Reclamo de Justicia por Javier Vega, el joven apuñalado en Krapson
Familiares y amigos marcharon por las calles de la ciudad para pedir que se haga justicia en el caso del joven de 22 años que fue atacado por otro de 19, identificado como Braian Alejo Navarro, dentro de ese boliche céntrico. Javier Vega permanece en terapia intensiva en “estado crítico”. El gobierno clausuró Krapson y aseguró que el cierre “será definitivo”. Los antecedentes de apuñalados en locales nocturnos obliga a revisar el cumplimiento de la legislación vigente.
El sábado, Javier Vega, de 22 años, salió como tantos otros fines de semana a bailar y disfrutar con amigos. Todavía no regresó a su casa. Desde el domingo a la madrugada permanece internado en terapia intensiva y en estado crítico en el Hospital, luego de que otro joven lo apuñalara adentro de un boliche.
La reconstrucción del hecho es confusa. Las imágenes de las cámaras de seguridad secuestradas del local bailable no registran el momento preciso del ataque, aunque sí el contexto en el que sucedió el incidente.
El hecho se produjo alrededor de las 5.00 de la mañana en el boliche denominado Krapson, ubicado en Pellegrini 840 y cuyo nombre es conocido por el resto de la comunidad que no suele asistir los fines de semana por haber sido clausurado una gran cantidad de veces, casi todas por presencia de menores de edad.
Los testimonios que obran en la causa aportaron cierta confusión. Como cada vez que sucede un hecho de estas características, no faltaron los que dijeron ver lo que no vieron, interesados en proteger a alguien.
Según el relato de algunos allegados a Javier Vega, él bailaba con una chica cuando apareció un joven que le reclamó que se trataba de su pareja. Ello habría provocado una discusión, que derivó en los incidentes en los que, en medio de la confusión, recibió el puntazo.
Con un arma blanca, cuyo ingreso al local está prohibido, el agresor hirió al joven. Sus amigos lo trasladaron al Hospital. En la Guardia, a metros de la familia Vega, que esperaba el primer parte, estuvo sentado el agresor, que llegó “supuestamente porque le habían robado a una chica”, que estaba golpeada y que sería la misma que conversaba con Javier cuando se produjo el incidente. “Estaba a metros nuestro y amenazó a un testigo”, contó la madre del joven herido.
El jefe del Servicio de Emergencias, José Herbas, informó a La Opinión que la víctima ingresó a la Guardia con una herida en el cuello con “compromiso vascular” que afectó la arteria carótida.
“Fue operado, se le practicó transfusión de sangre y ahora permanece internado en terapia intensiva, en estado crítico pero estable”, detalló el médico el domingo. La situación era la misma ayer, aunque había expectativas favorables respecto de su evolución.
La policía investiga el hecho, caratulado por Fiscalía como “homicidio en grado de tentativa”. El Juez libró la orden de detención correspondiente para el único imputado, identificado como Braian Alejo Navarro, de 19 años, quien permanecía prófugo de la Justicia, que lo buscaba intensamente. “Dicen que está escondido en la isla”, reveló un familiar de Vega.
Por su parte, el gobierno ordenó el lunes clausurar el local, cuya resolución de habilitación no aparece en los boletines oficiales. Personal de la Dirección de Seguridad, Tránsito y Nocturnidad procedió este lunes a colocar las fajas en el boliche ubicado en Pellegrini al 800, y según aseguraron fuentes del Ejecutivo, el cierre “será definitivo”, de acuerdo a la decisión que, como titular del Tribunal de Faltas, tomó el intendente.
Para ello, el gobierno se aferra a la letra de un artículo del Código de Faltas local que reza sobra la “perturbación o molestia al personal concurrente”. Se trata de la misma norma con la que fue clausurado de manera definitiva Nápole, el boliche de Mitre al 1100 donde fue asesinado el turista Pedro Caballero.
Las circunstancias en las que se produjo el ataque contra Javier Vega son similares a las del caso Caballero, por el que fue condenado a ocho años de prisión el joven Nazareno Monzón.
El ingreso de una persona con un arma blanca a un boliche es el primer dato coincidente. Quienes conocen la noche aseguran que, lamentablemente y a pesar del luctuoso antecedente, tarde o temprano podía volver a
ocurrir. Los controles no son exhaustivos y el personal, por lo general, no cumple con los requisitos de formación que impone la ley de admisión y permanencia.
Para San Pedro, un herido de arma blanca adentro de un boliche no es novedad. La triste historia cuenta los casos de Aldo Daniel Pereyra, asesinado por Gaby Mendoza, que tenía 12 años en ese momento, en el local Tierra Media; de Néstor González, que quedó en silla de ruedas tras ser apuñalado por Leonardo “Brea” Fernández en un baile del club Independencia; el de Pedro Caballero, asesinado en Nápole; y tantos otros ataques con elementos corto punzantes que muchas veces aparecen como “ocurridos en la puerta” o “en inmediaciones” de tal o cual boliche porque los mecanismos de protección están lo suficientemente aceitados para que los gritos de los familiares de los heridos acerca de que “todo sucedió adentro del local” no alcancen para que la seguridad en la noche mejore.
Un pibe como cualquier otro
Javier Vega tiene 22 años. “Mamu”, como lo llaman, trabajaba con un hermano en un taller de motos. “También arreglaba motos por su cuenta”, contaron sus allegados. Le gustaba salir y su actividad más importante era pasar tiempo con amigos. “Era vago, pero bien, de juntarse con los chicos y esas cosas”, agregaron. Como a casi todos los de su edad, le gustaba salir los fines de semana. El sábado, como siempre, lo hizo y eligió Krapson. La diversión se transformó en locura cuando apareció Braian Navarro y lo apuñaló.
Familiares y amigos pidieron, en las redes sociales, que recen por él y dejaron mensajes de aliento. Ayer marcharon desde la Comisaría hasta la Fiscalía para pedir justicia pero también “seguridad para los que van a los boliches”, como dijo su madre a La Opinión.