Realidad líquida
Eduardo Galeano, pensador contemporáneo ineludible, en uno de sus libros relata la historia de APARICIO un indio catamarqueño que, en la plaza principal de la capital de esa provincia, fue azotado porque había cometido el pecado de … Aprender a leer y escribir¡! A los indios no les era permitido esa licencia y posibilidad (¿?) de cultura. Un poco esa forma de dominar a los esclavos, era mantenerlos analfabetos naturalmente…
La esclavitud no ha cesado en el mundo, ni siquiera en la Argentina que periódicamente se descubren talleres textiles clandestinos donde explotan a trabajadores bolivianos, peruanos, paraguayos que, al estar ilegalmente en el país, deben soportar condiciones Infra- humanas de labor.
Lo mismo sucede con el trabajo infantil que aún se puede palpar en casi todo el país, especialmente en las zonas rurales allí donde, ni Bolcatti ni Buzzi, ni Llambias, ensimismados con sus problemas “sojeros”, pueden observar. Mientras ellos pelean por sus bolsillos repletos de dinero y con un margen grandísimo de evasión, miles y miles de trabajadores rurales son explotados y representados por el “Momo” Venegas (¡?), socio de la Sociedad Rural y Cía. En esta pelea contra el Gobierno.
La ebullición que acaeció entre los años 2001/2002 ya pasó. El infierno de la crisis se fue superando y ahora hay que discutir sobre los temas de fondo: distribuir mejor la riqueza, controlar el dinero de los futuros jubilados en manos de las AFJP que lo tenían en bancos de E.E.U.U. (!!!) una burbuja financiera que explotó junto al sistema hipotecario: democratizar la información pública con una nueva ley de medios, y otros temas fundamentales que sería largo enumerar. Pero es mejor hablar de la corrupción – o no- de Jaime, si los Kirchner en su declaración patrimonial demuestran que son (aún) ricos….
Los dirigentes del campo quieren parecer “La Familia Ingalls”, aquella serie de gente buenísima, impoluta, que daba gusto ver, pero el trabajo “en negro” de los “negros” (como ellos les dicen a los peones rurales) no lo ven. La realidad es “líquida”, la acomodan al envase que mejor les conviene. Y si saben leer y escribir, como aquel de Catamarca, se vuelven peligrosísimos.