El relato se hace a través de fotos, textos, gráficos y reliquias encontradas en las excavaciones que realizó el Grupo de Conservacionistas de Fósiles.
También se podrá descender por una escalera de no más de 4 escalones, hasta la base de la chimenea donde se podrá observar la unión del los túneles por los que se comenzó a realizar la reconstrucción. Ambos tendrán una iluminación apta para apreciar la tradición del lugar, las paredes de ladrillo y las particularidades del techo.
De cada una de las empresas que funcionaron en ese sitio se pudieron conservar algunos elementos de la alcoholera, fragmentos de rieles, de vagonetas, de la cámara de combustión y varios ladrillos refractarios, que llegaron a soportar más de 1200 ºC por lo que varios se encuentran fundidos o deformados por las altas temperaturas. De los Ferrocarriles Depietri se resguardaron clavos ferroviarios y algunos tramos de los rieles principales.
Ferrocarriles y elevadores Depietri
Eduardo Depietri, uruguayo, era dueño de explotaciones forestales, astilleros, usinas eléctricas, talleres mecánicos y una empresa de salvamento de buques. A este humilde emprendedor se le ocurrió, en 1925, crear una red de ferrocarriles económicos que sirviera como auxiliar de las grandes redes. Claro está que esta idea de Depietri debía atravesar toda la provincia de Buenos Aires y empalmar con las demás líneas de sendero angosto.
La idea, que estaba basada en la ley provincial 2861 de 1904, proponía crear una con red con inicio en Necochea y con conexión con los puertos de San Pedro, San Nícolas, Pergamino Salto e Ingeniero de la Madrid, entre otros, para lograr ingresar a las principales dársenas de la provincia cortando camino respecto a las principales vías de acceso.
Ese mismo año comenzó a tener respuesta por parte de las autoridades que parecían aceptar el proyecto, pero tras este rumor de la futura creación también comenzaron los inconvenientes típicos: estas nuevas líneas iban a competir y complicar a ferrocarriles ya existentes. Un año después y pese a la negativa de algunos, en la Asamblea Pro Ferrocarriles Económicos se dio por aceptada la propuesta del uruguayo y en 1929 comenzaron con la construcción del primer tramo, Necochea- Dulce de la Red Sur y allí un nuevo inconveniente que suspendió los trabajos.
En 1932, y pese al disgusto sufrido un tiempo antes, comenzó a construirse la Red Norte que unía a San Pedro con Arrecifes. Los trabajos se terminaron dos años después y pese a que todo estaba listo el Ferrocarril Central Argentino se opuso a Depietri y le prohibieron la utilización de la línea. Al año siguiente el pleito se solucionó y los trenes comenzaron a funcionar con normalidad.
Finalmente el tramo de 64 kilometros que une San Pedro con Arrecifes fue el único que se creó pese a que se tenía pensado trazar cerca de 1500. En 1936 se trasportaba cereal entre una ciudad y la otra. Para llevar la carga desde el puerto hasta la estación, implementó un sistema de cables que acercaba los vagones hasta el río, los cargaba y los volvía a subir.
Sin duda Eduardo Depietri fue un gran emprendedor, porque cuando estalló la segunda guerra mundial y se le imposibilitaba conseguir carbón para sus locomotoras, inauguró la empresa Bricar SA, que fabricaba bloques sólidos de combustible a base de maíz. Durante este periodo el ferrocarril dejó de funcionar pero igual siguió pagando los sueldos de los empleados con regularidad.
En 1947, con la nacionalización del ferrocarril, el gobierno provincial le expropió a Depietri los elevadores de San Pedro para, de esta manera obligarlo a que entregue las líneas que se negaba a ceder. Dos años después y bajo un decreto provincial, el Estado expropia la línea y obliga a la inmediata reanudación del servicio.
Durante años Depetri luchó por conseguir nuevamente sus ferrocarriles pero el gobierno se lo negó y a cambio le ofreció una indemnización que rechazó. Ante la inactividad de esta línea la venta de cereal diminuyó un 50%.
En 1958 lo que fue el gran sueño de un gran emprendedor se transformó en ruinas. Los elevadores y ferrocarriles Depietri ya no tenían nada. Las locomotoras que no servían más quedaron en San Pedro, la casa fue abandonada, los vagones se oxidaron y el sistema telefónico fue destruido. En 1967 el gobierno le devolvió todo a la empresa, pero ya nada servia ni como chatarra.
Eduardo Depietri falleció 1970 cansado de luchar contra las grandes ferroviarias y el gobierno que año tras año se encargaron de ponerle palos en la rueda, a un visionario que sólo quería unir los distintos puertos de la provincia con el fin de acrecentar la venta del cereal. Cinco años después la empresa se disolvió quedando pendiente la indemnización por todo lo que lo se destruyó y por los bienes que le robaron a este emprendedor uruguayo.