Reclaman 40 mil pesos a Monfasani por trabajos de pintura
El proveedor Martín Ariel Correa intimó por carta documento al Presidente del Concejo Deliberante porque le debe esa suma por trabajos que realiza desde marzo en el edificio de Pellegrini 180. Asegura que entregó facturas por 5 mil pesos pero que sólo le pagaban 3 mil y que firmaba recibos por ese monto. Monfasani desmiente lo que dice Correa y lo acusa de robar en el HCD. La ruta del dinero municipal para pagar proveedores tiene curvas peligrosas.
Mientras la Justicia investiga el desvío de fondos para la campaña del Intendente Guacone bajo el uso de facturas de monotributistas que excedieron en promedio diez veces su capacidad de facturación y con la confesión de uno de ellos de haber entregado boletas por trabajos que nunca se hicieron, surge en el Concejo Deliberante una polémica de similares características.
El monotributista Martín Ariel Correa envió una carta documento al Presidente del HCD Daniel Monfasani, a quien le reclama una importante suma de dinero en el marco de una contratación para refacción en el edificio de Pellegrini 180 cuyas tareas comenzaron en marzo y aún no fueron finalizadas.
Durante la campaña 2011 a Correa se lo vio trabajando para el entonces candidato a Intendente del Frente para la Victoria y hasta estuvo en sesiones del Concejo Deliberante, muy atento a todo lo que sucedía, desde el público. La semana del 10 de agosto acordó con Monfasani el trabajo de pintura sobre el que ahora reclama el pago.
La contratación fue directa y según el propio Correa, bajo un acuerdo de palabra por “entre 50 y 60 mil pesos” para todo el período que insumiera pintar por completo oficinas administrativas, despacho del Presidente y galerías, más la colocación de placas de yeso.
El monotributista asegura que le fue acreditada la suma de 20 mil pesos, “a pesar de haberle hecho entrega de nueve facturas por un total de $ 40.000, extendiéndome recibos unilateral, arbitraria y sospechosamente por una suma inferior a ello”.
Una facturación extraña
“Supuestamente íbamos a retirar 5 mil pesos por semana, ese era el trato, porque si yo terminaba el trabajo no me podían pagar todo junto”, explicó Correa a La Opinión. Según consta en el talonario de facturas al que tuvo acceso este semanario, ese monto era sólo por mano de obra. En ningún lugar figuran los materiales.
El pintor nunca estuvo registrado hasta ese momento, cuando gestionó el monotributo categoría C, con 36 mil pesos anuales máximo. La fecha de inicio de actividades es el 18 de marzo de 2003. Al otro día presentó la primera factura por 10.000 pesos, que fue anulada.
La segunda del talonario, primera habilitada, es por 5.000 pesos y tiene fecha del 20 de marzo. Es por “trabajo de pintura y albañilería en pasillos y galerías” del Concejo Deliberante.
Luego hay facturas por el mismo monto una sin fecha, otra el 04 de abril, otras el 22 y el 25 del mismo mes; la siguiente, el 30 de mayo; otra el 13 de junio; y dos de 2.500 pesos, también de junio.
“Los pagos eran así: un jueves yo hacía la factura y el viernes me pagaban”, contó Correa. Es que nunca hubo un contrato por el total de la obra, sino que cada factura era un trabajo específico. Ello permitía que los pagos no se realizara n por la Oficina de Compras, como habitualmente, sino por caja chica al y desde el HCD.
“Te doy 3 mil, después arreglamos”
“La factura yo la hacía por 5.000 y el viernes me daban 3.000. Cuando iba a cobrar me decía ‘bueno, tomá’, me daba 3.000. Yo le decía ‘pará, si te hice una factura por 5.000, me tenés que dar 5’. ‘No, no, no, tomá, te doy 3 después arreglamos’, me decía y nunca pasó, nunca la veía a esa plata”, relató Martín Correa.
Como el monotributista entregó las facturas, es decir que desde el punto de vista formal todo indicaría que si así lo hizo es porque le pagaron, La Opinión lo consultó respecto de si existía algún documento que diera cuenta de esa deuda que ahora reclama.
“Yo le firmaba un papelito, un recibo que él me hacía firmar como que me había dado 3.000 pesos”, señaló y agregó: “Yo hice muchas facturas, una por semana, después cada quince días, en un mes le hice como cinco y esa plata no la vi”.
