Reapertura de bares y restaurantes: tras la primera mañana, crece la expectativa entre los gastronómicos
La Opinión recorrió este martes locales de la zona céntrica que reabrieron sus puertas tras la autorización gubernamental. En la mayoría recibieron a varios clientes habituales que antes del comienzo de la cuarentena solían concurrir a diario. Lista para registrar a quienes ingresan, mesas separadas, alcohol y barbijos, parte de las medidas implementadas según el protocolo vigente.
A las 6.00 de la mañana de este martes los bares y restaurantes de San Pedro pudieron reabrir sus puertas para recibir clientes tras cuatro meses sin actividad a raíz de las medidas implementadas por la pandemia de coronavirus COVID-19.
Fue una jornada de sentimientos encontrados para los emprendedores del sector. Por un lado, la alegría de volver a trabajar con clientes dentro del local, con la expectativa que ello genera tras más de 120 días cerrados; por el otro, la certeza de que remontar la situación va a ser complicado, sobre todo porque no son muchos, todavía, los que se animan a retomar la costumbre de desayunar, almorzar, merendar o cenar afuera.
Al ingresar a los bares y restaurantes, quien concurra se encontrará con una alfombra bañada en lavandina, una obligación que establece el protocolo. Cada persona que entra debe dejar registrado su nombre y apellido, número de DNI y teléfono. Tras sanitizar sus manos con alcohol, puede ocupar una mesa.
En todos los locales se respeta el distanciamiento entre mesas. En algunos casos dispusieron marcas en las que no se pueden ocupar y en otros directamente dejaron las que están habilitadas, lo que da una sensación de vacío mayor a la que se percibe en cada comercio sin clientes o con pocos.
La primera mañana fue de felicidad por reabrir y de tensión por la espera por los clientes, que no fueron muchos. En general, los titulares y responsables de bares y restaurantes que dialogaron con La Opinión se mostraron expectantes, con la esperanza de que a medida que pasen los días la gente se vuelque a esta "nueva normalidad" que ahora sí los incluye.
En Favela, ubicado en San Martín y Pellegrini, su titular, Francisco Vaca, contó que durante la mañana recibiern tres clientes. El acceso es por San Martín y la salida por Pellegrini. En las mesas que no se pueden utilizar hay una botella de vino que así lo señala. En las otras hay alcohol en gel y cartas descartables.
"Una vez que se sientan los comensales pueden sacarse el barbijo, si van al baño o se levantan de la mesa deben utilizar el barbijo. Al baño se puede ir de a dos personas máximo", explicó.
"Estos cuatro meses fueron duros, el delivery, el take away acá en San Pedro no es algo que tenga un fuerte sobre todo para locales como el nuestro. Lo importante es que llegamos al fin de la cuestión y hoy volvimos a abrir, esperamos que salga todo bien y podamos volver a trabajar", agregó.
A una cuadra, en Pellegrini y Las Heras, en Jagger habia cuatro mesas ocupadas, tres dentro del local y una en el patio. Este es uno de los sitios donde la distribución de las mesas al 50 por ciento más se nota, acaso por la estructura del propio sitio.
"Estamos muy contentos de volver tras estos cuatro meses cerrados, lo sufrimos mucho los gastronómicos", dijo Fernando Gordó, su titular. "Estamos tratando de llevar todo de la mejor manera para mantener los cuidados de la gente y de nuestro personal", agregó.
"Achicamos la mitad de las mesas, las sacamos del lugar para estar más cómodos. Por lo menos es algo. Esta mañana anduvo gente, ordenada y no amontonada, así que estamos contentos", señaló el responsable de este bar.
En Toscana, de Pellegrini y Obligado, aquellos que eran habitués regresaron a su rito del café antes de salir a trabajar. "Más distanciados en los horarios pero volvieron", dijo Federico Sabanés en el local. "Con todos los avatares que implican volver a abrir, pero estamos contentos", agregó.
Para el fin de semana, Toscana ya tiene mesas reservadas desde el viernes. "La gente está un poco reacia a salir, pero esperemos que, con todo el protocolo, salgan", señaló.
En el bar Butti, a las 11.30 de la mañana, había cuatro mesas ocupadas en el amplio salón de Mitre y la Peatonal. "La gente volvió, no toda la gente, pero volvió. Después de cuatro meses arrancó todo de nuevo, así que estamos felices", dijo Melisa, una de las chicas desde detrás de la barra.
"Vamos de a poco, con todos los protocolos, el alcohol en las mesas, el distanciamiento, las mesas que tienen servilletero no se pueden ocupar", explicó. En efecto, mesa de por medio hay un servilletero con la leyenda que indica que esa no se puede utilizar.
En La Perla, de Mitre al 900, Martina Garavaglia contó que la mañana de reapertura estuvo "muy tranquila" y que "la gente no es que salió como loca". En ese sentido, señaló: "Vinieron pocos, no es que fue un montón de gente".
"Esperamos que la gente se vaya sumando de a poco", dijo sobre las expectativas. Mesa de por medio, alcohol, barbijo, alfombritas en el piso y carteles en las mesas que dicen "no utilizar" forman parte del protocolo de este local.
A la vuelta, en la Peatonal del Centenario, el titular del restaurante El Estribo, Bruno Sciarra, uno de los referentes del grupo de gastronómicos que elaboró un protocolo para pedir la reapertura, estaba con su personal preparando todo en el salón para la reapertura.
"Estamos a full preparando con el tema de la higiene. Estabamos todos con ganas de abrir, muy ansiosos por trabajar. Sacamos las mesas que no vamos a utilizar, porque por ahí se presta a que alguno se siente, y las pusimos en un depósito", contó.
En 25 de Mayo al 800, otro de los históricos locales gastronómicos sampedrinos, el bar Plaza, también reabrió sus puertas. "Hoy abrimos, estuvieron nuestros clientes que siempre vienen. Los clientes de siempre fueron los primeros que vinieron, así que muy contentos por eso", dijo Marcela Hainez, una de las responsables del "barpla".
"Lo principal es que podemos volver a trabajar, porque el delivery era el 10 por ciento o menos de las ventas. La idea es que la rueda empiece a funcionar, se empiece a aceitar y llevar el carro más liviano", reflexionó detrás del mítico mostrador.
Bares y restaurantes pueden atender al público en el horario de 6.00 a 00.00, con las medidas de seguridad e higiene dispuestas por el protocolo provincial.
"El cumplimiento de lo dispuesto en el protocolo dependerá de la responsabilidad y solidaridad de los empleadores, trabajadores y comensales sin perjuicio de los controles que realice el estado local", señalaron al respecto desde la Municipalidad.