Reapareció el estafador QR: esta vez fue a comprar pintura y helado
Estaba acorralado y la policía llegó a allanar distintos domicilios para atraparlo. No lo encontraron. En los últimos días comenzó nuevamente a intentar pagos virtuales pero los comerciantes ya lo conocen y no radican la denuncia.
La Opinión publicó un mapa y listó las estafas que logró concretar el hombre al que se conoce como “el estafador QR”. En pleno verano, logró llevarse ropa y zapatillas de una casa de deportes y de allí en más hubo una seguidilla de situaciones que por su monto o envergadura no llegaban a radicarse como denuncias.
La situación que se desató en una pañalera resultó clave para el accionar policial. Esa denuncia que a los titulares del comercio les costó más de diez mil pesos que el saqueador digital se llevó en “ropita para bebé” fue el puntapié inicial para actuar de oficio y contactar a otras víctimas.
Las hay en todos los rubros: almacenes, panaderías, minimercados, pollería y casas de ropa. En una panificadora se llevó 2800 pesos; el 23 de enero eligió un mercadito de barrio y se apoderó de 2900 en mercadería; un fin de semana largo llegó a un comercio de alimentos y productos de limpieza para intentar cerrar una compra de más de 8000, cuyo dueño prefirió perder esa suma ante la sospecha.
Otro caso se produjo en una conocida casa de venta de picadas. Comenzó a elegir los mejores productos, fiambres de calidad y hasta bebidas. Cuando quiso pagar, la transacción no se acreditó; el dueño comenzó a sospechar y se retiró del lugar diciendo que iba a buscar efectivo.
El 17 de marzo se conocieron dos casos en la ciudad de Baradero. El sampedrino había llegado con su relato de “pescador que olvidó todo en su casa” y en un puesto de una emprendedora no sólo se llevó las cañas sino que se atrevió a cargar una carpa. La mujer también hizo la denuncia.
En San Pedro, la comisaria Valeria Sosa pidió ayuda a la población para que se acerque con más denuncias. Hubo allanamientos y el secuestro de dos teléfonos. El estafador no pudo ser localizado.
Pasaron varias semanas y en la noche del miércoles pudo comprar helados sin pagar un peso. El dueño de la heladería no quiso hacer la denuncia pero las imágenes de cámaras de otro lugar se viralizaron y así fue como se supo que había vuelto a las andanzas.
El día anterior, en una pinturería intentó una compra de un monto importante pero el propietario del lugar lo reconoció y no se concretó la estafa. Quería “un rodillo, 10 litros de pintura roja y 4 de negro” pero le dijo “que vuelva en una hora a buscarlo porque no trabajaba con QR”.
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