Un diálogo de sordos
Correa sostiene que durante las últimas semanas intentó reclamar a Monfasani el pago por lo adeudado, sin éxito. Dijo que el jueves, antes de contarle a La Opinión el caso, hizo lo propio con el Presidente del Concejo Deliberante.
“Yo lo hablé con Daniel, pero es un tema, él me reclama algo que no tengo nada que ver, falta terminar el trabajo, cobrar la plata. En un caso yo le dije que le estaba haciendo facturas por 5 y me estaba dando mil, dos mil, tres mil, no me sirve; ¿y la otra plata?”, se preguntó.
“No me dice nada, es obvio que se la lleva al bolsillo, que la agarra para su gasto”, disparó y agregó: “No me dice nada, se me ríe en la cara y me dice ‘bueno la semana que viene’ y resulta que a la semana siguiente ya me está pidiendo otra factura y me quedaron dos mil guardados que ni idea y él me dice ‘no, pero haceme otra Correa, haceme otra’, y yo necesito cobrar, entonces le hago otra y me hace lo mismo. Le hago otra y en todas las tajadas de todas las facturas se está quedando con mil o dos mil pesos y para mí es mucha guita”.
Como se dijo, una de las cuestiones que se desprenden es que Correa bien podría haber cobrado y ahora reclama algo sólo por reclamar, acaso atacar políticamente o quién sabe por qué razones que pueda tener. “No, jamás me la dieron”, sostuvo.
“Yo le debo a la gente que trabaja conmigo, ando con una moto toda rota, que no la puedo arreglar. Que muestre los recibos”, dijo y agregó: “Ellos me hacían firmar unos recibos, yo ponía nombre y número de documento, le pedí copia y no me la dieron”.
El Municipio pagó
“Yo pregunté cómo era el tema, una mujer ahí adentro me dijo que yo llevo la factura, ellos la llevan a contaduría, al otro día venía la plata”. En efecto, en el Ejecutivo los 40.000 pesos por pintura y refacciones en el HCD figuran erogados en tiempo y forma, depositados en la cuenta destinada a compras directas.
Lo raro es que el contratista no fuera por sus propios medios a cobrar, como hace cualquier otro: es que los trabajos se pagaban con dinero de la caja chica, por eso los billetes iban primero a manos de Monfasani, para que éste le pague a Correa.
“Yo no recibo lo que realmente tengo que recibir, no sé dónde puedo reclamar. El sacaba toda la plata que era mía del bolsillo de la campera y me daba tres mil, yo le pedía ‘dame todo, Daniel, tengo que pagar a la gente, tengo familia, tengo hijos’, y no, ‘te doy tres’, y yo no soy de discutir porque es para lío, bueno la primera vez me dijo que en la semana me lo iba a dar y nunca me lo dio”, repitió Correa.
Denuncia y allanamiento
“No alcanzamos a hablar porque me dijo que había faltado un tele de ahí adentro, hay un montón de gente laburando ahí, a mí me preocupa los 30 mil pesos que me está debiendo y no un tele que vale mil mangos. Me pedía que devolviera un televisor, que dice que me vieron salir en un remisse. Yo le dije, vengo a laburar y me acusás de un robo, si me vieron por qué no hacen una denuncia”, contó Correa.
El viernes, el domicilio del monotributista fue allanado. Dos patrulleros llegaron a su casa. “Fue un allanamiento por el televisor, que resultó negativo, pasé un momento difícil”, relató.
La denuncia fue presentada por el Presidente del Concejo Deliberante. Allí también da cuentas de que Correa abandonó el trabajo y no llevo materiales que habría comprado con órdenes emanadas del HCD, razón por la que habría suspendido los pagos.
La Opinión intentó comunicarse ayer con Daniel Monfasani sin éxito, por lo que sólo se cuenta con parte de lo que dice su denuncia presentada para saber su versión sobre el asunto.
“Estoy desesperado, no tengo un peso, me deben plata y encima de regalo me cae un allanamiento”, dijo Correa, quien advirtió que el jueves podría ir a la sesión a reclamar. “Yo me confié, porque me hablaba bien, charlábamos, pero al final fue un abuso, esto es un robo”, concluyó.